14. Tan lejos y tan cerca (II)

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-¿Te ayudo a descargar las bolsas, Mimi?

En aquel momento, Mimi miró a uno de sus jefes, Manu, quien le regalaba una sincera sonrisa mientras que la gallega se alejaba de ella y del Yaris abrazando a cada persona que pasaba por su lado.

Auch.

La granadina sacudió sus pensamientos y aquel peso en el corazón que se le había instalado y contestó con la misma sonrisa:

-Sí, por favor, que Miriam se ha escaqueao' de buena manera.

El olor a campo, a naturaleza y hierba recién cortada; descargar bolsas, desempaquetar comida y preparar la mesa para todo el personal que eran. Todo influyó en Mimi para distraerse en aquellos cuarenta minutos desde su llegada. Sin embargo, tampoco hizo que se olvidara de Miriam, siempre a diez metros de distancia de ella.

Como si fueran dos polos que se rechazan.

¿Lo hacía aposta?

Suspiró y decidió que no era mala idea abrir la primera lata de cerveza del día.

Con el primer trago, Mimi escaneó todo su alrededor; vio un arroyo a lo lejos, donde algunos niños tentaban a su suerte en noviembre; todo rodeado de árboles, salvo por la explanada que hacía de campo de fútbol en el otro extremo. Mesas a un lado, barbacoas al otro y un bar y una zona de servicios en el centro de aquel paraíso verde.

Estaba todo muy bien distribuido para estar al aire libre.

-¡Mimi! ¡MIMI!

La rubia se giró ante los gritos y recibió de golpe a dos cuerpos contra ella. Al instante, soltó una sonora carcajada ante las dos morenas.

-No sabía que habíais llegado ya.

-Amaia, que no sabe llevar un GPS.

-Jo, tía, eso no es verdad...

-¡Una hora tarde hemos llegado! ¡Por tu culpa!

-Bueno, pero ya estáis aquí. Y no os habéis perdido mucho-quiso aligerar Mimi.

Fue entonces cuando aquel par de ojos marrones la escaneó y su instinto supo cuál iba a ser la siguiente pregunta:

-¿Dónde has dejado a Alan? ¿Lo tienes esposado en tu cama y no lo dejas salir de tu habitación?

La rubia soltó otra carcajada y negó con la cabeza ante la mirada de sus dos amigas, ¿por qué todo el mundo le preguntaba por él? Bueno, Aitana y Amaia sabían de su historia con él, también, pero... aún así podrían evitar la pregunta.

-Venid, que os cuento las novedades.

-¿Buenas novedades?

Justo en aquel preciso momento, Mimi levantó la vista de nuevo y se encontró con los de Miriam mirándola de vuelta.

Tan cerca y tan lejos.

No era un sentimiento agradable querer sentir a alguien tan cerca y a la vez notarlo tan lejos.

¿Por qué no venía a ella? ¿Por qué no la buscaba? ¿Por qué tenía que ser tan terca y tan... picada?

Fue Mimi la primera en apartar la mirada y alejarse con las dos morenas para ponerlas al día de todo el asunto de Alan, alejada de los oídos curiosos de sus compañeros de trabajo.

Horas más tarde, y mucho alcohol después hizo que el cuerpo de Mimi por inercia buscara el de Miriam. Antes de darse cuenta, la agarró con fuerza por las mejillas haciendo que sus ojos se encontraran muy cerca y le regaló un pico en los labios nada más llegar a ella en la zona de las barbacoas.

I've always liked to play (with fire) Miriam²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora