Capítulo 22.

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— ¡Maldición! ¿Cómo pueden aguantar una mordida? — Expresó. De su piel escurrían gotas de sangre y sus dientes manchados del líquido rojizo fueron limpiados con un movimiento de su lengua.

— ¡TaeHyung! ¡Alfa! — El castaño se vio separado del cuerpo al cual estaba aferrado.

— Dime... ¿En qué andabas pensando para entregarle tu cuello tan sumisamente a mi lobo? — Inquirió sujetando los hombros del castaño.

— Y-yo...

— Te lo dije una y otra vez, te protegeré hasta de mí mismo. — Dejó de sujetar los hombros del omega y salió del nido para buscar una toalla con la cual limpiar su herida.

Cuando JungKook decidió no escuchar a su lobo, y Cooky vio que Tata había tomado el control del cuerpo contrario, llamó en aullidos a la parte humana de su alfa. Sabía que su humano asustadizo no estaba pensando, y que su lobito alfa estaba actuando por instinto. No podía permitir que esa mordida se llevara a cabo.

Pero jamás espero que cuando su humano TaeHyung despertará y tomara control de su cuerpo, el alfa azabache se mordiera su antebrazo para impedir que su animal marcara a JungKook.

Sí, TaeHyung con el mayor esfuerzo, dominando su parte animal, hincó sus dientes en su antebrazo, dejó una marca de sus dientes en su mismo cuerpo. Con esa acción logró que su lobo entrara en razón a causa de la punzada que sentían en el área de la mordida.

Cooky aulló en dolor al ver a su amado humano sangrando, y peor fue el sentimiento cuando TaeHyung se alejó de su nido y los miraba con algo de tristeza en sus ojos. Simplemente bajó sus orejas y chilló bajito, no quería ver a su alfa de esa manera.

¿Tristeza? Sí, tristeza. TaeHyung sentía que JungKook solo quería una marca para mantener alejados a los demás alfas o al alfa que lo perseguía. Su corazón dolía más que la misma mordida que ya estaba dejando de sangrar. El accionar del castaño se lo dictaba ya que era su parte humana la que actuaba. Si en realidad quisieran una marca para unirse al alfa en ese momento y por las razones correctas; Cooky no lo hubiese llamado para detenerlos.

El alfa no sabía qué hacer ahora, quería cuidar al omega, necesitaba protegerlo y hasta amarlo. Pero no lo iba a marcar y mucho menos lo tomaría en cuerpo para calmar el celo del castaño. Su mente le decía que su hermosura tenía miedo, y por eso mismo estaba tan aferrado a tener una marca y pertenecer a un alfa.

Incluso empezó a pensar que si no lo marcaba él, seguramente en un momento de desesperación más grande; el omega dejaría que cualquier alfa lo marcara, y eso era un dolor que él no iba a soportar.

Solo quería hacer las cosas bien, llevar todo paso a paso. Conocer de a poco a su omega, mimarlo, amarlo, cortejarlo y ayudarlo a aliviar sus dolores. Su mente y corazón estaban hechas un lío, pero sabía que el omega realizaba esas acciones solo porque quería protección a toda costa. El castaño tenía miedo, mucho miedo...

Tata se sintió mal, después de ver como su humano tomó el control e impidió lo que estaba a punto de culminar... No podía creer que se estaba comportando como los alfas que tanto detestaba, esos que se aprovechaban de los omegas que tenían su mente totalmente confusa por su celo y poseían a los omegas como si de objetos se tratase.

El lobo solamente aulló pidiendo perdón a su lobito omega, el cual medio movió sus orejitas y aulló bajito en respuesta. Tata dio dos vueltas en su lugar y se hizo bolita, esperando que su humano le dijera algo...

— Tae... — Llamó el castaño al ver que el alfa se alejaba de él. — Perdóname, no estaba pensando... — Se quedó observando el antebrazo que el azabache limpiaba. — Debí hacerle caso a Cooky. — Pensó. — Tae, yo te ayudo con la herida. — Intento levantarse del nido pero un movimiento de la mano de TaeHyung le indicó que se quedara allí, y sintió como su corazón se hacía chiquito.

𝑴𝒊 𝑨𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒆𝒔 𝑻𝒖 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 ||𝐓𝐚𝐞𝐊𝐨𝐨𝐤||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora