Se vistió lo más rápido que pudo. Se peinó lo más rápido que pudo. Se lavó la cara lo más rápido que pudo. Sabía que le debía una declaración a la policía, pero no pensó que realizaría tan pronto. Vaya que están trabajando, se decía Ángela al bajar por las escaleras.
Ahí la esperaban dos oficiales de la PDI. Ambos se presentaron como detectives. El primero era el detective Osorio, alto, con barba elegantemente afeitada en forma de candado e imponía una apariencia de respeto. El otro se presentó como Robles, un poco más bajo que el anterior, pero más corpulento y tenía una presencia agresiva y ofensiva. Fue lo primero que se le pasó por la cabeza a Ángela. Le dijeron que si podían tomar alguna declaración de ella y aceptó. Les respondió que iba a hacerlo en algún momento, pero por motivos de salud, no pudo realizarlo cuando era necesario.
Luego de haber explicado la situación que pasó Ángela en la mañana, el detective Osorio inició con las preguntas.
- Señorita Torrealba, lamentamos la hora en cual hemos venido a su hogar, pero es necesario avanzar en este caso. La razón de por la cual estamos acá es que estuvimos revisando las cámaras que existen en los alrededores del sector y encontramos a la víctima con usted. La identificamos, puesto que los vecinos del campamento nos informaron que usted se quedó con ella el día de ayer. – Le informaba el detective de una forma directa y casi calculada. Eso a Ángela la intimidó un poco.
- Así es. Ayer la ayudé a recolectar aportes solidarios para su campamento en el valle. Nos había ido bien y los vecinos, al llevarse lo recaudado, quedamos libres de nuestro trabajo. Nos fuimos a celebrar, tomamos unas cervezas en el pub que está en el sector...
- ¿Y estuvieron mucho tiempo en aquel lugar? – Le cortó el relato el detective Osorio, mientras el otro detective sólo anotaba datos en una libreta.
- No... sólo un par de horas. Luego de eso, nos fuimos y nos separamos en la avenida principal. Como no era muy tarde, nos fuimos solas. – Ángela se sintió nuevamente mal. No debieron estar solas en esos momentos.
- ¿No notó nada extraño en todo ese momento? ¿Alguien que las siguiera, o algo fuera de lo común? – Indaga el detective Osorio, lo más serio posible.
- No, nada. Debo confesar que después que nos despedimos, caminé bastante mareada por las cervezas que nos tomamos. Llegué a mi casa y me dormí de inmediato. No pasó nada extraño por el camino. Lo siento. – Responde apenada. Pensaba que, si podía contribuir en algo en aquella fatídica historia, podía ayudar a la memoria de su amiga. Pero nada. No pasó nada extraño. Nada que anticipara el trágico destino de Tamara.
- No se preocupe, señorita Torrealba. Muchas gracias por su información. – el detective Osorio mira a su compañero, haciendo gestos para retirarse. – De cualquier manera, acá tiene mi tarjeta. No dude en llamarnos si recuerda algo o quisiera agregar alguna información.
- Lo haré. Gracias. Oiga – Interviene de golpe Ángela. - ¿Saben algo de su hermano? ¿De la gente que la cuidaba? No tengo idea de donde está mi celular y no he hablado con nadie.
- No podemos dar información respecto al caso, señorita. – Agregó por primera vez el detective Robles. – De cualquier manera, es usted libre de comunicarse con ellos. Pero debemos aclararle que todo lo conversado con nosotros, es mejor que quede en estas paredes. – Aquello hizo erizar los pelos de la nuca de Ángela. El hombre hablaba muy sombríamente. Demasiado.
- No se preocupe. No lo haré. Gracias y... espero que encuentren algo.
- Hasta luego. – Se despidieron los detectives. La madre de Ángela los dejó afuera del hogar, mientras la mirada atenta de algunos vecinos se hacía muy penetrante en la morada. No era de extrañarse que ya fuera un motivo de controversia en el barrio que un móvil de la PDI se encontrara en su calle.
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En Mi Defensa
Short Story"En la comuna Del Zarco, comuna novata formada en abandonados humedales, recae en sus vecinos una preocupante desaparición de una joven estudiante..." En las cuarentenas del año 2020, decidí escribir algo para matar el tiempo. Ahora tomé la decisión...