Capítulo Diez

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- Detective, hay una actividad anormal.

- Cuénteme. ¿Qué pasó?

- La joven salió en bicicleta ahora en la noche, totalmente alterada. Al parecer pasó algo.

- Sígala y nos informa. Estaremos al tanto.

- De acuerdo, detective.

El detective Osorio había recibido la alerta del oficial que estaba vigilando a Ángela y en caso de alguna anormalidad, tenía la orden de informar inmediatamente. No esperó más tiempo y fue en vehículo hacia la comuna Del Zarco. Esta noche le tocó turno en el cuartel de noche, así que estaba muy pendiente de algún suceso que pudiese llamarle la atención. Mientras estudiaba más datos respecto a lo sucedido, fue cuando recibió el primer llamado. El segundo fue mientras se encontraba conduciendo.

- Oficial, dígame.

- Según puedo entender, se ha perdido la hermana del joven amigo de la muchacha. Han estado gritando el nombre Camila por todo el vecindario.

- Siga vigilando. Yo estoy en camino. Cualquier otra novedad, me informa.

- Copiado.

Al parecer, estuvo acertado al dejar bajo vigilancia a Ángela. De alguna u otra forma, y aunque no tenía suficientes pruebas, luego de la muerte de la segunda chica y la persecución de la joven, le provocó alguna que otra sospecha al joven detective. Aún no podía conectar con Ángela a la primera chica secuestrada. Quizás el secuestrador estaba probando o sólo lo hizo por diversión. Pero eso lo resolvería más tarde. Justo en ese momento, llama Ángela.

- Detective Osorio.

- Hola, te habla Ángela. Ocurrió algo terrible. No encontramos a la hermana de mi amigo. Hace horas está desaparecida...

- Quédate donde estás. Vamos de inmediato.

Colgó de inmediato y siguió su trayecto. El oficial a cargo de la vigilancia le envió la dirección en donde se encontraba y en menos de diez minutos, el detective Osorio se encontraba junto a Ángela y Esteban, que este último ya estaba desesperado esperando a encontrar a su hermana. El detective tomó nota de lo dicho por el joven, de cuantas horas lleva desaparecida su hermana, de la búsqueda, sectores recorridos y como su amiga lo había estado ayudando. Dentro de una hora llegado el detective, por la posible desgracia, estuvo Carabineros y PDI realizando rondas en toda la comuna por toda la noche. Llegando a las seis de la mañana, el detective Osorio maldecía al cielo luego de no tener nada que notificar. Se revisaron las antiguas rutas que había hecho el perseguidor de Ángela, en el campamento se estuvo vigilando, en la zona alta y en el barrio de la comuna, incluso se alertó a las comunas aledañas. Nada. Quería dentro de lo posible que todo siguiera dentro del área policial y nada se comentara públicamente, pero luego de la fallida noche de búsqueda, ya la prensa estaría dando la noticia en los noticieros matutinos.

Ángela no se despegó de su amigo. Estuvieron recorriendo toda la noche la comuna. Lugares que la policía no iba, los dos amigos estaban y prestaban atención a cada detalle. Cada lugar que Camila hubiese ido, cada mal camino que hubiese tomado, cada situación que podría haber pasado, Esteban repasaba aquellas situaciones y partía en la búsqueda. Llegando las seis de la mañana, mientras el alba aparecía, Esteban ya estaba agotado. Habían llegado a los límites de la comuna y del campamento.

- Esteban, creo que es lo mejor que volvamos. – Le decía su amiga. - Necesitas descansar. Ya están los demás buscando y quizás es necesario que descanses un poco para estar mejor después. – A Ángela ya no le quedaban más ideas y estaba sumamente preocupada por su amigo en ese momento. Luego de unos segundos de silencio, Esteban le tomó razón a su amiga.

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