El problema de la gran resignación fue una consecuencia de los turbulentos estados de animo presentes durante el confinamiento y se precipitaron en este tiempo, debido a que, las personas estaba replanteando sus proyectos de vida; y no los culpo.
¿A quien le gusta trabajar al lado de un montón de desconocidos? ¿A quien le gusta madrugar (esto va para los que viven lejos de su trabajo) y llegar tarde a casa y saber que tienes apenas el tiempo suficiente para hacer tus cosas y dormir preocupado por el trabajo? ¿A quien le gusta encerrarse en un cajón de menos de dos metros cuadrados? cuando pueden trabajar desde la comodidad de su casa. ¿A quien le gusta despedirse rápido de sus hijos y llegar tarde solo para darse cuenta que los niños están durmiendo?
Debido al teletrabajo (producto del confinamiento) muchos trabajadores fueron despedidos o tuvieron el privilegio de hacer el trabajo desde casa, cosa que facilitó las cosas, aunque la banda ancha del internet se usara aún más, generando retrasos y saturación en las redes.
Esto solo si me refiero a los que cuentan con el acceso a internet (cosa que, lamentablemente, no todo el mundo tiene acceso).
Mejor metámonos en la piel de un teletrabajador ¿Me gusta este empleo? ¿Por qué trabajo para un jefe tan abusivo (en algunos casos) además de solventar los gastos de mi y de mi familia? ¿Cómo puedo salir a buscar otras oportunidades? Lo bueno de esto es que puedo ver a mis familiares cercanos más seguidos, ya puedo recuperar el tiempo perdido con mis niños, haciendo actividades lúdicas, o contarle historias o cuentos, etc.
Puedo decir que, el replanteamiento de la vida que dejó la pandemia (y también en mi experiencia como estudiante) hiciera que muchas personas (jóvenes por cierto) tuvieran la opción de dejar su empleo por uno con mejores condiciones (ya sea porque su anterior empresa los obligaba a volver al trabajo presencial o mejorar su condición laboral, o que la empresa que lo contratara le ofreciera el teletrabajo y/o salario digno)
Tengo que decir esto, las personas que hayan pasado menos de diez años trabajando para una empresa, tuvieran la opción de abandonar la empresa, pero esto se volvería complicado para una persona que ya está cerca de su jubilación.
En conclusión, me parece una buena decisión que, las personas cansadas de tanto abuso por parte de sus empleadores (quejas injustificadas, sanciones, presiones, despidos de un compañero injustificado, salario de mierda, etc) hayan reunido la valentía para dejar ese trabajo atrás para conseguir mejores oportunidades y una vida más digna (aunque no todos tengan la misma suerte o el mismo tiempo de conseguirla).
