Capítulo 17.- Preparando el lienzo
—No presiones ni cuestiones al artista, Jahi —Lamió su lóbulo mientras colaba con suavidad un dedo entre las nalgas de su amante, masajeando su entrada.
De los labios de Jahi salió un suspiro que se convirtió en jadeo ante la osadía de Tyago, quien lo miraba muy atento a sus reacciones. Miró enérgicamente al cordobés, tomándole de la barba rala para mantener el contacto visual con él. —Un artista bastante adelantado a su tiempo, por lo visto~
Entonces Tyago retiró su mano y echó un vistazo a esos grandes ojos castaños buscando algún vestigio de reproche o molestia, pero no lo encontró. En cambio, se vió reflejado en ellos con un apremio que Jahi le dejaba claro al soltar una risita traviesa y tomar su mano para dirigirla de nuevo a su trasero. —¿No estás molesto? —Se aventuró a preguntar, acariciando la cintura del fértil. Hacía mucho tiempo que no se acostaba con nadie, pero sabía que no todos estaban cómodos con aquellos toqueteos tan indecentes sin previo acuerdo.
—¿Por qué debería? —hizo un gesto de sorpresa.
Tyago se encogió de hombros —No me gustaría que lo pasaras mal y no te pregunté si podía o si hay algo que no te guste hacer.
Jahi pestañeó, incrédulo. Definitivamente Tyago era algo diferente a los incautos comunes. Incluso le causó un poco de nostalgia respecto a sus primeros amantes, que fueron mayores que él y la mayoría solían preocuparse de que disfrutara en todo momento. Le echó los brazos al cuello y de manera risueña le respondió —No estoy molesto y sobre lo otro... ¿Podemos hablarlo después de que conviertas este lienzo en una obra de arte invaluable? —Movió las cejas en un gesto insinuante que relajó el ambiente totalmente.
—Claro, pero me tomaré mi tiempo para que el cuadro quede perfecto, Jahi —Tyago sonrió preguntándose qué clase de hombre era aquél, que correspondía encantado a sus deseos más lascivos. Otro en su lugar se habría molestado por el atrevimiento, pero Jahi no, sólo reía entregado al momento y lo animaba a continuar, cosa que hizo después de comerle la boca unos momentos.
—Soy materia dispuesta, Santiago —aseguró Jahi melodiosamente. Que se tardara lo que quisiera, mientras siguieran pasándolo espléndido, Tyago podía ir a paso de tortuga si lo prefería.
Siguiendo el beso, se posicionó sobre Jahi recostándolo boca arriba. El israelí se repegaba a él, apremiante. Con delicadeza Tyago abrió las piernas de Jahi, acomodándose en medio, su miembro rozaba los labios de la vulva de Jahi, húmeda y caliente, que le dió la bienvenida con su estrechez una vez que empezó a penetrarlo.
No hubo quejidos o dolor, no, pues Jahi estaba bastante excitado y su coño se encontraba desbordante de humedad. Tyago fue disfrutando el abrirse paso lenta y pausadamente en esa ceñida abertura, quería hacerlo despacio, muy despacio, hasta que el deseo los volviera locos a ambos. Una mano le acariciaba el rostro al fértil mientras lo besaba con pasión y la otra recorría el derriere de Jahi con absoluta libertad. Observaba a Jahi, bajo suyo con los labios abiertos en un mohín placentero conforme avanzaba lentamente en su interior y se sintió altivo ante aquella reacción.
Jahi exhaló fuerte al sentir cómo Tyago se detenía, presionando con su miembro justamente esa zona que había sido masajeada por sus dedos y que había provocado que se corriera tan fuerte. Pensó que Tyago parecía aprender bastante rápido los secretos de su cuerpo y se puso un poco inquieto, pues por un brevísimo momento se sintió cómo el adolescente temeroso que fue alguna vez. ¿Cuándo había sido la última vez que jugueteaba con alguien con tanta suavidad? Desde Richard al principio de aquella fugaz relación, en definitiva.
Tragó saliva y se mordió el interior de la mejilla, reprendiéndose mentalmente. Eso era agua pasada, muy. muy pasada. ¿Por qué el recuerdo, añejo y empolvado, salía a colación en estos momentos? Observó a Tyago, que lo miraba fijamente un poco contrariado. Ése hombre y Richard no se parecían en nada físicamente y en el carácter, por lo poco que había visto en esa cita, tampoco. Un pequeño ruido lo trajo de vuelta. Era Tyago, que estaba hablándole.
—¿Jahi?
—Ah... ¿Qué...?
—¿Estás bien?— Preguntó atento al rostro del fértil. Por un momento su expresión había cambiado y sus ojos se veían cómo si fuese a romper a llorar —¿Quiéres que pare?
Jahi pestañeó sorprendido ante la pregunta. No se había dado cuenta de que Tyago se había detenido y que con una preocupación por su bienestar, que era bastante inusual a lo que Jahi estaba acostumbrado cuándo salía a pescar, le preguntaba si deseaba seguir o no. Le pareció un gesto amable e incluso encantador por parte del cordobés.
Se acomodó el cabello detrás de la oreja, negando con una sonrisa.
—¡No pares nunca, Santiago! —Lo abrazó efusivamente por el cuello para atraerlo hacia él y darle un beso hambriento y profundo.
Tyago correspondió al beso tomándole de la barbilla. Si Jahi le daba luz verde para continuar, lo haría, pero primero se aseguraría que de verdad estuviera pasándolo bien. No era un santo, pero tampoco un monstruo; él estaba acostumbrado al trato suave en la cama y aunque el ritmo que habian llevado desde el inicio era indecente, alocado y despreocupado, deseaba que su amante se sintiera cómodo.
Sus lenguas danzaron nuevamente, la de Jahi con más ímpetu. Tyago hizo un vaivén gradual con sus caderas para presionar aquella zona en el interior de Jahi que desencadenaba el placer en él. Jahi se estremeció con el movimiento, dejando escapar su aliento de manera abrupta en medio del beso. Tyago, quien volvió a la carga y con el ritmo sosegado, sonrió al ver la cara de Jahi, alborozada y relajada. Buscó en su mirada y ahí estaba, aquella chispa había vuelto a aparecer en aquellos ojos cobrizos, que por un momento le parecieron taciturnos.
—¿Qué ocurre? —Alzó una ceja, al notar que Tyago lo miraba con intensidad. —¿Hay algo malo con el lienzo que necesites cambiar?
—Es un lienzo magnífico —Le quitó unos cabellos del rostro —Pero antes de pintar, se debe imprimar el lienzo para que la pintura pueda mantenerse, es un procedimiento que debe hacerse con mucha, mucha calma —Retrocedió despacio y volvió a adentrarse hasta el mismo punto y Jahi dió un respingo, revolviéndose involuntariamente por el placer —Si, va a ser una obra maestra —dijo al oído de Jahi, con voz gruesa y complacido, pasó su pulgar por el pezón izquierdo, comprobando que estaba duro. Tironeó suavemente y repitió, besándole el cuello. Sentía cómo su miembro estaba siendo presionado por el interior del fértil, que empezaba a agitarse al igual que su respiración.
—Pero en algo he de ayudar, quizás... ¡Aah!~ en el proceso creativo —Rió Jahi por las cosquillas que la barba de Tyago le hacía en el cuello.
—Deja que yo me haga cargo del arte —Sonrió Tyago buscando su rostro y delineando sus labios —La musa me ha dicho que nunca pare, así que ¿Quién soy yo para hacer oídos sordos a sus mandatos?
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TRIO DESASTRE (+18 )
RomanceEn el año 2154, Ändra es conocido como el país más rico en cuanto a recursos sexuales y la delincuencia, que era lo único bien consolidado del país, se normalizó. Actualmente siguen existiendo el narcotráfico, la piratería y miles de negocios ilega...