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Sus descarados dedos paseaban entre la albina piel en frente de su amante, su respiración caliente chocaba con el cuello albino y sus ojos carbón se llenaban de éxtasis al sentir cada palpitar del corazón del chico de constelaciones albugíneas, un abrazo que dejaba mucho de qué hablar y más que eso dejaba mucho que desear de parte de ambos cuerpos, ansiosos de volver a las sabanas a fingir el Edén, ¿Que tan descarado tenía que ser?, para pasear sus tactos de tal forma en frente del chico con ojos caramelos quien no era idiota pero si mudo, cerrando sus labios con los ojos cristalizados con un Nilo forzado a no salir y un mar de sentimientos alborotados a su alrededor su cuerpo temblaba con levedad y las frazadas eran estranguladas por sus dedos de porcelana, Canadá tampoco era quien para decir palabra de un abrazo que hablaba, un saludo que no era nada cauteloso ¿De eso se trata el amor?, cumplir la promesa que se hicieron en el altar "hasta que la muerte nos separe" mientras los besos, caricias y lujuria le pertenecían a alguien más, ¿de eso se trata el amor?. Oh, cierto, olvide contártelo mi querido lector, que una argolla siempre decoraba el dedo anular del Paraíso de flores amatistas, el amor una vez fue tanto que se decidió llevarlo a la eternidad, después de todo la sensación que uno siente en el corazón al encontrar a tu alma gemela no se va a repetir con ninguna otra, es tan hermoso como triste pues el amor eterno, las caricias y besos que siempre recibirás de esa persona es algo que tan solo las personas que lo sintieron pueden describir con claridad, más a veces el amor es tanto que se convierte en un odio inexplicable, oh, no, no siempre uno es ciego a las razones de su línea del tiempo y la maldición que les puso Afrodita a ambos, un castigo por algo que ni ellos querían provocar, ¿esto realmente era justo?, ¿¡Era justo sufrir por algo que ellos nunca desearon!?. - ¡USA!, te estoy hablando. Las fresas del restaurante fueron deliciosas, ¿recuerdas?, mas ese exquisito chocolate, no era para nada como el de las tiendas baratas, me siento mal que la gente pobre jamás lo llegara a probar. - Hablo quien presumía de ojos carbón, oscuros y hermosos como la misma tranquilidad del mundo. USA despertó de su trance, sin saber que responder ante la mirada juzgadora de su hermano y la deprimente de su amado, "amado", ¿era correcto seguir llamándolo así?, ¿Aun podía?, ¿Aun se dignaba? - Si, estuvo delicioso. - Ah dura penas hablo, se sentía cansado y extrañamente temeroso, tal vez era porque su amante estaba justamente al lado de su marido, presumiendo de las citas y salidas que tuvieron a escondidas de quien tenía prohibido a ver la luz del sol, esto jamás hubiese sucedido con China, estaba más que claro aquello. -N-no sabía que USA, te invito a s-salir, me alegro por los dos. - Una pequeña sonrisa se formó en los labios carmines de quien recién había llegado, como si hubiese logrado su objetivo, estaba más que satisfecho con la actitud del más bajo. -Sí, es una pena que tu no hubieses podido venir, nos divertimos much...-

-En realidad fue Japón quien me invito a las salidas, no lo mal interpretes Perú, supuse que como era una amiga bastante cercana a ti y a China podría lograr hacer algo junto a ella para que puedas sentirte mejor.- Dijo con formalidad y un tono neutro, la recién llegada suspiro decepcionada pero no importaba si era el quien quería seguir ocultando su romance, eso lo hacía bastante sexy ante sus ojos, bueno, más bien, falso romance pues lo sentimientos no eran correspondidos más que la lujuria de las sabanas que mancharon y arrugaron de cada hotel que iban. -Sí, eso es cierto, me entristece mucho lo que le paso a China, quise estar a tu lado y por eso vine a Reino Unido, éramos bastante cercanos, recuerdo todo lo que hicimos juntos y desearía que aquellos momentos volviesen a nosotros.- Sus vocablos no eran del todo mentirosos pues si le deprimía la ausencia del de estrellas flavo, las risas y diversiones que pasaban juntos ya no volverían nunca más, pero eso no significaba que cada acción suya era únicamente para consolar a quien solía llamar "amigo" con todo descaro. Sinceramente ni ella misma se imaginaba que terminaría encamándose con el marido de este, pero una cosa llevo a la otra y ahora simplemente lo desea más que nada en el mundo a tal punto que sería capaz de matar por él, porque así son las personas ¿o no?, solo suelen mostrar lo que quieren que veas.

-Dudo mucho que Perú necesite la ayuda de boleros, él es lo suficientemente fuerte como para superar las cosas por su cuenta, porque, si fuera alguien débil, ¿acaso el seguiría aquí?.- Hablo Canadá con una mirada penetrante en la japonesa de cabellos largos y carbón más sus últimas frases claramente fueron dirigidas únicamente a su hermano, quien se sorprendió por ello mismo, era imposible que Canadá le declarara algún tipo de guerra ¿verdad?, después de todo él no se distinguía de las personas a quienes hablaba. El canadiense se sentó al lado del peruano con tierna sonrisa y mirada tranquila, dulce como el azúcar y confiable como ninguna otra, no había persona que se le comparara y esto despertaba pequeños celos en el estadounidense sobre todo por los ojos brillantes del peruano que reflejaban alegría al mirar al canadiense y ese ligero rubor en sus carmesíes mejillas de daba mucho de que pensar, tal vez el no deseaba ese sentimiento pero después de todo era inevitable, era su esposo, era su propiedad ¿porque debería estar coqueteando con alguien si lo tenía a el?, el podía acariciarlo si se lo pidiera, podía hacer brillar sus ojos y ruborizar sus mejillas, besar sus labios y formar su Edén en las sabanas del cuarto que compartían. No entendía porque tenía que pertenecerle a alguien más, quería dejar de sentir y dar caricias por más dolorosas y asquerosas que sean.

Celos enfermisos_USA x Perú ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora