-¿Y tú no te quieres liar conmigo?
Mimi lo soltó con tal naturalidad que no dejó en ningún momento la cerveza, de hecho, le dio un largo trago soltando un guiño picarón.
-¿Qué?...
-Pues eso. Que si no te lo has planteado nunca. ¿Tú y yo?
Miriam la miró a los ojos buscando algo de broma en ellos, porque mal no lo había escuchado.
-¿Pero...?
-A ver, deja el taco un segundo-le señaló el taco de billar que aún tenía en la mano su amiga y se acercó a ella con una sonrisa ladeada-, que te harás daño.
-¡ES QUE NO ME LO ESPERABA!
-Ya 'illa... la camarera tampoco se esperaba que chillaras.
Miriam miró hacia la barra, centrando su mirada en las dos camareras y se disculpó con la mirada. Las conocían a ambas de hacía meses ya; se sabían sus nombres y sus habituales comandas de memoria. Pero, en aquellos momentos, las estaban observando entre alarmadas y sorprendidas.
Cada semana se emborrachaban a base de jugar al billar o jugaban al billar emborrachándose.
Una de dos.
Pero aquella frase de Mimi era la primera vez que la escuchaba durante sus habituales duelos.
-¿Quieres liarte conmigo?-preguntó aun atónita y ya con un tono de voz más privado.
-¿Tú no?
Durante unos segundos, Miriam se centró en su rubio lacio cayendo sobre su camisa de tirantes, los tatuajes en sus brazos, sus ojos verdes y sus labios gruesos definidos por el pintalabios. La última parada fue su escote bien marcado... Cuando volvió a sus ojos, Mimi la recibió con una mirada depredadora que nunca antes había usado con ella...
-Pues...
-¿Crees que soy guapa, leona?-ronroneó mientras paseaba el dedo índice por su brazo escalando con la punta de la uña por su piel.
-Claro que sí.
Miriam, sin aguantar aquella tensión, no dudó en contestar, pero tampoco dudó en girarse hacia la mesa de billar y golpear de cualquier manera la bola blanca.
¿Iba a lisas o rayadas?
Ni se acordaba.
-No has dudado.
-¿Y por qué iba a dudar?-le respondió apoyándose en la mesa de billar; al parecer la conversación no se había acabado ahí- Eres muy guapa.
Hubo un par de segundos de silencio de por medio en los que Mimi dio dos pasos para volver a quedar cerca, muy cerca, de Miriam.
-Las dos somos bisexuales.
-¿Y...?
-Y... las dos acabamos de salir de una relación, yo con un gilipollas posesivo que...-hizo un gesto con desdén al recordar-, ya lo sabes. Y tú hace meses que la relación con ella...-Miriam se tensó en el sitio y su amiga lo notó-, y ya sabes... acabó. Y tenemos necesidades. Yo tengo necesidades.
La leona chasqueó la lengua contra el paladar y se apartó el cabello de la cara. ¿De verdad estaban teniendo aquella conversación? Se lo contaban absolutamente todo; eran inseparables desde que habían empezado a trabajar juntas pero... ¿tanto?
-Mimita, cariño, tenemos que dejar de beber. Pero ya.
-¿Eso es porque también soy una tentación para ti?
El siguiente paso adelante hizo que Miriam quedase acorralada entre la mesa de billar y Mimi; se había acercado lo suficiente para que el primer plano que tuviera Miriam de ella, fuera de sus ojos y de sus labios.
La palabra "también" no pasó desapercibida por Miriam.
-Te toca a ti.
-¿Qué?
-Que te toca jugar a ti.
Fue el turno de Mimi de pestañear con confusión para luego soltar una carcajada que volvió atraer los ojos del resto del local hacia ellas; un segundo más tarde, se separó de su amiga dándose la media vuelta, casi volviendo a la normalidad de hacía cinco minutos.
Casi.
-Que mala que eres.
-¿Yo? Siempre.
Pero la pregunta de sí quería liarse con ella no se alejó mucho de la cabeza de Miriam.
¿Cómo podría?
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I've always liked to play (with fire) Miriam²
FanfictionEl peligro me eleva sin controlar lo que está por ocurrir... todos tenemos secretos que no podemos contar: y es que a mi me encanta tu olor entre mis sabanas. Siempre me ha gustado jugar... con fuego. Miriam²