Capitulo 30

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Tres meses después...

Todo esta perfecto.

Me alegro mucho por ti July.

Yo también créeme. Estoy súper feliz! Pero...amiga...dime ¿Cuándo regresarás? Te extraño mucho

Dijo aferrando más fuerte el teléfono.

Espero terminar lo antes posible estos papeles.

Según supe había mucho trabajo con ese contrato.

Decir mucho es poco amiga: es exorbitante!

Por eso te recomendé a ti, sabia que solo tú podrías con eso.

Dijo alegre.

Y te lo agradezco mucho Juliana. En serio.

Dijo sonriendo agradecida.

No hay de que. Más bien te diré que cuando regreses me encontraras gordísima!

Jajaj no será para tanto July! Te verás hermosa! Te sienta perfecto el embarazo.

La próxima semana cumpliré tres meses y el vientre ya esta empezando a sobresalir por eso te digo que estaré gordísima!

Richard dijo...

Si, se lo que Richard dijo: que debía cuidarme al menos los cuatro primeros meses, que son vitales y que si pasaba tranquila este tiempo todo iría perfecto después.

Por favor amiga no hagas desarreglos, ya no falta mucho.

Pensando en lo que le gustaba a Juliana trabajar hasta tardísimo.

Salgo temprano de la oficina y duermo ocho horas diarias al menos. Las nauseas me despiertan a la hora debida, no mas, no menos. Después de ello las demás comidas no son problema. Los mareos han sido casi nulos y estoy subiendo de peso adecuadamente. Richard dice que el embarazo va perfecto.

Dijo sonriendo.

¿Juliana ya se lo dijiste?

No, aun no.

Su alegre mirada cambio inmediatamente por una tristeza visible.

Tengo miedo. Quiero decírselo cuando todo este bien. Temo que cualquier altercado pueda...

Está bien te entiendo

Dijo comprensiva.

Gracias

Dijo triste.

Vamos Juliana arriba ese animo!

Gracias.

Dijo intentando sonreír.

Debo irme amiga, la hora de cenar casi ha terminado y debo seguir con todo este papeleo.

Está bien. Cuídate. Te espero dentro de dos días.

Si, hasta pronto. Nos vemos.

Adiós.

Ambas colgaron sonriendo. Juliana era la que más ya que esas pláticas, aunque cortas, la alegraban. Lo que en realidad la alegraba era poder compartir con alguien la alegría de estar embarazada. Si, esta vez si resultaría. Todo tenía que ir bien. Sonrió y coloco las palmas sobre su vientre:

Te quiero mucho. No demores más de lo necesario, por favor.

Se volvió para salir del estudio con una gran sonrisa en el rostro. Sonrisa que desapareció al ver a la puerta de la habitación. Sus ojos se abrieron casi tanto como los de Valentina que estaba paralizada en la puerta mirando fijamente a Juliana. Ambas se miraban detenidamente. Una sorprendida y la otra asustada.

Déjame Amarte  Adaptación Juliantina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora