12. La pregunta

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La única cosa que le importaba a Miriam en aquellos momentos, era comer. Estaba hambrienta y eran las tres de la tarde; no había comido desde las nueve de la mañana, así que aquellos buñuelos de bacalao le estaban sabiendo a gloria.

Una bendita ambrosía para su paladar.

-No respondiste a mi pregunta...

La gallega levantó la vista de su plato y se encontró con aquellos ojos verdes, curiosos y divertidos, con una copa de vino en su mano. Mimi ni siquiera había empezado a comer de su plato, cuando Miriam prácticamente ya había devorado el suyo:

-¿Cual?-respondió con una pregunta; la leona no había escuchado que le hablase en los últimos minutos.

Al acabar de trabajar, a las dos de la tarde, ambas habían decidido ir a comer a algún restaurante de la zona para desconectar del todo, menos de ellas mismas. Tampoco era la primera vez que hacían algo así cuando ambas coincidían en el mismo turno.

Miriam alargó la mano para beber también de su copa de vino, pero se detuvo a mitad de camino por la contestación de Mimi:

-Si tendrías una relación conmigo.

-Mimi...

Ella se bebió la copa del tirón, necesitaba humedecerse los labios urgentemente.

-No te vas a librar, Miri.

-¿Pero lo dices en serio?

Miriam se centró en aquellos ojos, que en ningún momento se habían apartado de los suyos; Mimi podía decir todas las locuras posibles por existir, tonterías y barbaridades en tan pocos minutos que asustaría a cualquiera que no la conociese, pero la gallega si que la conocía... y aquello lo estaba diciendo muy en serio.

-Pues sí.

Suspiró barajando las opciones que tenía sobre la mesa.

-¿Podemos comer primero?

Un segundo más tarde, la rubia soltó una carcajada y se puso a comer con ella:

-Bueno, entonces explicame que están organizando Noe y Manu para dentro de dos semanas, que no me enterao' mu' bien y ni que hay que hacer...

Mimi le rellenó la copa de vino mientras Miriam empezó a hablar sobre el domingo de dentro de dos semanas, en el que se iba a celebrar la comida-cena de Navidad de la empresa.

La hora pasó rápida entre temas triviales, alejadas del tema de su relación y de también el tema de Alan. Comieron a gusto en frente de la otra, casi como si nada hubiera cambiado entre ellas, y Miriam tan solo podía llegar a pensar en cómo se había sentido en la ambulancia con ella por la mañana...

Tan diferente...

La llegada del camarero con una libreta entre sus manos hizo que Miriam volviera a la realidad. Sin embargo fue Mimi la que habló por las dos:

-Queremos dos cafés solos, el coulant para compartir como postre y luego dos copas con frangelico y hielo.

El camarero miró a Miriam como esperando que ella añadiera algo, o que opinara, porque lo había dicho todo Mimi y sin preguntarle ni siquiera. Pero ambas sabían lo que quería la otra, así que asintió al muchacho dándole a entender que todo estaba correcto.

Cuando volvieron a quedar a solas, Mimi la miró durante unos largos diez segundos en silencio:

-¿Y bien?

-¿No se te ha olvidado, verdad?

-¿Quieres que lo olvide?

Miriam se relamió los labios, otra vez secos, pero el vino ya hacía rato que ya se había acabado. Miró hacia los lados esperando la llegada del camarero, pero al parecer se habían quedado totalmente a solas en aquella sala...

Literalmente, eran las últimas que quedaban en el restaurante.

-Ahora mismo no tendría una relación con nadie...

-Oh.

Mimi agachó la cabeza, quedando oculta entre aquella cortina rubia.

-No, a ver...-la gallega alargó la mano para hacer que la mirase de nuevo-. Jobá, déjame explicarme. Quiero decir que ahora mismo no tendría nada con nadie porque sentimentalmente hablando no estoy...

-¿Es por tu ex?

Miriam no se estaba explicando nada bien y no sabía cómo solucionarlo.

-¿Qué? ¡No!

-No te entiendo...

Suspiró frustrada y justo en aquel momento llegó el esperado camarero con toda la comanda; la gallega se aferró al frangelico y le dio un largo trago, acabando con más de media copa de golpe.

-Wow...

-No hay nadie que me diga ahora mismo "¿quieres ser mi novia?" y yo conteste "sí".

Mimi la miró pensativa y luego asintió con pausa:

-Pero eso lleva tiempo, un proceso, nada nace tan de golpe...

-Claro, a eso me refiero cuando digo que no tendría una relación "ahora" con nadie, pero... podría tener sentimientos por alguien. Podría pasar en un futuro... cercano.

-¿Por mi?-le devolvió la pregunta con una sonrisa tan dulce e inocente, que derritió a Miriam-. ¿Conmigo?

-Sí.

Necesito tiempo para procesar estos sentimientos.

-¿Quieres...?

-No lo digas, Mimi. Come coulant mejor.

-Miriam-se negó a coger la cuchara que le estaba ofreciendo.

La leona se volvió a perder en aquellos ojos verdes y le habló lo más sincera posible.

-Tendría una relación contigo si se dieran las cosas, Mimi. Eso no me frena... pero, ahora hay muchas cosas fuera de sitio y lo sabes.

-Yo tendría una relación contigo mañana mismo.

Y una vez más, Miriam se quedó con la boca seca y sin aire. 

I've always liked to play (with fire) Miriam²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora