Hora del baño

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Steve estaba muerto de cansancio. Acababa de regresar de una misión importante, y lo único que quería en ese momento era llegar a casa y dormir todo el día. Hacía pocas semanas que él y Bucky se habían mudado a una casa para ellos solos, aprobada por las autoridades por supuesto. La cama que compraron le parecía el ligar más cómodo del mundo y no podía esperar por disfrutarla. 

En cuanto puso un pie dentro del lugar, supo que había algo diferente. No quería que Bucky lo esperara en la puerta de entrada, pero era común que estuviera en la sala leyendo algún libro o viendo la televisión. Revisó el recipiente al lado de la puerta donde ponían las llaves y la copia del castaño estaba ahí. Cuando puso sus cosas en la sala, se dio cuenta del pequeño rastro de tierra que había en el suelo junto con unos pequeños rasguños en el sillón. Precavido como siempre, tomó su escudo y comenzó a caminar despacio por la casa. 

— ¿Bucky? ¿Estás en casa?

— Si, estoy...en medio de algo 

Supo que la voz venía del baño. Dio un suspiro de alivio y dejó el escudo en el suelo 

— ¿Por qué hay rasguños en el sillón?

— Ah, eso. No es nada, es que... — El agua de la regadera comenzó a caer y se escuchó un chillido extraño dentro del cuarto. — ¡Mierda! ¡Quédate quieta! 

— ¿Qué fue eso?

— Mi...¿celular? — Se escuchó otro chillido, está vez acompañado de lo que parecía ser tela rasgándose — Ay no 

— Buck, ¿Qué demonios está....? 

Cuando abrió la puerta del baño, se encontró con una escena peculiar. Bucky estaba bajo la regadera, con los pantalones empapados y la camisa rota, ambos llenos de tierra. Aferrado a la cortina con su pequeñas garras, un gato blanco lleno de lodo trataba de escapar del agua. Por los rasguños en la cortina, era fácil adivinar que Barnes trataba de quitarlo de ahí sin mucho éxito. 

— ¿Qué es eso?

— Un gato 

— Se que es un gato, ¿pero que hace aquí?

— La encontré en la calle, se llama Alpine. Salió a jugar pero se metió en un charco de lodo y ahora estoy tratando de limpiarla, pero no quiere. 

— ¿Me voy una semana y adoptaste un gato?

— Creo que piensa que ella me adoptó — Alpine volvió a chillar mientras se aferraba más a la cortina — ¿Puedes ayudarme? 

El Cap cerró la regadera y el gato inmediatamente se soltó, cayendo en los brazos de Bucky. 

— Okey amiga, no te gusta el agua. Anotado — Barnes comenzó a acariciarla sin pasar desapercibida la mirada un poco reprobatoria de su pareja — ¿Nos la podemos quedar?

— ¿Cuándo la metiste a la casa?

— Un día después de que te fueras

— ¿Por qué...? ¿Sabes, que? No quiero preguntar más. De seguro le compraste una cama y juguetes — el aludido asintió levemente — Va a ser tu responsabilidad

— Sí Capitán — Steve rodó los ojos, solo lo llamaba así cuando conseguía lo que quería — ¿Me ayudas a bañarla?

— Creo que no hay de otra. Siéntate un poco lejos de la regadera, y por favor aléjala de la cortina

Bucky obedeció y se sentó con Alpine entre sus piernas, quien ronroneaba ante las caricias de su dueño. Steve tomó una toalla, se quitó su camisa para evitar que se mojara y abrió un poco la regadera. Con la toalla empapada, se acercó al animal y poco a poco comenzó a limpiarla. 

— En el estante está el shampoo que le compré 

— Por supuesto que le compraste un shampoo especial. Me sorprende que no tenga su propia toalla 

— No encontré una que me gustara 

— Claro

Después de unos cuantos minutos, Steve se llevó a Alpine y dejó solo a Bucky para que se diera un baño. Cuando entró a su cuarto, se fijó en la pequeña cama esponjosa blanca con estrellas rojas en el suelo y lo que parecía ser un rascador de cartón al lado. En cuanto la puso en el suelo, la gatita subió a la cama grande, ignorando completamente la suya, y se acurrucó en el centro mientras ronroneaba complacida. 

— Tu no duermes en tu cama, ¿verdad? — Se sentó al lado del animal y la empezó a acariciar — Te advierto que yo también vivo aquí, así que tendremos que compartir la cama, ¿Entendido? 

Como respuesta Alpine frotó su carita contra la mano del Cap. Sabía que desde hace tiempo Bucky quería una mascota, pero nunca se le ocurrió que adoptaría una aprovechando su ausencia. No le desagradaban los animales, pero tampoco lo volvían loco. Sin embargo, estaba dispuesto a darle una oportunidad a la nueva mascota si eso hacía feliz a su novio. 

El castaño entró al cuarto con el cabello mojado y una toalla enredada en la cintura. Vio con ternura como su pareja se había quedado dormido con la gatita acurrucada a su lado. Tratando de hacer poco ruido, se puso pijama y se acostó al lado de los dos. Aunque trató de no hacerlo, Steve se despertó con el movimiento del colchón. 

— Perdón, no te quería despertar 

— Descuida, no estaba tan dormido — Se acostó de lado para quedar de frente sin mover demasiado a Alpine — ¿Nos vamos a convertir en una de esas parejas que tienen gatos en lugar de bebés?

— Podemos tener bebés también 

— Bucky, apenas pudiste bañar al gato, ¿Qué harías con un bebé?

Pretendió ofenderse un poco y luego se quedó pensando unos segundos

— Creo que con un gato tenemos suficiente

— No creas que se me olvida que la adoptaste sin consultármelo — Bucky lo abrazó por la cintura y lo acercó a él sin aplastar a la gata — Hablaremos mañana 

— Si señor 

Segundos después los tres estaban dormidos en la cama. Bucky abrazando a Steve, el rubio con su cabeza apoyada en el pecho del otro y Alpine en medio, acurrucada entre sus nuevos padres.  

Oneshots Stucky | FlufftoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora