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Destrucción del Planeta Vegeta 

Estar con los saiyajins es algo inusual para mí. Mi raza siempre ha evitado acercarse a ellos, prefiriendo mantenerse al margen. Sin embargo, mi presencia en el equipo de Vegeta ha cambiado esa dinámica. A pesar de estar en medio de los saiyajins, las interacciones con los miembros de mi propia raza han sido nulas. Han pasado seis años desde que me presenté como Omega, y en este tiempo, la distancia con mi gente se ha hecho más palpable.

Ver la destrucción al mi alrededor, cuerpos mutilados y mucha sangre donde uno mire, me hace recordar en que estábamos, miro hacia abajo para ver al habitante de este planeta mirándome con horror y sin que el suplicara por su vida le arranco la cabeza tirándolo lejos.

"es el último"

Comienzo a correr a través del campo de batalla, saltando escombros y cuerpos caídos, hasta llegar al lugar donde Vegeta y Raditz están luchando.

—¿Con que el último, eh? —dice Vegeta, con una mezcla de curiosidad y reconocimiento. Asiento en silencio, agotado por el esfuerzo.

—Debes de estar cansado, Haruki. Regresa a tu forma normal —ordena Vegeta con un tono autoritario pero preocupado.

Sin dudarlo, abandono mi forma de lobo y retomo mi apariencia habitual. Le sonrío a Vegeta en señal de agradecimiento y, juntos con Raditz, nos dirigimos hacia unas casas destruidas cercanas. Entre los escombros, encontramos unas frutas de color morado, parcialmente cubiertas de polvo y escombros. Las limpiamos con cuidado y, al fin, nos permitimos disfrutar de un merecido descanso mientras comemos las frutas.

Mientras nos alimentamos, un grupo de saiyajins adultos comienza a conversar entre ellos. Sus murmullos se mezclan con el sonido de la batalla que aún resuena a lo lejos. A pesar de que sus voces son bajas, el tono y la urgencia de su conversación son evidentes. Pronto, se acercan rápidamente hacia nosotros, sus movimientos reflejan interés y curiosidad por la situación.

—Qué suerte tenemos. Si le hubiéramos hecho caso a Freezer, ya estaríamos fritos —comentó Raditz, mientras se sujetaba el brazo izquierdo con una expresión de dolor.

—Rayos, nunca seré el rey Vegeta —murmuró Vegeta, su tono cargado de frustración. Tanto Raditz como yo soltamos un "Ay" en respuesta, comprendiendo la magnitud de la desilusión de Vegeta.

—Vegeta —dijo Nappa acercándose—, tenías un hermano, ¿cierto?

—Así es —respondió Vegeta, su mirada perdiéndose en la distancia mientras cerraba los ojos—. Me pregunto qué le ha pasado... Bueno, no me importa.

Con un gesto de indiferencia, Vegeta abrió los ojos y volvió a concentrarse en comer la fruta. La conversación pasó rápidamente de su hermano a otros temas, mientras él continuaba disfrutando de la comida.

—Raditz, tú también tenías un hermano, ¿verdad? —preguntó Nappa, cambiando el foco de atención.

Raditz giró la cabeza con desinterés, su postura revelaba una mezcla de desdén y desaprobación.

—Lo iban a asignar como un guerrero de clase baja, así que estaba en casa, en su cápsula de crianza —comentó con un tono despreciativo. Cruzándose de brazos, dirigió su mirada hacia los tres saiyajins adultos—. Una deshonra.

Con un gesto de indiferencia, llevó su mano derecha a la cintura y la izquierda a su mentón.

—Eh, mi madre me llamó para decirme que lo enviaron a otro lado en una cápsula. La verdad es que no me importa —añadió, dejando claro su desdén hacia la situación.

𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐞𝐠𝐢𝐧𝐧𝐢𝐧𝐠 [Freezer x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora