Pasiones Eternas [#3 Pasiones-BL]

Capítulo 19: Logan

Me mantengo acostado en la cama de mi nueva habitación mientras que Reyes acaricia con suavidad mi vientre y recuesta con delicadeza su cabecita sobre mi panza. No ha dejado de estar a mi lado ni un solo segundo de estos cinco días mientras un médico privado me hace las pruebas necesarias para saber cómo se encuentra el bebé en mi interior. Según lo que nos explicó el doctor los antiguos embarazos Omegas solían durar lo mismo que los de las mujeres normales, sin embargo, por lo visto los genes híbridos en mi cuerpo ha apurado todo el proceso.

Aunque solo ha pasado un mes y un poco el bebé en mi interior tiene el tiempo de un feto de tres meses. Es por ello que esta misma mañana me han hecho mi primer ultrasonido y hemos descubierto que estoy esperando una linda niña; la verdad no me ha sorprendido, el tono de campanilla en su voz ya venía dándome algunas ideas.

—¿Crees que se parezca a nosotros? —Las palabras de Reyes salen esperanzadas.

Paso una mano por mi barriga y otra por los oscuros cabellos de mi hermano mientras pienso detenidamente en la respuesta. Yo tengo muy claro a quien quiero que se parezca.

—Me gustaría que fuese como su papá.

Mi hermano alza la mirada en mi dirección sin apartar la cabeza de mi barriga; sus ojos destellan un poco de enojo, pero no es una furia temible, sino más bien algo parecido al berrinche de un niño pequeño. Luego de eso vuelve a entrar toda su atención en la barriga.

—Tienes prohibido parecerte a tu papá, tienes que ser más como tu mami y tu tío que somos más guapos.

La niña da una pequeña patada a modo de respuesta, he descubierto que su mente siempre desprende emociones de paz y tranquilidad cuando Reyes le habla. Por unos instantes no puedo evitar visualizar la escena de otra manera: En ver de mi hermano es Marcos quien está en esta posición; los cinco días que he estado es la nueva casa de Reyes me he estado preguntando si quizás debí contarle o no a Marcos en la carta sobre su hija. Mi excusa para no hacerlo es pensar que me haría volver a su lado solo por el bebé, pero el verdadero motivo de no cantarle es que tengo miedo, miedo de que a pesar de saber que será padre no me busque.

—Deja de pensar en él. —La voz de Reyes llama mi atención y esta vez cuando le miro todos sus instintos están posados en mí y no en la niña—. Te traje para verte feliz aquí, no para que te deprimieras pensando en él.

—Ya te tocará el momento de saber cómo me siento.

—Jamás sentiré emociones por alguien que no sean tu o mi sobrina, —Su voz es seca y cortante—. Eso sería entregarles poder a las personas sobre mí y no voy a hacerlo, solo hay que ver como lo estás pasando mal tú. Yo tengo preocupaciones más importantes.

—¿Cómo cuáles? —pregunto intentando cambiar de tema.

La sonrisa de Reyes se expande a medida que el aura cambia en la habitación, no puedo evitar sentirme un poco inquieto. En instantes como estos, recuerdo que mi hermano es un líder, sin embargo, no un líder cualquiera, sino de una raza que ha sido creada para dominar y destruir aquello que se le opone. Reyes se aleja de mi como si no quisiera que la niña en mi barriga pudiese sentir esa aura y la energía sanguinaria.

—Por ejemplo: Poder. Crearé mi mundo perfecto Logan, un mundo donde ya yo no sea el único monstruo habitando por la calle, donde se me respete y se me tema.

Siento mi piel erizarse por completo con cada nueva palabra.

—Continuarás con todo lo que hacía Erick; con la droga, el tráfico de criaturas…continuarás matando.

Reyes alza su dedo índice moviéndolo hacia los lados en forma de negación y mientras lo hace sonríe y se acerca a mí a paso muy lento hasta tocar la punta de mi nariz con su dedo.