Guardabosques

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Dumbledore miro por un momento a Gellert mientras se preparaba para entrar, había notado el brillo de la sorpresa en la mirada del pequeño Grindelwald hacia el pueblo mágico, sus ojos habían observado las velas flotantes cerca de los árboles y los escaparates casi vacíos de las tiendas cerradas, los juguetes llamativos de la tienda Zonko o los artículos de Quidditch exhibidos en la tienda Spintwitches, algo que era normal para muchos podía ser sorprendente para otros, esa era una de las cosas más maravillosas de este mundo, en cualquier lugar podrías hallar algo nuevo y sorprenderte, esa misma sorpresa es la que te haría buscar el porque de las cosas y así iniciaba la incesante búsqueda del conocimiento.

Le alegraba que Gellert apreciará las pequeñas cosas, su padre nunca se detuvo a apreciar lo bello de la vida aunque no podía culparlo, Grindelwald estaba muy ocupado con sus metas y su búsqueda de poder como para apreciar algo tan común como el viento o las velas encantadas que flotaban alrededor de los árboles de un pueblo mágico, el hijo de el que alguna vez fue su amigo lo miro fijamente por unos segundos para después mirar el cartel del local en el que se habían detenido, las tres escobas, la antigua posada de Hogsmeade que había estado casi desde su fundación, habían pasado muchas cosas en este pueblo y esperaba que el pueblo durará lo suficiente para que muchas más cosas importantes pasarán dentro de sus terrenos, incluso si ningún evento importante sucedía estaba seguro de que cientos de magos talentosos recorrerían el pueblo durante su juventud en Hogwarts.

Dumbledore sacudió su cabeza al notar que Gellert volvía a mirarlo esperando a que avanzará de nuevo, no era educado dejar esperando a los jóvenes mientras pensabas en recuerdos del pasado, no cuando esté momento era tan importante para el futuro de su acompañante, después de todo sería la primera vez que visitaría una posada y probablemente no sería la última.

Albus empujó suavemente la puerta de la posada llamando la atención de los clientes y de la dueña que sonrieron al reconocer al director de Hogwarts aunque no pudieron evitar notar que estaba acompañando por un chico rubio de ojos verdes oscuros que a primera vista parecían bastante siniestros, el chico avanzó con la cabeza ligeramente hacia arriba, sus pasos eran sutiles y elegantes como si las miradas no le importaran en lo más mínimo, generalmente una persona normal se sentiría cohibido por la mirada de decenas de extraños pero el chico camino como si nada mostrando una gran seguridad en si mismo, el chico dirigió su mirada hasta dos lugares cercanos a la barra justo en el centro de la multitud.

Albus se limito a seguir al chico hasta los asientos que había escogido, el realmente se parecía a su padre, esa presencia de seguridad y poder que emitía al caminar, su sonrisa carismática que podría cautivar a más de una persona y sobretodo su mirada profunda que parecía poder analizar lo más profundo del alma, incluso poseía su capacidad de liderazgo nato, es decir cualquier niño de su edad esperaría a que su padre o madre eligieran un lugar para sentarse o quizás pedirán sentarse en algún lugar mientras que Gellert simplemente había tomado su decisión sin siquiera mirar atrás esperando que los demás lo siguieran, solo debería aprender la importancia de cuidar de sus seguidores para ser un buen líder aunque eso probablemente lo aprendería en Hogwarts.

Gellert se sentó en la barra mientras que miraba a la camarera y dueña del local, ambos compartieron una mirada por un par de segundos hasta que Rosmerta saco su pequeña libreta y le pregunto amablemente que deseaba ordenar, el chico miro por un breve momento el menú y decidió escoger una bebida de jarabe de cereza con gaseosa, Dumbledore se sentó justo en el momento perfecto para pedir una bebida, pensó que no sería ético beber cuando su acompañante ni siquiera tenía la edad necesaria para ir a Hogwarts pero recordó que Gellert no era del todo normal, de hecho hace años había pasado su edad para ir a Hogwarts.

Ambos magos disfrutaron de sus bebidas mientras que hablaban en voz baja para evitar molestar a las demás personas del bar que en su mayoría habían vuelto a sus asuntos, Gellert miro con curiosidad a su gato que lo observaba a la distancia, el gato estaba acostado sobre una mesa en la esquina del bar, su color traslúcido era una evidencia de su camuflaje mágico, probablemente el era único que lo podía verlo... Quizás Dumbledore también podría pero no creía que fuera capaz de sentir las emociones del gato, Gellert podía sentir el nerviosismo y estrés del gato al nunca haber estado con tantos humanos, de hecho podía compartir algo de ese sentimiento pero había una diferencia entre ellos, mientras que el gato se sentía seguro por su habilidad de esconderse el joven mago se sentía seguro por su conocimiento, si bien era cierto que el nunca había tenido una pelea tenía el conocimiento suficiente como para derrotar a la mayoría de personas y almenos tenía la seguridad de poder usar los hechizos de forma más que correcta.

La comida fue más que curiosa ya que Gellert nunca había probado otro tipo de sazón que no fuera el acostumbrado en su casa, la comida le resultó agradable aunque noto que sus modales no eran los más normales en este sitio aún así eso no evitaría que disfrutará la comida, estaban por acabar de comer cuando la puerta detrás de ellos se abrió y se escucharon unas grandes pisadas, lo primero que le vino a la mente fue un trol de montaña pero dudaba que uno fuera lo suficientemente inteligente para entrar además de que no había rastro del hedor corporal de un trol aun así no le tomo importancia hasta que Dumbledore volteo y lo llamo.

Gellert volteo a ver al director de Hogwarts que se había parado para saludar a una persona increíblemente grande y corpulenta con una barba que solo se podía comparar con su inmensa cabellera.

-Hagrid que coincidencia tan agradable, ven te quiero presentar a alguien, el chico a mi lado se llama Gellert y estará por un tiempo en Hogwarts, espero que se puedan llevar bien-, dijo el director.

-Rubeus Hagrid, llevo el cargo de guardian de las llaves y terrenos de Hogwarts-, dijo la enorme persona.

-Es un placer conocerlo, señor Rubeus, Albus me a hablado bien de ti, espero que podamos llevarnos bien-, saludo Gellert con elegancia.

Hagrid asintió mientras que le preguntaba a Albus si quería que los acompañará al castillo pero el director negó con la cabeza para después pedirle que mañana a primera hora fuera a la dirección ya que haría una reunión de importancia con los jefes de las demás casas y quería que estuviera presente, después de intercambiar unas pocas palabras más el director dejo unas monedas en el mostrador y junto a Gellert se dirigió al castillo, mañana tendría que dar lugar a muchas explicaciones.








En memoria de Robbie Coltrane, Rubeus Hagrid

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