Khrome a veces se había sentido un poco agobiado por los comentarios de los demás, realmente nunca se dejaba afectar demasiado por ellos pero a veces era normal que se entristeciera cuando personas le preguntaban "cómo había hecho para ligarse a alguien tan inalcanzable como Alex" o que "cómo se sentía al salir con alguien superior a él", nunca sabía que responder y solo sonreía y se encogía de hombros para disimular su incomodidad. Alex siempre le decía que no les hiciera caso, porque Khrome estaba a su nivel así que no tenía por qué sentirse inferior. Claro, aún así Alex era quien dirigía muchas cosas en sus vidas diarias y le decía a Khrome que hacer, era evidente que él también se sentía con cierta superioridad lo admitiera o no, pero no era la clase de superioridad que creían los demás que tenía.Había ido a la cocina a preparar un poco de sopa instantánea, calentó el agua y la dejó hirviendo a llama baja mientras se recostaba un momento en la habitación. Se acostó en la cama mientras se quitaba la camisa luego sacó una jeringa que examinó durante unos segundos antes de inyectarla en su cuello. Para cuando abrió los ojos, Khrome estaba ahí. Él sonrió y abrió los brazos para recibirlo y estrecharlo. Lo recostó contra su pecho mientras acariciaba su cabello y lo rascaba un poco esforzándose por oír de nuevo el más mínimo ronroneo, pero nada. Recordaba con nostalgia cómo él solía dejarlo lleno de mordidas por todo el cuerpo, Alex permitía que Khrome hiciera lo que quiera con él, que jugase como si fuese su juguete anti estrés.
— Me siento muy cansado, Khrome.
— Supongo que es normal.
— Me había acostumbrado a sentir compañía en la casa, pero ahora estoy solo. No sé qué hicieron al rato, ni a tu rana.
— Lo sé.
— Sé que los niños están con una familia rica. No tan rica como nosotros, claro. Pero están bien. De todas maneras les envío dinero.
— ¿Nosotros?... Querrás decir tú, Alex.
— Sabes que el dinero también es tuyo.
— No es eso, es que yo ya no estoy Al.
Khrome levantó la vista para mirarlo, como intentando descifrar a Alex y analizarlo.
— Deja de recordarme lo que pasó, por favor.
Solamente dejó un brazo encima de Khrome, el otro lo descolgó de la cama mientras se contenía de comenzar a llorar de nuevo.
— Lo estás reprimiendo, sabes que eso no es sano.
— Estoy bien, por lo menos soy feliz.
Khrome sujetó con fuerza el brazo que estaba sobre él, y lo apretó.
— Alex, ¿cuánto es 83 menos 129?
—... Me estás lastimando.
Alex vió como su brazo comenzaba a sangrar un poco. Khrome jamás había aprendido a controlar bien lo que sus garras eran capaces de hacer y solía terminar rasguñandolo accidentalmente.
— Alex, responde.
—... - 46.
— ¿Por qué lo pensaste?
—¿ qué?
— Lo pensaste Alex. El viejo tú me habría respondido antes de que tan siquiera acabase de hacer la pregunta, ahora lo pensaste.
—... Estoy drogado, dejame.
Khrome soltó su brazo y miró hacia el otro lado, pensando durante unos segundos.
— Alex... Sabes esas películas que son sobre el protagonista enamorándose de alguien?... Luego de que hace mucho perdió a su familia, ahora comienza una vida nueva... Se enamora otra vez, comienza de cero.
—... Sí.
— Cuando acaba la película, se ve muy feliz. Nadie nunca se detiene a pensar un segundo sobre su vieja familia, porque durante toda la película simpatizaron con su nuevo amor.
— Ajá. — A Alex no le gustaba hacia dónde iba esto.
—... Alex tienes que ser el protagonista. Tienes que comenzar esa historia. — Se le quebró la voz, pero no se detuvo, limpió sus ojos haciendo esfuerzo para mantenerlos secos. — Y, serás muy feliz. Me vas a olvidar, tienes que olvidarme, conocerás a alguien más.
— No, no, no. Nunca haría es-
— Alex solo fui un pequeño fragmento de tu vida, tienes que seguir. Estarás bien. — Le sonrió con todas sus fuerzas, mientras que con sus manos hacía lo posible para quitarse las lágrimas. Claramente no quería demostrarle que le dolía, pero estaba fallando.
— Jamás te voy a abandonar.
Khrome lo volvió a ver, dispuesto a decir algo más, pero entonces se sobresaltó.
— ¡Tienes que despertar, Alex! ¡Despierta!
Alex no comprendía qué ocurría. Khrome se había echado hacia él, y le estaba gritando desesperadamente mientras lloraba. Khrome comenzó a sacudirlo. Alex levantó los brazos para separarlo de él y calmarlo. Solo entonces notó cómo su brazo estaba prácticamente derritiendose.
Dobló el brazo (o por lo menos lo que quedaba de él) para verlo. La mitad de su piel estaba completamente carbonizada, mientras que la otra mitad aún burbujeaba convirtiéndose en algo pegajoso que combinado con el plasma sanguíneo comenzaba a sudar y caer como trozos de cera derretida. El metal dentro de su brazo estaba fundido, rojo, goteaba quemando la cama y atravesándola.
En cuánto parpadeó, vio la habitación envuelta en llamas. Estaba tosiendo, ahogado por el humo. Arrancó un trozo de sábana deagarrandola con su mano funcional y los dientes, luego se tapó la boca para no inhalar el humo, y salió de la habitación por una ventana, incapaz de comprender qué había ocurrido. Sí, era obvio que el fuego había comenzado en la cocina por dejar la maldita agua hirviendo, pero, ¿por qué se propagó?, la casa había sido construida en un material ignífugo, sin hablar de los cientos de sistemas de seguridad que tenía incluidos, en cuanto detectará el incendio lo habría exterminado en el mismo segundo. Lo que hubiese ocurrido, ya no importaba.
Comenzó a reír, y pronto su risa se volvió histérica y continúa. Lo sabía, no estaba loco, Khrome le había advertido del incendio, lo había salvado. Lo sabía, tenía razón, todos los demás eran unos idiotas. Cuando estaba terminando de reírse se llevó la mano a la boca para recuperar el aire, entonces vió que un líquido carmesí escurría por el brazo, esa era la evidencia que le faltaba. El rasguño que le había hecho Khrome. Se lo revisó y en cuánto lo vio frunció el ceño, la cortada era demasiado limpia y precisa, como hecha por un experto, además parecía haber sido realizada con un cutter. ¿Realmente se lo había hecho él solo? ¿Khrome realmente solo era una alucinación? Ya no sabía que creer, aún así volvió a reír, le alegraba el incendio, para él lo había salvado. Pensándolo bien, las uñas de Khrome siempre habían sido afiladas, claro, tenía sentido. Las garras de Khrome eran como hojas de navaja, además, ¿como se habría cortado él mismo el brazo si su otro brazo estaba quemándose?, ¿cómo pudo ser tan tonto? Khrome siempre estuvo ahí y tenía todas las pruebas necesarias. En cuánto acabe el incendio tomaría las cámaras de seguridad y se las mostraría a todos.
La sonrisa no tardó en desvanecerse, Khrome. Sus cosas estaban en la casa, sus restos, no podía permitir que se quemasen y no quedarán nada de ellos. Forzó la puerta de una patada, algunos escombros recién comenzaban a caer, la mansión era realmente resistente. Se adentró, pero todo era llamas, todo el lugar era rojo y naranja, el humo hacía que sus ojos llorasen por la irritación, no había por dónde ir. Todos los caminos estaban envueltos en llamas, incluidas las escaleras al sótano. Si se apresurada, podía bajar hasta el sótano y por lo menos salvar los restos de Khrome, tras el sótano había un bunker, y ahí podría resguardarse hasta que el fuego terminase. Tomó aire y se impulso a correr hacia el sótano, cruzando por medio del fuego, pero las llamas lo consumieron demasiado rápido.
Ninguno de sus amigos supo cómo reaccionar mientras reproducían el vídeo. No sabían qué era lo que daba más miedo, si Alex hablandose sólo en dos tonos distintos de voz, o si el momento en que comenzó a cortarse el antebrazo sin razón alguna, o el cómo provocó el incendio esparciendo gasolina por toda la casa.
Murmuraron mientras miraban hacia la ventanilla de operación, era extraño ver a ls persona que siempre los curaba ser curada por alguien más.
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No quiero que esto sea público
AcakLuego de la trágica muerte de un compañero cercano, la culpa comienza a sumergir a Khrome dentro de un agujero vacío de miseria. Este golpe no tarda en comenzar a verse reflejado en su salud física y mental, por ello Alex decide extenderle una mano...