—Esto si es vida. —murmuró el pecoso estirando sus manos por encima de su cabeza.
El viento salado sopló moviendo sus cabellos y el sonido de las olas golpeando la orilla de la playa era música para sus oídos. Era relajante y tranquilizador, unas verdaderas vacaciones, Izuku sentía que todo el trabajo de ese año y el cansancio se iba desvaneciendo. El Omega bostezó de nuevo, tomaría otra pequeña siesta, pero antes de hacerlo, un coco fue puesto en su campo de visión.
La parte superior estaba cortada dejando ver si jugo y carne blanca, cubos de hielo junto a un pitillo con una diminuta sombrilla de color azul como adorno. Una pequeña risa se escapó del pecoso mientras tomaba el coco verde, miró hacia su lado encontrándose a Katsuki quien también tenía otro y le sonrió.
—Gracias. —dijo el pecoso antes de tomar el jugo del coco por medio del pitillo, el agua dulce y fría llenó su paladar de manera deliciosa, estaba exquisito.
—Ya hice la reservación en el restaurante, mejor que busques tu mejor ropa de encaje esta noche, la comida no será gratis. —Katsuki se sentó a su lado, pasando una de sus manos por su cintura casi desnuda, Izuku solo cerró los ojos disfrutando del tacto y el agua dulce que bebía—. ¿Dejaste de tomar las pastillas?
La pregunta del rubio en su oído lo hizo sonrojarse, no pudo evitar sonreír mientras asentía sin abrir sus ojos. Un sonido tranquilo que había provenido del rubio le hizo saber que estaba de acuerdo con su desición, se quedaron allí un rato, disfrutando del silencio, el sol y del viento.
Cuando el pecoso terminó de comer su coco se levantó del suelo volviendo a estirar sus brazos por encima de su cabeza, miró al alfa que estaba sentado aún mientras tomaba su agua de coco y sonrió con malicia. Izuku deslizó lentamente su camisa por encima de su cabeza para después tirarla hacia la manta sobre la arena.
Katsuki miró hacia arriba, poco después votó el agua de coco que estaba tomando. Lo peor vino después cuando el pecoso se quitó el short que le llegaba hasta las rodillas. Sino fuera porque ya no tenía nada en la boca Katsuki ya se hubiera ahogado, hasta con su propia saliva.
—¡Iré a nadar Kacchan! —exclamó el pecoso, dándose la vuelta para huir como el cobarde que era, corrió por la arena hasta llegar al agua y tirarse en ella.
Por su parte, Katsuki sintió como toda su sangre viajó a la zona sur de su cuerpo.
Izuku tenía un traje de baño de dos piezas, había un tipo de brasier que apenas podía cubrir los gorditos pezones del pecoso y la otra pieza estaba tensa contra su gordo trasero, era una combinación entre negro y rojo, muy sexy, demasiado diría el rubio.—¡Por una mierda, Deku! —Katsuki se levantó dejando caer el coco que tenía en mano sobre la arena sin importarle si se votaba su agua o no, se quitó la franela y corrió hacia donde estaba el Omega jugando con el agua—. ¡Ven aquí pequeña mierda!
El rubio rugió tratando de alcanzar al pecoso, quien solo se reía mientras lo salpicaba con agua y corría escapando de las manos del alfa. Al final del día, Katsuki atrapó al pecoso solo cuando se adentró mucho al agua y sus movimientos de escape se volvienron más torpe por ello.
Aunque aún así no le hizo más que besarlo con hambre y volver a jugar otro rato más.(...)
La puerta del baño se abrió, Katsuki miró en esa dirección mientras terminaba de arreglar su camisa blanca, al mirar hacia donde estaba el pecoso quedó sin habla, sabía que a Izuku le gustaba arreglarse en ocasiones especiales, pero por una mierda que cada vez le sorprendía más.
Era como un tipo de vestido, no, era más como una gabardina que caía un poco más allá de sus muslos, abierta por la mitad un poco más abajo de su ombligo, era de un color verde oscuro con detalles en los bordes, en la parte superior de mangas cortas y un escote en v que dejaba ver un su cuello llegando un poco al pecho. Unos pantalones tipo licra que se apegaba a sus piernas como segunda piel, el color gris lo hacía ver de una forma más elegante.
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Rebobinar. (Katsudeku./Omegaverse)
FanfictionEstaba jodido, estaba perdido, solo, y el Karma lo golpeó en donde más le dolía. "Es tu culpa" Lo sabía. "Te odio, tu hiciste que nos dejara" No esperaba menos, fue el quién le había hecho tanto daño. "Kacchan, ¿me amaras toda la vida verdad?" Le g...