Amo tu compañía

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Maratón 2/3

-Gracias...

-De nada.

-Y no son novios, claro.

-Daryl...Ya madura. -Dije.

Seguimos caminando. Carl de vez en cuando me miraba y yo le sonreía, es tan lindo. Acomodé mi navaja y sentí como colocó su sombrero en mi cabeza.

-¿Y...? -Dije tratando de entender.

-¿Qué?

-¿Por qué me das tu sombrero?

-No lo sé, solo quise.

-Tienes el cabello muy largo. -Dije tocandolo, era muy suave.

-Lo sé, mi mamá ya no está para cortarlo. -Dijo y me sentí mal.

-Yo lo puedo cortar. -Dije alzando una ceja. Él rió sarcasticamente.

-Claro, y ya dejé que lo hicieras.

-Vamos, lo puedo cortar con mi navaja. -Dije sacando la navaja.

-¿Tienes fiebre? -Preguntó mientras tocaba mi rostro y mi cuello con sus manos. Mi piel se puso de gallina.

-Eh, no ¿por qué?

-Porque estas delirando.

-Claro que no... -Dije ofendida.

-No voy a dejar que nadie toque mi cabello con una navaja.

-Está bien, lo haré cuando estés dormido. -Dije viendo mis uñas que estaban negras debido a la mugre.

-Entonces dormiré con un ojo abierto.

Terminó de decir. Rick nos dió un tiempo para descansar y yo opté por ir al río para lavar mi rostro.

Metí mis manos en la congelada agua y mi piel erizó debido al tacto. Lavé mi cara y santa mierda que estaba fría.

Terminé de lavar mis manos y las sequé con mi blusa que estaba toda manchada de sangre. En este mismo momento anhelaba tener un baño con agua caliente.

Di la vuelta para ir con el grupo y Carl estaba ahí, me había dado tremendo susto logrando sacar mi navaja.

-¡Soy yo! -Dijo con temor por mi navaja que estaba apuntando hacia su rostro.

-¡Me asustaste! -Dije guardando la navaja. -¿Qué haces aquí?

-Vine a lavar mis manos ¿No puedo?

-¿Segura?

-No vine a eso.

-¿Entonces?

-Vine a verte.

-Ahora eres mi niñera, ¿Rick te mandó?

-No. ¿No te gusta mi compañía? -Dijo levantando su ceja.

Me morí muerta, literal.

-Nope.

-¿Segura?

Claro que me encanta tu compañía, imbécil.

-Segurísima.

-¿Segurísima segurísima?

-Ajá. -Dije fingiendo no tener importancia.

-No te creo. -Dijo acercándose a mí.

-No me creas, niño. -Dije logrando que Carl juntara sus cejas.

-Odio esa palabra.

-Está bien, niño.  -Dije ocultando mi risa.

-Es en serio, Isabella. -Dijo serio.

-Ay, no te enojes. -Dije volteando mis ojos mientras regresaba con el resto.

Mi Héroe (Carl Grimes)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora