Pasiones Eternas [#3 Pasiones-BL]

Capítulo 14: Logan

«Roto.» Esa fue la palabra que utilizo Marcos para describirse a sí mismo. Un ser incapaz de querer o amar, aunque en mi interior no es que no pueda hacerlo, sino que tiene miedo del final y prefiere decir que su corazón está muerto, incapaz de latir. Cuando Marcos me estaba hablando antes de salir de la habitación sentí tanto dolor invadiendo mi cuerpo; el vampiro bajó sus defensas y me permitió mirar sus recuerdos…tanto dolor…tanto sufrimiento…Marcos vio a las personas que más él quería morir y luego de eso mató a los provocadores de todas esas desgracias.
Lo que Marcos demostraba es un reflejo de todo lo que ha pasado en su vida.

«Como si fuese un espejo roto.» Quizás esta fuese la frase que mejor le describe en estos momentos, pero no el tipo de espejos que por un accidente o error del destino cae un día al suelo y en menos de un instante se desmorona en mil pedazos ¡No! No era ese tipo de espejo. Es más bien el espejo antiguo y reluciente, ese espejo que ha reflejado la felicidad por miles de años y que, con el paso del tiempo, comienza a ver imágenes no tan alegres. Es como un hermoso espejo dorado que se va sumergiendo en la penumbra y la oscuridad sin nunca más volver a ver la luz del día; ese espejo tirado en el trastero y que queda en el olvido, un espejo que no se rompió en un segundo sino con el paso de los días. Marcos, durante siglos, ha sido ese espejo al que fueron cargando de oscuridad; que con el primer golpe apareció la primera grieta, sin cuidados y sin atención, la grieta fue abriéndose poco a poco hasta crear nuevos surcos sobre la imagen y, finalmente, las roturas le cubrieron por completo.

Luego de eso, el espejo cayó al suelo y se rompió en mil pedazos. Personas como Tobías han querido reconstruirlo, pero ya era tarde; todos saben que cuando se rompe un espejo, aunque se intente pegar…ya las grietas quedaran por siempre.

Desde que Marcos salió de la habitación, aún estoy sobre la cama, abrazado a mi propio cuerpo. Llevo mi mano a mi vientre y acaricio la zona con suavidad.

—Creo que ni tu ni yo somos los indicados para ayudarle.

El movimiento que proviene del interior de mi barriga es lo único que siento como respuesta. Descubrí hace unos días mi condición y aun la idea no deja de sorprenderme; al inicio pensé que los síntomas de malestar y el exagerado consumo de sangre era debido a la noticia de que Reyes había vuelto; sin embargo, hace poco más de tres días, cuando toqué mi barriga y sentí los pensamientos del bebé que viene en camino me di cuenta de la cruda realidad. Al inicio me asuste y llore mucho, hasta que sentí la suave voz en mi cabeza decirme mami.

Se supone que los Omegas embarazados son solo leyendas antiguas, no existen, pero si nos guiamos por esa lógica cada ser sobrenatural es una leyenda para algún simple humano; incluso para los sobrenaturales los híbridos no deberían existir, menos uno como yo diseñado con gen Omega. Viendo todo eso el hecho de que estoy embarazado parece la cosa más común del mundo.

No sé todavía si es niño o niña, pero seguro lo sabré pronto; contando desde mi celo, cuando estuve que Marcos por primera vez, ha transcurrido casi que un mes. Ojalá pudiese preguntarle a alguien sobre esto, temo que la condición de híbrido influya en algo al embarazo Omega, además, por lo visto el bebé tiene la misma habilidad que yo para meterse en las mentes, aunque por el momento solo entra a la mía.

Me gustaría poder preguntarle a alguien, hablar con Marcos, pero con todo lo que he visto y escuchado hoy ni siquiera creo que deba saberlo; simplemente no está preparado.

—No te preocupes. —Vuelvo a acariciar mi vientre—. Yo voy a cuidarte, no dejaré que pases lo mismo que yo y Reyes.

Definitivamente no le abandonaré, es cierto que esta situación me aterra, pero no voy a dejarlo solo. Criaré a este pequeño aun si Marcos no lo acepta. Llegué a pensar que le gustaba a Marcos por las pequeñas palabras de cariño o por lo que me dijo Tobías el día del hospital, pero, aunque sea así, de nada vale si el vampiro no está dispuesto a aceptarlo y enfrentarlo.