-Yo... ¿Co- cómo lo sabes? -Tartamudeé, sorprendida por sus palabras.
-Ya hablaremos de eso más tarde. -Me respondió, levantándose de la silla y avanzando por un pasillo que, al igual que el resto, era completamente blanco.
Me apresuré a levantarme y dejar el donut que estaba comiendo encima de la mesa y a andar de forma apresurada tras ella, hasta llegar a una habitación llena de microscopios, pipetas, y frascos de cristal. Típico laboratorio...
-Buenos días, señorita Smith. -La saludó un hombre con canas y ataviado con una bata de un blanco impecable. -Y, claramente, a la señorita Williams, que ya se ha despertado.
Me puse colorada, puesto que debía de haber estado durmiendo durante bastante tiempo, pero luego lo recordé: ¡ellos me había traído aquí a la fuerza!
-Pues... -Comencé a decir, pero sin apenas darse cuenta, Lisa me cortó, comenzando ha hablar con él de temas que no me incumbían, por lo que comencé a divagar sobre los chicos.
¿Qué estarían haciendo? ¿Habrían salido a buscarme, o simplemente se había quedado ahí, sin hacer nada?
Y Carl, ¿qué narices estaría haciendo Carl?
-Wells, vamos. -Me llamó aquel hombre cuyo nombre aún desconocía, ¿cuándo tenía pensado presentarme?
Sin saber muy bien qué hacer, miré a la única persona que conocía aquí, esta señora joven, alta y rubia que me había arrebatado de los brazos de mi padre para... ¿Para qué? Apenas y me ha contado que necesitan mi ayuda. Asintió con la cabeza y me dedicó una sonrisa reconfortante, por lo que supuse que debría de irme con él.
Cabizbaja, me acerqué a él arrastrando los pies, saliendo de la extraña habitación por otro de los incontables pasillos que deberían de haber aquí.
Y ahora que me doy cuenta, desde que hemos llegado, no he visto ninguna ventana ni nada que nos cominuque con el exterior...
-Me llamo Raph. -Me dijo él, sacándome a la fuerza de mis ensoñaciones. -Y por favor, agradecería que te guardases tus, seguramente ingeniosas, referencias a Los Simpsons. -Bromeó, soltando una carcajada.
-Yo... -Vaya, no sabía qué decir. Ralph imponía bastante, aunque parecía que las apariencias engañan...
-Tranquila, Willy, no tengo planeado comerte... de momento. -Creo que mi cara debió de ser todo un poema, porque esta vez se empezó a reír con más ganas que antes. -Tranquila, sólo bromeaba. Antes tú también lo hacías, que pena.
-Yo sigo... Espera, ¿cómo sabes tú eso? -Espeté, aunque sin levantar mucho la voz. Sólo lo suficiente como para dejar de hablar entre susurros.
-Ya te iré contando. -Respondió, encogiéndose de hombros.
Enfadada de que todo el mundo aquí me respondiese de igual manera, iba a responderle cuando él mismo se paró frente a otra puerta... Por Dios, que mareo, esto parece más bien un laberinto. Justo cuando traspasé el umbral de la puerta, sentí dos pares de fuertes manos sujetarme por los hombros, y a Ralph frente a mí, con una sonrisa parecida a la del gato de Alicia en el País de las Maravillas.
-Tranquila, Wells, será sólo un pequeño pinchazo...
Siento mucho haber estado tanto tiempo desaparecida, pero he vuelto!
Votad, comentad (porque en serio que amo vuestros comments) y compartid!
Pau
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The Walking Dead: Los zombies no nos lo impiden...
CasualeWells Williams. 14 años, solitaria, alegre y muy dulce. Hija del Gobernador. Carl Grimes. 15 años, solitario, frío y bastante triste. Hijo de Rick Grimes. Un muerto se interpondrá entre ellos.