Pasiones Eternas [#3 Pasiones-BL]

Capítulo 2:Marcos

—¡No voy a ser una niñera! —Mi voz salía baja y enojada entre mis labios.

No tengo por costumbre alzar la voz ni dejar de verme calmado, menos que menos con mi alfa quien en este momento parecía incluso más relajado que yo mientras conduce al hotel de la Ruta 66 en el que debemos encontrarnos con Michael y Dereck, el cambiaformas y el lobo que acababan de rescatar al nuevo protegido del clan vampiro.

—No te pido que seas una niñera, solo que lo cuides. —Para el caso, es lo mismo, sin embargo, las próximas palabras de Tobías me dejan fuera de combate—. Le debo la vida a ese niño Marcos, tu sabes lo que estar agradecido con una persona mejor que nadie y si lo máximo que puedo ofrecerle es mi protección no dudes que lo haré.

Aparto la mirada y fijo la vista en el paisaje de la carretera intentando contener las molestias que se forman en mi garganta, aunque como siempre mantengo mi rostro indescifrable. Tobías ha atacado un punto que sabe que no voy a reprochar: Yo también le debo la vida a alguien, para ser más específico a él. No estoy seguro de cuento tiempo ha pasado, milenios quizás, pero la verdad es que este hombre que tengo junto a mí me hizo no perder la cordura en un momento de debilidad. La primera vez que le vi mis manos estaban manchadas de sangre y los cuerpos se apilaban bajo mis pies, estaba más que dispuesto a suicidarme luego de lo que había hecho, tampoco es que tuviese razones para vivir, a las personas que acababa de matar en ese instante me habían robado lo que más quería…Fue en ese momento que Tobías apareció, aunque vestía de una forma más acorde a esa época como todo un antiguo príncipe, no ha cambiado mucho con el paso de los años su aspecto físico: Su piel era pálida, sus cabellos lacios y oscuros colgaban sobre sus hombros, sus ojos, al igual que los míos, eran de un verde intenso solo que los de él contenían una chispa de vida de la cual yo carecía. Era como un príncipe gitano.

Me ofreció servirle, me dio una vía para vivir y motivos para continuar y, aunque jamás me hizo olvidar mi venganza, acepté su mano y rechacé la muerte.
Cierro los ojos con fuerza, intento que las imágenes salgan de mi cabeza. Tantos años y aun tan frescas.

—¿Falta mucho para el hotel? —Aunque mi rostro continúa sin trasmitir ningún tipo de emoción el vampiro a mi lado ha pasado tanto tiempo conmigo que logra reconocer mi tono inquieto.

—Solo veinte minutos si las coordenadas que dio Michael son correctas.

Suelto un suspiro y vuelvo la vista a la carretera dejando que el viento que entra por la ventanilla de contra mi cara. Al dominar los elementos siempre es revitalizante cuando tengo contacto con ellos, es una habilidad única y poco común, incluso para los sobrenaturales como yo.

Justo como dijo Tobías unos veinte o veinticinco minutos después estamos a la entrada del hotel donde se hospedan el cambiaformas, el lobo y el híbrido. Subimos hasta el tercer piso e incluso antes de tocar la puerta se puede sentir la tensión de dos personas en el interior, para ser más exactos la tensión de Dereck y Michael, aunque no creo que sea algo debido a nosotros, sus aromas no reflejan miedo, sino algo más. Cuando Tobías toca la puerta uno de los aromas se desvanece varios segundos y segundos después nos abren. Ante nosotros hay un chico que lo primero que resalta son sus grandes ojos azules y su piel llena de tatuajes: Michael, es una de las manos derechas de Ryan, el alfa lobo, hemos interactuado pocas veces, solo en reuniones oficiales del consejo y cuando rescatamos a Tobías, sin embargo, antes de llegar al pueblo realice investigaciones de todos los inquilinos de este, por lo que siento como que conozco muchas cosas del lobo: Abrió un bar hace poco, es un hacker de primera y, por lo visto, desobedeció a su alfa al venir a esta misión.

«Lobo tonto.»

—Se han demorado. —Una enorme sonrisa de su parte nos da la bienvenida—. Aún no puedo creer que Ryan te permitiese venir. —Esto último va dirigido a Tobías.