Almas gemelas

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Cuando era niño, su madre le solía contar historias antes de dormir. Sobre caballeros, guerreros y princesas que trataban de hacer del mundo un lugar mejor. Él siempre quiso ser como ellos, ser capaz de luchar contra todos con tal de salvar a los más débiles...y encontrar aquello que su madre llamaba "alma gemela". 

— Cuando dos personas están destinadas a estar juntas, siempre se van a encontrar sin importar que tan lejos estén. 

— ¿Y si se mueren?

— Entonces renacerán en otro universo. Tal vez no sean los mismos, pero su amor seguirá ahí, y cuando se encuentren de nuevo, sabrán que deben estar juntos. Esa es la belleza de las almas gemelas. 

— ¿Cómo voy a saber quien es mi alma gemela, mami? 

— Eso es mu fácil, mi vida. Cuando la veas, sentirás que el mundo deja de girar, tu corazón latirá con fuerza y sentirás una felicidad tan grande que no la podrás describir. Algún día Steve, verás a una chica y pensarás que es la persona más hermosa que hayas visto, y cuando sientas que tu corazón se acelera, sabrás que es tu alma gemela. 

Poco sabía su madre que esa persona llegaría en su adolescencia. Cuando vio por primera vez a James Buchanan Barnes sintió como el mundo se detenía a su alrededor. A partir de ese momento, nadie más existió en su corazón. Se hicieron amigos, los mejores que habían existido. Iban a todos lados juntos, se contaban todo y uno siempre estaba para el otro. 

Cada vez que estaban juntos, Steve sentía que su corazón se llenaba de alegría. Le costaba esconder la tristeza y los celos que aparecían cada vez que Bucky salía con alguna chica, pero hacia su mayor esfuerzo con tal de no ser descubierto y poder seguir al lado de él. Un día, cansado de ocultarlo, le confesó sus sentimientos temiendo lo peor. 

— Ya era hora que me lo dijeras, me estaba cansando de esperar — fue la respuesta que obtuvo

A partir de ese día, comenzaron a salir. Las cosas no cambiaron mucho, con la única diferencia de que Barnes ya no salía con ninguna chica, sin mencionar los besos y caricias clandestinas que compartían cuando estaban solos. 

— Oye Bucky, ¿crees en las almas gemelas? — le preguntó un día 

— No estoy seguro. Creo que hay alguien para todos, pero no se si llamarlo almas gemelas ¿Tu?

— Yo si. Mamá solía decir que cuando dos personas están destinadas a estar juntas, siempre se van a encontrar

— ¿Crees que soy tu alma gemela?

— Si. Creo que si nos llegamos a separar, nos vamos a volver a encontrar 

— Me gusta como suena eso — le dio un beso en la frente y acarició su cabello — Pero no pienso separarme de ti 

Poco sabían de la guerra en la que se sumirían. El día en que el Sargento Barnes partió para ser parte del ejército lo sintieron como uno de los peores. Steve se quedó atrás, sin ser aceptado por su estatura y su pobre estado de salud. 

Cuando se involucró en el proyecto del Supersoldado y se convirtió en el Capitán América, la esperanza de reunirse con Bucky nació dentro de él. Las palabras de su madre resonaron en su cabeza cuando lo rescató de las manos de Hydra. A pesar de estar atado a aquella mesa de metal y de su fatal apariencia, ante sus ojos seguía siendo la persona más hermosa que existía. 

— Parece que era en serio lo de encontrarnos siempre, ¿No es así, Cap?

— Esta vez fue difícil, espero que la próxima vez que te vayas no tenga que enfrentarme a un supremacista 

— ¿Quién dice que habrá próxima vez? Tal vez tu te vayas y yo sea el que tenga que buscarte

— Ya veremos Buck, ya veremos

Misión tras misión, pelea tras pelea, permanecieron juntos. Todos sabían que a donde fuera el Capitán América, Bucky Barnes lo seguía como su leal secuaz. Era más difícil que antes tener un poco de privacidad, pero sabían que peleaban por un bien mayor, y mientras estuvieran en el campo de batalla codo a codo era suficiente. 

Steve se sentía confiado, mientras tuviera a Barnes a u lado todo era posible. Parecía una misión más, probablemente el final de todo, y tenía fe en que saldrían victoriosos...hasta que sucedió. De un momento a otro, todo se vino abajo. Los dos se infiltraron en un tren en movimiento de Hydra, armados hasta los dientes y precavidos como siempre. Un hombre apareció de la nada con una de esas armas extrañas, disparó contra Bucky. Aunque pudo protegerlo, no pudo prever lo que pasaría después. 

Una de las paredes del vagón se destruyó, el sujeto disparó una vez más y Bucky quedó colgando en el aire. Por más que lo intentó, no pudo alcanzar su mano. Barnes cayó y él no pudo hacer más que verlo caer hasta que desapareció de su vista. Se había ido, esta vez para siempre. 

— Esta vez no podré ir por ti — dijo esa noche solo en el bar, viendo una vieja fotografía de los dos. 

La guerra continuaba y él debía seguir luchando. A bordo de ese avión, ese maldito avión cargado de explosivos, sabía que el fin estaba cerca. A escasos metros del iceberg solo atinó a cerrar los ojos y un solo pensamiento lo invadió. 

— Espero encontrarte en otro universo 

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Vaya que el destino era cruel. No solo había sobrevivido, ahora vivía décadas en el futuro. Era un mundo diferente, totalmente ajeno a él, y estaba completamente solo. La batalla de Nueva York y las múltiples misiones que Fury le asignaba lo ayudaban a no pensar demasiado en eso. Pero ahora, estaba ahí, parado enfrente de quien menos se imaginó. 

Cuando esa horrible máscara cayó al suelo y esos ojos azules apagado lo miraron maldijo al destino por aquella cruel broma. Se paralizó, sus manos comenzaron a sudar y su corazón latió con fuerza, pero no era emoción como la primera vez, ni alivio como la segunda. Lo había encontrado por tercera vez, pero ahora sentía temor, ira, tristeza y confusión 

— ¿Bucky? — fue lo único que atinó a decir

— ¿A quién le dices Bucky? 

Sam lo derribó antes de que pudiera disparar. Cuando se recuperó, su arma volvió a apuntar a Steve. La confusión en el rostro del Soldado del Invierno era evidente, y el temblor en sus manos podría haber pasado desapercibido para cualquiera, pero no para Steve que lo conocía tan bien. Ahora Natasha fue quien lo detuvo. 

Cuando quiso volver a verlo, ya no estaba. Se había esfumado y no podía ir tras él. S.H.I.E.L.D. lo acorraló, no tenía más opción que rendirse, y aunque quisiera, le era imposible moverse. El impacto de ver a su Bucky cara a cara, después de enfrentarse con la intención de matarse, era demasiado. 

Sabía que las almas gemelas estaban destinadas a encontrarse siempre. Lo que no sabía, era que el encuentro no siempre era agradable. En ese momento, Bucky era su enemigo. Por su reacción, adivinó que no lo recordaba, pero iba a hacerlo, se aseguraría de que lo hiciera. No sabía como, pero daría hasta el último aliento de su ser para llegar a él y hacer que recordara todo. Su pasado, sus momentos juntos, que era su alma gemela, y que las almas gemelas debían estar juntas sin importar nada. 

Oneshots Stucky | FlufftoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora