Capítulo 13.

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Dolor, es eso que cada quien ha sentido en algún momento... El dolor te recuerda que estas vivo, que sientes y respiras, pero a veces el dolor de ser separado de tu luna es más fuerte que cualquier dolor corporal, ¿Por qué? Porque simplemente te duele el alma, tu corazón ya no sonríe, te sientes incompleto, anhelas con el alma que esa sensación te abandone, sientes que la única medicina para ese dolor es tu destinado, tu estrella, para ser más exactos Tu luna; esa persona especial que te complementa, que con una sola mirada sabe si estás bien o mal, que con solo verla tu vida se llena de luz, te guía por el camino de oscuridad con un rayo de luz que solo se enciende o aparece al estar juntos.

Ahora está el destino, ese que se encarga de juntarte con tu luna, esa fuerza inexplicable que te lleva a donde debes estar y con quien debes estar, es un lazo que muchas veces va tejido de dolor, lágrimas y amor. Eso último... El amor.

El amor es lo que hace unos años atrás quiso poner a prueba el destino.

Tenemos a cuatro personas que al sol de hoy; cada uno carga un dolor, una tristeza y un anhelo. Cuatro personas que cada noche en su soledad piden a la Diosa luna que lo que más aman y anhelan vuelvan a su lado. Dos de ellas no tiene muy claro cuál es ese ser que los hace sentir tantas cosas, ese ser por el cual uno derrama lágrimas al no tenerlo cerca para así protegerlo, cada vez que despierta con ese recuerdo de un chico cubierto en lágrimas, sangre y dolor; y el otro tiene recuerdos fugases que solo aparecen en sus sueños, justo después de sentir un gran dolor y angustia porque dicho sueño no es más que una pesadilla, pesadilla que le recuerda lo que paso. Al despertar solo quiere ver y sentir al ser que aparece en su sueño y de alguna manera lo salvó de caer en la oscuridad.

Pero el lazo que tenía que formarse por designios de la luna, no logro unirse por completo. Porque su encuentro fue fugaz y allí llego el dolor. Solo queda que el destino haga su jugada y decida definitivamente juntar a esas dos almas que anhelan estar junto al otro.

Por otro lado tenemos a dos personas más. Dos personas que por una mala jugada del destino, un error de uno de ellos, el orgullo y dolor del otro y la perdida de ambos; se separaron. Así trayendo dolor a ellos y sus lobos.

Pero como es el destino el que tiene la última palabra, ahora los tiene allí, frente a frente, a centímetros de distancia, con sus respiraciones muy cerca. Uno de ellos con sus ojos llenos de lágrimas y dolor, pero en el fondo lo acompaña la alegría. El otro con una alegría que abraza a su corazón al por fin ver a ese ser que durante un tiempo ilumino su vida, la persona que es su luna y vida entera...

— No me llames así, no te atrevas

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— No me llames así, no te atrevas... ¡LÁRGATE! ¡¿Qué demonios haces en mi casa?! — Decía y gritaba el azabache. Sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales amenazaban con salir de sus cuencas...

Todos los presentes se quedaron estáticos. No entendían, ahora ¿Qué pasaba?, definitivamente ese día iba para largo. NamJoon quería acercarse a aquel chico, abrazarlo y quizás besarlo. Pero... Ahí está el pero. En los ojos del chico se reflejaba su tristeza y dolor.

𝑴𝒊 𝑨𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒆𝒔 𝑻𝒖 𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 ||𝐓𝐚𝐞𝐊𝐨𝐨𝐤||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora