Mentiras

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Estaba lloviendo.

Yo miraba por la pequeña ventana de la cabaña en donde estábamos refugiados los cuatro. Hacia un frio infernal y no teníamos abrigo.

Mire dentro de la cabaña y Michonne afilaba su katana, Rick descansaba y Carl estaba sentado en una esquina de la pequeña casa. Volví mi mirada hacia la ventana y Carl se colocó a mi lado, yo lo mire y él también lo hizo.

— Mentí. –Dije.

—¿De qué hablas? –Pregunto Carl confuso.

— Cuando nos llevaste a mí y a mi hermana a la cárcel, Rick nos hizo unas preguntas. –El asintió. –Me preguntó si había matado alguna persona viva y dije que no.

— ¿Lo hiciste? –Asentí con mi cabeza.

— Asesiné a dos personas de mi familia. –Dije cabizbaja.

— ¿A quiénes?

— A mi madre, ella me lo pidió. –Dije y me quede en silencio unos minutos, Carl asintió de forma en que siguiera. –Y mi padre...

—¿No había muerto por un Caminante? –Negué.

— Mi padre estaba vivo...

Después de dispararle a mi madre en su cabeza, mi padre cargo a Steph en sus brazos y nos marchamos de allí.

— Él era agresivo, muy violento. El sufría de esquizofrenia, el golpeaba siempre a mi madre delante de las dos.

Otra vez volvía a ocurrir. Me lleve a mi hermana al cuarto y nos escondimos para no presenciar los golpes que él le daba a ella.

— Después de que mi madre murió, el solo se preocupaba por sí mismo. La comida que conseguía yo, él se las quedaba. Yo escondía una lata para compartirla con mi hermana cuando él estuviera dormido.

¿Conseguiste comida? –Pregunto desafiante.

No.

¿No? –Dijo arrebatándome mi bolso de mis manos ¿Y qué es esto, pequeña imbécil? –Dijo mostrándome dos latas de comida. –Gracias a ti, por mentirme, se quedan sin comer.

— Una vez, descubrió a mi hermana comiéndose una de sus latas y la golpeo tan fuerte que mi hermana quedó mareada. Yo me interpuse y él me empezó a golpear.

Mi padre se montó encima de mí, el golpeaba mi rostro. Con sus dos manos empezó a ahorcarme sin compasión, trataba de tomar el arma pero no la alcanzaba.

Hundí mi dedo pulgar en su ojo y se quitó encima de mí, pude tomar el arma y...

— Le disparé. –Dije.

Empecé a llorar y Carl me abrazo haciendo que su sombrero chocara con mi cabeza y cayera al piso. Lo abrace tan fuerte que pensé que lo asfixiaría. El empezó a acariciar mi cabello suavemente y yo lo único que hacía era llorar.


Mi Héroe (Carl Grimes)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora