Capítulo 7:Marcos

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—¿Cómo que un Omega?

La estrepitosa voz de Tobías lleno el silencio de la habitación en la que nos encontrábamos. Solo suelto un largo suspiro y bebo del vaso de whisky escocés que tengo en mi mano.

—¿Quieres bajar la maldita voz? Alguien puede escucharnos.

Luego de la reunión del hospital le informamos a los líderes y al anciano del consejo que yo aceptaba la descabellada propuesta de Logan a cambio de su ayuda, sin embargo, no le dijo a nadie de que iba nuestro trato interno, a nadie excepto a Tobías. Habíamos dejado a Ryan al cuidado de Michael y el líder vampiro y yo trajimos a Logan a la casa que pertenece a la familia de Tobías desde hace décadas a las afueras del pueblo. Era un antiguo caserón de estilo colonial. Fue el nido vampiro que utilizamos cuando nos mudamos acá; no obstante, luego de que Tobías se mudó a casa de Ryan prácticamente, el resto del clan también buscó sus propias moradas en el pueblo; ahora solo quedo yo aquí.

—Ya en esta casa solo vives tú. ¿Quién mierda va a escucharnos?

Tiene razón en esto, soy yo quien no desea volver a escucharlo, aún no he terminado de procesar toda la información.

—Logan está en el piso superior intentando descansar, baja la voz por lo menos por él.

—¿Y desde cuando te preocupas porque el híbrido descanse? —Vuelve a preguntar Tobías cada vez más confundido y sorprendido.

—Si mal no recuerdo eras tú quien quería cuidarlo, yo solo soy la niñera.

Tobías da vueltas de un lado a otro del despacho en el que nos encontramos, sé que está confundido ¡Joder! Yo también lo estoy. Nada de lo que está sucediendo tiene sentido, es antinatural, y es bastante irónico que sea yo quien lo diga. Vuelvo a beber un trago de mi bebida mientras contemplo las llamas en la chimenea del despacho. Este lugar siempre me relaja, ahora solo causa inquietud en mi interior porque sé que mientras todo este problema se resuelva Logan y yo seremos los únicos habitantes de esta casa.

—Es que es imposible, los Omegas están extintos, tú lo sabes mejor que nadie. —Alzo la vista hacia Tobías cuando este me señala—. ¡Vamos Marcos! Ya eras un vampiro veterano cuando se decidió que esa raza debía extinguirse…Eso fue hace Milenios.

—En mil cuatrocientos cincuenta para ser más exactos, cuando el renacimiento italiano estaba en marcha.

Los Omegas eran bastante temidos en ese período. Eran las debilidades de los grandes alfas, representaban la obsesión y la pura lujuria en el tiempo de celo. Los más antiguos de las especies no los querían y el poder humano tampoco, representaban todo a lo que la iglesia se oponía, simplemente dejaron que la raza se extinguiese y que el gen muriera. Aun no entiendo como una línea de sangre tan antigua evolucionó en ese niño.

—¿Crees que deberíamos decirle a alguien sobre la condición de Logan?

—Lo pondría en peligro. —Aún no sabemos cómo el resto vaya a reaccionar a esto—. Además, primero hay que descubrir una manera para que Michael se recupere y que ningún otro sobrenatural corra peligro con el veneno híbrido, para eso necesitamos a Logan.

Tobías se acerca y coloca su mano sobre mi hombro, yo solo cierro los ojos, no puedo soportar su mirada en estos instantes.

—No puedo pedirte que te sacrifiques a ti mismo por el resto; no te voy a mentir ahora amigo, cuando los vi juntos en el hotel me divirtió la manera en que ese niño te alteraba, pensé que podría sacarte de tu rutina y volverse algo más, pero que Logan fuese Omega cambia muchas cosas; no puedo pedirte que te fuerces a algo que detestas.

«Detestar.» Irónicamente no es esa la sensación que siento en estos momentos.

—No me has pedido nada, yo tomé esta decisión por mí mismo.

—¿Y qué harás cuando Logan entre en celo? —Mi cuerpo se tensa involuntariamente a las palabras, he estado pensando mucho en ello—. Olvídalo Marcos, pondré a alguien más a que cuide a Logan.

—¡No!

La palabra sale sola de mis labios antes de que pueda si quiera procesarlo. Aprieto con tanta fuerza el vaso de whisky que puedo sentir el frágil cristal quebrándose bajos mis manos. Tobías me observa asombrado, incluso yo estoy impresionado por mi propia negativa. Sería todo tan fácil dejar que alguien más cuidase a Logan, cualquiera, evitaría muchos problemas de olor y sangre; aun así.

—A ese niño voy a protegerlo yo.

El recuerdo de su rostro en el hospital casi que envuelto en lágrimas es como un disparo en el pecho, diciéndome que no saldrá vivo de esta, me niego a aceptarlo; me niego a dejar que ese mocoso muera; aunque, ese no es el único problema. Su olor, ya sus genes han empezado a hacer efecto. Tobías quizás ni lo sienta debido a que tiene pareja, pero yo sí puedo olerlo; esa necesidad que emana de Logan cada vez que está cerca de mí, me enoja y me desagrada esa sensación, pero a la vez es tan exquisita. Además, el híbrido tiene su propio aroma encantador, sin embargo, el mayor problema no es su genética, sino el dorado en sus ojos, desde que lo vi es el motivo que me ha hecho odiar al crío porque, ese dorado, hace que no deje de pensar en él.

—Marcos. —La voz del vampiro a mi lado ahora es suave—. Sé que no quieres hablar de esto, pero eres un alfa; quizás el más poderoso que haya en este pueblo debido edad; el único motivo por el que no tienes tu propio clan es porque tú no quieres, pero eso no quita que continúes siendo un alfa y si ese niño te ha elegido no se conformará solo con tu olor, tarde o temprano querrá más, ¿qué vas a hacer en ese momento?

—No lo sé, —Es la respuesta más sincera que puedo darle—. Pero voy a protegerlo.

Tobías asiente.

—Solo recuerda no beber de su sangre ni dejar que beba de la tuya.

Ahora soy yo quien asiente, estoy claro que ni siquiera en un gran acto de locura puedo permitir eso, sería confirmar una unión y no voy a hacerlo. Logan no lo merece…y yo tampoco…Nunca le he dado mi sangre a nadie, ni siquiera a… ¡Qué importa! Pasado es el pasado y nada va a cambiar.

—Voy a ir a ver a Logan.

Dejo el vaso sobre una pequeña mesa y salgo del despacho, comienza a subir las escaleras que dan al segundo piso cuando siento la puerta de la casa cerrarse y el olor de Tobías alejarse, seguro que regresa con Ryan y Michael, aún hay problemas que resolver por allá. Continúo subiendo y a cada nuevo paso el olor de Logan se intensifica, como somos los únicos en la casa no tengo problemas para detectarlo y, por el sonido de su pulso acelerándose, deduzco que él también sabe que me acerco.

La planta superior está llena de puertas de distintas habitaciones, la mía está al final del pasillo, sin embargo, me dirijo a la primera que es donde Logan descansa. Abro la puerta lentamente y ya el híbrido está al otro lado con la vista en mi dirección.

—Pensé que iba a dormir contigo.

—No confío en ti. —No entro aun a la habitación, solo me quedo en la puerta.

—¿Y entonces que haces aquí?

«No lo sé

—Aún tengo que cuidarte.

—Eso puedes hacerlo desde la planta baja.

Se da la vuelta y mira la cama, luego de ello procede a quitarse la camisa.

—Quiero un baño.

Pero no le escucho, mis ojos están distraídos en el tatuaje en su costado.

—¿Qué significa eso?

Por fin me acerco poco a poco a él, Logan vuelve a girarse en mi dirección y sonríe.

—Si tu no confías en mí yo no tengo porqué contarte nada sobre mí. —Sus ojos van directo a mi cuello y puedo escuchar como su pulso vuelve a acelerarse y su garganta se reseca.

—¿Quieres olerme ahora?

Las mejillas de Logan se sonrojan y aparta la vista al suelo.

—¡Vete a la mierda! Tampoco tienes que tratarme como a un perro.

Tomo el mentón de Logan entre mis dedos y le obligo a alzar la cabeza, su piel es suave al tacto y bastante cálida en contraste con mis fríos dedos.

—Hice un trato y voy a cumplirlo. —Zafo los primeros botones de mi camisa—. Pero primero, algunas normas.

Pasiones Eternas [#3 Pasiones-BL] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora