Sueño

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El grupo corría  por la profundidad del cañón, mientras pensaban en qué hacer ahora, no tenían armas, no tenían nada con qué huir del lugar a su dimensión de origen, además de que les costaba un poco toda la cuestión de movilizarse porque el suelo estaba recubierto en lianas que seguramente habían caído de arriba, lo más probable era que el bosque que había al lado había sido talado para dar pie al hospital, y de ahí que hubiesen caído sus restos hasta aquí, el punto era que esos restos eran insoportables, como pequeñas trampas y tendían a enredarse un poco inevitablemente, se tropezaban pero lo más antes posible volvían a retomar. Aprovechaban que el monstruo no daba señales de llegar todavía para tomar unos segundos para retomar el aliento y luego volver.

— El negro se está tardando mucho. — Coky jadeaba mientras  comenzaba a hacerse ideas.

— Mejor, tenemos que ganar ventaja y entrar al hospital de nuevo. — Alex respiró y sacó una pequeña jeringa con adrenalina para encajarla en su brazo, le haría falta.

— ¿Volver? ¿Sigues drogado? — Mery lo cuestionaba.

— No tenemos nada aquí, no hay a dónde huir ni tenemos con qué neutralizarlo. No hay de otra, hay que entrar y buscar mis cosas.

— Bien, entonces, ¿ Deberíamos esperar a Seryotzha o ir por esas cosas y volver?  — Comenzó  a analizar Mery.

—  Creo que eso no hará falta... —Mela habló con su voz temblando un poco.

Voltearon a ver como la criatura bajaba saltando con gracia de pared en pared de montaña, haciéndose paso a bajo con el cuidado de no caerse hasta finalmente caer de forma pesada sobre sus cuatro extremidades en el suelo, viéndolos. Tenía toda la parte del hocico y el pecho manchados de sangre que aún goteaba por su mandíbula bajando por los mechones de pelaje. Estaba tomando aire antes de ir a por ellos.

— Esa es demasiada sangre.

—¿Seryotzha está?...

Todos estaban sorprendidos, aún con la situación no habían sido capaces de imaginar a Khrome realmente siendo capaz de hacer semejante cosa. Alex decidió no esperar más, sujetó las lianas y armó una gruesa cuerda la cual luego de hacer un nudo al final de la misma fue lanzada al inicio del acantilado, al comprobar que estaba suficientemente tensa y aguantaba peso  se acomodó en el ángulo indicado.

— Sujetense.

El monstruo comenzó a acercarse a ellos a gran velocidad, agachando la cabeza como si fuese a embestirlos con los cuernos, todos sin dudarlo un segundo le hicieron caso, y con el movimiento e impulso indicado lograron salir casi que volando una considerable altura, ya ahí cada uno se las arregló para dar un salto en la pared o apoyarse en una roca saliente para llegar a la cima. El monstruo no se quedó atrás y con todas sus fuerzas saltó a la cima también, pero  definitivamente su cálculo fue menos preciso. Solo sus patas delanteras lograron aferrarse al suelo, estaba colgando. Encajaba sus garras en el suelo intentando subir, pero no lo lograba. Rasguñaba el suelo con sus patas determinado con desesperación, ejercía fuerza por subir mientras chillaba, sin fruto. Se estaba comenzando a resbalar, lo cuál lo volvía aún más ansioso y se movía con más frenetismo, y entre más frenéticamente se movía, más se deslizaba.

— Bien, tenemos ventaja, hay que irnos. — Mery dio media vuelta para comenzar a correr.

Alex se quedó mirándolo, así el monstruo le devolvía la mirada asustado, intentando aferrarse como podía al borde, aquejándose e implorando. Alex no sabía que hacer, no podía ayudarlo a levantarse pero no tenía la menor idea si iba a ser capaz de sobrevivir a una caída de semejante altura. No estaba listo para permitirse volver a verlo morir, y de nuevo quedarse ahí sin hacer nada. En un punto se dejó de mover y de gruñir, sólo lo miraba. Seguramente sólo estaba recuperando el aliento, pero Alex podría jurar haber visto tristeza en sus ojos.

No quiero que esto sea públicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora