Capítulo 5.

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El rubio se encontraba en la barra del bar tomando un Martini, la música no estaba muy alta y podía escuchar sus pensamientos.

Estaba tan cansado del día que tuvo que decidió salir a despejarse un rato, esa semana en la universidad para él había sido un poco estresante, y ese día no había sido el mejor ya que en la mañana tuvo su pequeño distanciamiento con su amigo por los comentarios realizados con respecto a cierto alfa; y si le sumaba que su querido amigo se negaba a contarle el porqué de su comportamiento, esto ya era algo que le dolía, solo deseaba poder apoyar a su amigo y entenderlo mejor, pero decidió no demostrar tal dolor para respetar los deseos de aquel chico y no presionarlo.

Así que después de despedirse de Kook en los pasillos de la universidad, el rubio se dirigió a su apartamento, se bañó y cambió de ropa.

— Bueno... ¿Qué lindo y sexy atuendo me pondré? — Se cuestionó el rubio con una gran sonrisa y revisando su ropero. — Uh, ya se, este se me vera genial.

Tomó unos Jeans negros no muy ajustados, una camisa blanca, una chaqueta negra de cuero y unos tenis negros con detalles blancos, se dirigió directo a su gran espejo e inicio a vestirse, cuando terminó tomó su billetera para guardarla dentro de uno de los bolsillos de su pantalón y se quedó observándose en el espejo.

— Creo que ya estoy listo, ahora vamos a ver a muchos chicos guapos. — Expresó mientras acomodaba sus rubios cabellos hacia atrás. ­

— ¡Oh no! Todavía falta algo.­ — Tomó su colonia favorita y empezó a aplicársela por casi todo su cuerpo. — Por si me besan, por si me abrazan y por si las moscas­. — Empezó a pronunciar lo anterior de forma coqueta y en la última frase aplicó colonia en su entrepierna.

Jimin amaba estar bien presentado, cautivar con su atuendo pero sobre todo tener un buen aroma sobre su cuerpo, y cuando salía no era la excepción.

Ya con todo su ritual de belleza y su mejor actitud, salió de su departamento rumbo a aquel bar que tanto le gustaba, pensaba tomarse unos tragos y quién quita encontrar a su pareja aunque no fuera su destinada.

Él sabía que con sus preferencias no podría encontrar a su destinado, solo le interesaban ciertos chicos y por ese gusto no sería posible tener la tan anhelada pareja destinada que tantos mencionan. Pero si tenía muy claro que cuando encontrara a la persona que lo volviera loco, su lobo lo iba a tomar como su destinado ya que a los dos simplemente les interesaba sentirse de una manera única y especial; y que no importaría los prejuicios o inconvenientes, entregarían lo mejor a su pareja.

— Me regalas un Martini doble. — Pidió el rubio mientras tomaba asiento.

— En un momento te lo preparo. — Habló el barman con una gran sonrisa, y procedió a preparar la bebida. — Aquí tienes, que lo disfrutes.

— Casi no hay clientes hoy. El bar está casi vacío. — Expresó Jimin llamando la atención del barman.

— ¡Oh! Eso es porque aún no se ha terminado la jornada laboral para algunos y los universitarios como tú llegan más tarde. — Dijo el barman observando al Rubio.

— Pero mira parece que estás de suerte, ya está llegando compañía para ti, así no te sentirás tan solo.

Jimin se giró en su lugar y observó hacia donde miraba el barman, vio como empezaba a llenarse el lugar de ejecutivos y personas con trajes de oficina. Seguramente eran empleados de las empresas de allí cerca.

— Bueno al menos ya estaré tomando mis tragos con más personas a mi alrededor, porque la verdad me estaba deprimiendo con esta soledad. — Dijo el rubio con una media sonrisa y volviendo a su posición original. — Sírveme otro trago por favor, que este ya se me va a acabar.

𝑴𝒊 𝑨𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒆𝒔 𝑻𝒖 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 ||𝐓𝐚𝐞𝐊𝐨𝐨𝐤||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora