Pasatiempos

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De todas las cosas que pensaron que podrían pasar en el mundo, definitivamente una pandemia mundial no estaba incluida. Un virus había confinado al mundo a mantenerse en cuarentena por tiempo indefinido, lejos de grandes aglomeraciones y teniendo avisos constantes de tener todas las medidas de sanidad si es que salir era inevitable. 

El lado positivo era que, con todo el mundo encerrado y con el peligro de contagio rondando en todos lados, la delincuencia y sus servicios como héroes habían disminuido, pasando de múltiples misiones a la semana a tener unas cuantas al mes. Su tiempo libre se había visto severamente incrementado de la noche a la mañana. 

Gracias al suero del supersoldado que corría por las venas de Steve, era casi seguro que era inmune al virus, así que ocupaba los momentos de esparcimiento que tenía para ayudar a todas las personas de su edificio a conseguir provisiones, comprar cualquier cosa que necesitaran, y en ocasiones pasear a sus mascotas. De vez en cuando se encargaba de revisar que las personas de la tercera edad que vivían en los alrededores tuvieran todo lo que necesitaban, y tenía esporádicas apariciones en televisión para informar a las personas sobre las medidas de salubridad que debían tener. A pesar de todas esas actividades que realizaba por mera bondad, tenía demasiado tiempo libre. 

Bucky por otro lado, se quedaba todo el día en casa. El suero al que había sido sometido seguía siendo todo un misterio para los científicos, y su investigación había pasado a segundo término hasta nuevo aviso. Como no estaba seguro de su inmunidad, ambos habían decidido que lo mejor era que el Cap se encargara de salir cuando fuera necesario y él de inventar nuevas maneras de pasar el tiempo en su departamento. 

Lo malo de ser dos exsoldados del pasado, es que la mayoría de sus pasatiempos eran actividades al aire libre. Iban a museos, paseaban por los distintos parques de la ciudad, visitaban restaurantes diferentes y entraban a las plazas comerciales para ver que novedades habían. No lo decían en voz alta, pero Bucky amaba entrar a las tiendas de ropa para tratar de estar a la moda y había algo particular en las tienda de juguetes coleccionables que atrapaban el interés de Steve. 

Incapaces de salir al mundo exterior, comenzaron a probar actividades en casa para encontrar algo que les gustara a los dos, teniendo interesantes resultados en el proceso. 

Empezaron por lo más simple: juegos de mesa. Tenían un par de ellos guardados, y creyeron que podían por fin usarlos. Claro que, como era de esperarse, no tomaron en cuenta que Uno era un juego capaz de romper a una familia, y su naturaleza competitiva solo empeoró las cosas. 

— Ya te dije que los x2 y x4 se suman, ahora agarra 6 cartas

— Y yo te dije que esa tonta regla no está aquí — Steve tomó la caja del juego con las reglas por milésima vez en el día y lo puso enfrente de su compañero — Si no está, es mentira 

— Sólo usas esa excusa porque ya ibas a ganar 

— No, la uso porque dices reglas inventadas que sacaste de internet

— Como sea, sólo agarra seis cartas y ya 

— ¡Que no voy a agarrar 6 cartas! 

Y así podían pasar horas peleando hasta que guardaban el juego. Trataron de ver series juntos, con tanto tiempo desconectados del mundo tenían muchos títulos pendientes. No parecía que hubiera razón para pelear por tan solo ver la televisión...hasta que uno de ellos de adelantó. 

— Steve, ¿por qué la computadora dice que vas en la temporada 6 de Brooklyn 99?

— Debe estar mal — el rubio fingió demencia mientras recogía los platos de la cena — Debe decir temporada 5, es donde nos quedamos ayer

— Si, antes de que me diera sueño y tu te quedaras en la sala a "leer" — puso énfasis en la ultima palabra mientras hacía comillas con sus dedos — Viste el final de temporada sin mi, ¿verdad?

— ¡Es tu culpa! Yo no tenía sueño y quería saber como terminaba. Sólo quería ver un capítulo...pero vi cuatro

— Grandioso. Bueno, espero que no te moleste que vea toda la temporada sin ti mañana que vayas a hacer las compras 

— ¿Que? No, espera, eso no es justo 

— Atente a la consecuencias Steve 

Cuando las series también resultaron en un fracaso, probaron con los videojuegos. Para su suerte, meses antes del encierro se hicieron de un PlayStation 4 y Sam les había recomendado un par de juegos interesantes. Algunos le gustaban a Steve, otro a Bucky, pero no habían encontrado ninguno que disfrutaran los dos pro igual. Estaban dispuestos a buscar otra cosa en la que distraerse cuanto probaron un último juego. 

— Y...¿Cómo se juega esto? — dijo Bucky mientras hacía que el personaje pelirrojo con una chaqueta roja que controlaba se moviera por su lado de la pantalla — ¿Sólo aprieto los botones y ya? 

— Eso dijo Sam — El Cap apretó un par de botones y su personaje de cabellos negros y chaqueta blanca lanzó al de Bucky de una patada al otro lado de la pantalla — Ah, con que eso hace 

— ¡Oye! Ya vas a ver — apretó un par de botones sin prestar atención a cuales y un par de llamas azules salieron de las manos de su personaje — Eso me gusta 

— ¿Cómo hiciste eso? 

— No tengo idea. Vamos I..¿Iori? — se acercó a la pantalla para leer el nombre debajo de su indicador de vida — Si, eso, Iori. Vamos Iori, pateemos el trasero del enemigo 

— Ya veremos quien patea el trasero de quien. Adelante Kyo, vamos a acabar con ellos

Pasaron horas jugando, cambiando de vez en cuando de personajes para explorar todo el catálogo de peleadores que tenía el juego. A pesar de ser combates, parecían disfrutar lo suficiente como para no enojarse entre ellos cuando perdían. No se detuvieron hasta que la consola por si sola pidió que pararan, estaba demasiado caliente. 

Al día siguiente, en cuanto terminaron de comer y sin tener ningún otro pendiente. volvieron a tomar los controles y comenzaron un nuevo combate. 

— Tienes prohibido elegir a Iori hoy — Steve analizaba meticulosamente la retícula de personajes — Lo usaste demasiado ayer. 

— Solo lo haré si tu no utilizas a Kyo

— Hecho. ¿Listo para perder otra vez? 

— Golpéame con todo lo que tengas 

En cuestión de días, jugar King of fighters se convirtió en el pasatiempo favorito de ambos. De vez en cuando trataban otras cosas, pero al final volvían a los combates digitales. Se quedaban hasta altas horas de la noche, combate tras combate, victoria tras victoria, hasta que la consola no podía más. Después de eso, si el humor era el adecuado, disfrutaban de su segundo pasatiempo favorito dentro de su recamara. 

Oneshots Stucky | FlufftoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora