Mi Héroe (Carl Grimes)

Celos

Estaba en la cocina ayudando a Carol hacer la cena. Yo cortaba los vegetales mientras ella calentaba el agua.

Iba a cortar la cebolla cuando el filo del cuchillo rozando mi dedo provocando un corte. Gemí ante el dolor. Lavé la herida en el agua y seguí cortando.

-¿Estás bien? -Preguntó. Yo asentí.

-Estoy acostumbrada a los cortes. -Dije.

-Estás sangrando, se te podría.infectar. -Dijo.

-Iré a enfermería.

Salí de la cocina con un pequeño trapo en mi dedo índice. Vaya que dolía. Fuí a enfermería y coloqué una bandita para que dejase de sangrar.

Iba devuelta a la cocina y ví a Enid trepar el muro y saltar. Entrecerré mis ojos y la seguí. Me aseguré de tener mi navaja en mi cintura y trepé el muro.

Rick te matará.

Le hice caso omiso a mi conciencia y salté. Caí bruscamente y me lastimé el pie. Mierda. Saqué mi navaja y fui a averiguar que era lo que hacía Enid afuera.

-¿Qué haces aquí? -Preguntó. Pegué un salto del susto.

-¿Qué haces tú aquí? -Pregunté. Ella giró sus ojos.

-No es de tu incumbencia. -Dijo y levanté mis cejas.

-Tal vez sí de Deanna. -La amenacé.

Ambas nos quedamos unos minutos en silencio. Ella jugaba con las hojas secas del suelo y yo la miraba.

Era tan estúpida.

-Dile.

-¿Qué?

-Dile que salto el muro, no me importa.

-¿Ah, no? -Pregunté y ella negó.

-¿Por qué todo el mundo se empeña en seguirme?

-Sólo averigüo.

-¿Ahora eres detective? -Preguntó burlona. Apreté mis puños.

No respondí.

-No puedes saltar el muro, está prohibido.

-¿Tú y Carl si pueden?

-No.

-Entonces no tienes moral para decirme nada, eres una recién llegada.

Tenía razón. Yo no tenía moral porque hace dos días salté con Carl el muro.

-¿Por qué me odias? -Me preguntó.

Mi corazón se achicó. Yo no la odiaba, simplemente me daban celos de ella estuviese con Carl. Y era tan insoportable. Sólo me caía mal, bueno, me cae.

-Yo no te odio, sólo que...

-Mira, Carl no me gusta ni me gustará. Admito que es lindo, pero no.

-¿Ah, no? -Negó con la cabeza.

-No. No me interesa nadie, es más, podemos ser amigas. Aunque en realidad no necesito amigas.

Yo tampoco necesitaba amigas, pero tal vez ya era bueno tener una de mi misma edad y no sé. No es que estaba necesitada, tenía suficiente con Maggie, Tara, Rosita, Carol, etc.

-No confío en ti.

-Bien, no importa.

Volteé los ojos y me devolví al muro no sin antes deshacerme de un caminante. Salté el muro y Carl me esperaba de brazos cruzados, y no se veía para nada contento.