Capítulo I [PARTE I]

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El padre amoroso de singular cabello ensortijado, tomó a la más pequeña de sus hijas de nombre Inés y la sentó en su regazo. Mientras que a Isabel (su hija mayor), le indicó con un gesto que se acercara a ellos.

—¿Nos contarás una historia? —preguntó Inés con entusiasmo.

—Sí, hoy les contaré una nueva.

Inés sonrió animada.

—¿Sobre sirenas? —preguntó la pequeña llena de emoción. —Adoro a las sirenas, papá, cuéntanos una historia sobre sirenas.

Su padre negó con la cabeza e Inés resopló desilusionada.

—Lo siento Inés. Pero, esta vez, las sirenas no son las protagonistas.

—¿Por qué no? Papá, yo quiero una historia de sirenas —respondió Inés y después hizo un puchero.

—Hija mía, no te desanimes. Las sirenas aparecerán.

—¿De verdad?

—Sí, nunca te mentiría.

—¡Júralo por el meñique!

El padre río.

—Lo juraré por algo más valioso.

—¿Más valioso?

—Sí, lo juraré por mis ojos verdes.

Inés se le quedó viendo a su padre. Decidiendo en silencio si lo que le había dicho, era verdad o una broma.

—Papito, tus ojos no son verdes, son «cafeces», como los míos. ¡Mira! —dijo al final.

El padre le sonrió y acto seguido, se giró hacia su hija mayor.

—Isabel, ¿tú qué opinas? ¿Mis ojos son cafés o verdes?

Isabel, quien hasta ese momento estaba sentada a su derecha muy callada, se acercó al rostro de su padre y le miró directo a los ojos.

—Son... —se detuvo al notar los reflejos verdes en el iris de su padre.

—¿De qué color son? —la apremió su padre.

Isabel frunció el ceño y se acercó más a él. Y solo después de unos segundos de observación minuciosa, llegó una conclusión:

—Son cafés —dijo sin dudar.

Su padre sonrió.

—Te lo dije, son cafés —comentó orgullosa Inés.

—Debe ser por la luz. ¿Sabían que hace falta luz natural para ver la magia?

—¡Magia! ¡Adoro la magia! —exclamó extasiada ante la idea Inés.

—Papá, ¿qué historia vas a contarnos? —preguntó Isabel.

—Una historia muy antigua y que ocurrió aquí...

Y así, tanto Inés como Isabel miraron a su padre, mientras él comenzaba a relatarles con ánimo parte de su propia historia.

Entre la montaña y el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora