Capítulo 16

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Ya habían pasado los tres días de plazo que le dio su padre y ahí estaba: dirigiéndose hacia la horca. O más comúnmente llamada la oficina de Alejandro Valdés. En su vida se había sentido tan nerviosa y no era para menos. En sus manos estaba el destino de su empresa. En realidad aun no era suya, sino la de su padre pero no dudaba que con el tiempo se haría cargo de ella y quería demostrarle a Gustavo que la dejaba en buenas manos. No defraudaría su padre, no lo haría. Aunque tenga que secuestrar a Valdés todo saldría según sus planes. Se detuvo justo cuando el joven que la estaba guiando se detuvo.

Aquí es señorita. Seguro su secretaria esta ahí también, puede pedirle a ella que la contacte con el señor Valdés.

Muchas gracias.

De nada.

Se paro frente a la gran puerta que tenía delante suyo y toco, pero nadie contesto. Espero unos minutos y luego se atrevió a entrar. Cuando lo hizo se topo con un gran escritorio con muchas cosas en él y una puerta algo grande, aunque no tanto como la que acababa de cruzar al lado derecho de este. Dedujo que seria el escritorio de la secretaria de Alejandro pero ella en ese momento no se encontraba. Se extraño que no hubiera nadie. Entonces decidió que debería presentarse ella sola ante el señor Valdes. Estaba a punto de tocar cuando escucho un gemido extraño. Al principio se sorprendió y su mente imagino una y mil situaciones pero cuando volvió a oír el mismo sonido supo que no era un sonido que se hiciera en cualquiera de las situaciones que ella y su mente tan pervertida se imaginaron. Lo único que atino a hacer fue entrar lo antes posible y cuando lo hizo barrio toda la habitación con su mirada, dándose cuenta que frente a ella estaba Alejandro Valdés, completamente de pie frente al gran ventanal de su oficina y con una pistola apuntándose hacia si mismo. Más precisamente hacia su propia cabeza.

Valentina apenas podía creer lo que sus ojos veían y fue la sorpresa lo que le impidió actuar rápidamente. Mas, dos segundos después lo único que hizo fue correr hacia el padre de la mujer que amaba para intentar quitarle el arma con la cual pensaba terminar con su vida. Cinco segundos después se oyó un disparo proveniente de la oficina del gerente general de Valdés Asociados S.A. En ese mismo instante Marina, la secretaria de Alejandro Valdés, ingresaba a la ante oficina de su jefe, luego de haber regresado de cumplir una orden dada por este.

Al cerrar la puerta principal y oír el ruido provocado del disparo se quedo paralizada sobre el lugar donde se encontraba. Solo segundos después sintió como tocaban apresuradamente la puerta de la cual ella aun no se movía y sin darse cuenta abrió. Se encontró con cinco hombres de la seguridad de la empresa que la miraban como esperando que se quite para poder ingresar.

¿Que sucedió? Oímos el ruido de un disparo y...

Fue interrumpido por el grito de la joven Carvajal que salía apresurada de la oficina de Alejandro. Una ambulancia! Se esta desangrando! Apresúrense!

Gritaba Valentina a las seis personas que estaban mirándola como si ella estuviera loca. No era para menos ya que Valentina estaba con la blusa manchada de sangre y era una total desconocida en la empresa. Así, uno de los custodios se apresuro a inmovilizarla, otro tomo el teléfono para se apresurarse a llamar a la ambulancia y los demás ingresaban a la oficina del señor Valdes.

¿Que demonios le sucede?! Quítenme las manos de encima!

Señorita usted queda bajo custodia hasta esclarecer que sucedió.

Cuando se entere que sucedió usted será el primero que deba esclarecer como demonios me esta tratando! Le salve la vida al señor Valdés y esto es lo que recibo a cambio!

Suéltala Lino! El señor Alejandro se acaba de desmayar pero antes aclaro que la señorita le salvó la vida

Dijo uno de los custodios que salio de la oficina. Luis, esa ambulancia! El jefe esta perdiendo mucha sangre!- Esta en camino!

Déjame Amarte  Adaptación Juliantina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora