Había pasado un día o dos desde la última vez que le dirigió la palabra, parecía que la droga había sido suficientemente fuerte para mantener a Khrome ahí tanto tiempo, en el fondo le preocupaba que no pudiese conseguir nada tan fuerte de nuevo y que la éstas fueran sus últimas veces viéndolo, pero ni si quiera eso le hizo hablarle.
Estaba sentado en la camisa preparando su pierna para inyectarse en ausencia de su segundo brazo, levantó levemente la vista para ver al castaño sentado contra la pared en un rincón, abrazando sus piernas y aferrándose a sí mismo como si no tuviera nada más de lo cuál sujetarse en este mundo, como si en el momento que abriese sus brazos se deshiciera para dejar de existir. Alex agachó la vista y continúo preparando la jeringa, ¿Cómo había sido capaz de compararlo con su alcohólico padre?, Whisk era literalmente todas las causas de los traumas que tenía Khrome. Cuando estaba encajando la punta de la aguja en su piel no pudo soportarlo más, el coraje lo estaba llenando. Dejó de lado la jeringa y se puso de pie para mirarse frente al espejo del gabinete. Lucía terrible, por supuesto, pero no era eso lo que lo acomplejaba. Introdujo sus dedos dentro de su boca y sujetó uno de sus dientes mientras comenzaba a halar y forzar el diente de lado a lado. Podía escuchar como su mandíbula tronaba a medida el diente iba soltándose, finalmente dio un último tirón para que se desprendiera con completo, arrastrando consigo un hilo de nervio y abriendo paso a un río de sangre que desbordaba por su boca. Dejó el diente a un lado mientras escupía la sangre y se enjuagaba la boca, duró un largo rato hasta que logró detener el sangrado, había manchado todo el lava manos pero no tenía el mínimo interés en limpiarlo. Luego de eso tomó un trago de alcohol mientras volvía a ver a Khrome. Estaba abrazando su cola ahora, peinándola.
—..Khrome.
El chico abrió un poco los ojos, sorprendido de que le hablasen de nuevo, esperanzado aún con todo, pero impactado.
— Necesito que me pruebes que eres real, todos creen que estoy loco.
— ...¿Cómo te voy a probar eso? No tengo la menor idea de si "soy real."
— Yo sé que lo eres. No estoy loco.
—...Suenas desesperado por creer eso.
Antes de darse la virtud de reaccionar, ya tenía al hombro encima suyo inmovilizándolo y apretando su rostro con fuerza, Khrome se erizó, esponjando su cola y adquiriendo una piel de gallina.
— Sé. Que. No. Estoy. Loco.
Khrome no respondió.
— Khrome, por favor, dime algo que yo no sepa y pueda comprobar que es cierto.
— Alex...
— Te lo suplico.
Incapaz de diferenciar si el alma de Alex estaba desesperada por saber que su amor era real, o si en realidad simple y llanamente su ego no permitía que reconociera que era un loco y adicto.
— Desde hacía más de un año de estaba preparando un regalo... Para el aniversario que no logramos cumplir.
— ¿Y qué más?
— ...Escondí lo que llevaba de regalo en las ruinas en las que vivía antes para que no lo vieras antes de tiempo. Está en donde dormía.
— ¿Eso es todo?
— Solo yo sé de eso. Si soy falso... Supongo que no encontrarás nada y todo esto te lo estás fumando...
Agachó la vista mientras enroscaba la cola a un lado, guardando silencio.
Alex no desperdició tiempo en abrir un portal para ir a la dimensión donde Khrome solía vivir antes.
Se abrió paso entre los árboles, había un camino de tierra que poco a poco estaba siendo re-conquistado por las plantas, pensar que Khrome había gastado seguramente tanto tiempo en abrir para poder vivir, en tan corto estaba desapareciendo. Cuando llegó a los restos de cemento y vidrios que alguna vez hace milenios fueron una casa, se adentró a ella caminando poco a poco, el olor de aire era a pino y eucalipto, o eso creía, la verdad que su olfato definitivamente ya no era el mismo de antes, era prácticamente nulo ahora. Comenzó a pensar qué haría Khrome para esconder algo así, y lo primero que le vino a la mente fue en lugares bajos, debido a que cuando Khrome estaba solas pasaba la mayor parte de su tiempo transformado en su forma bestial, y como en ella debía mantenerse a cuatro patas lo más seguro es que debía estar en algún sitio debajo del suelo. Comenzó a buscar.
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No quiero que esto sea público
RandomLuego de la trágica muerte de un compañero cercano, la culpa comienza a sumergir a Khrome dentro de un agujero vacío de miseria. Este golpe no tarda en comenzar a verse reflejado en su salud física y mental, por ello Alex decide extenderle una mano...