Adore You | South Park | Kyle & Tú

Memorias - 24

Si no fuera por la música de fondo, PetPet estaría sumergido en un completo silencio con ______ analizando cada aspecto del lugar con tal de sacar algo que le permitiese ayudar. Pasó cuestionándose, tal vez demás, y, aun así, no hallaba las respuestas.

Antes de seguirse complicando, atiende a una señora con una promoción de croquetas y la persuade sutilmente de añadir otra mascota a su vida, como ha estado haciendo con cada cliente, pero todos terminan negando.

Jamás llegará a algo. ¿Qué tal publicidad? ¿Cómo? ¿Con qué dinero? Ni siquiera el jefe se molestó en eso, dejó que la tienda se conociera sola.

Clavó la vista en el reloj de pared con forma de huella sobre la entrada. Agradecida por su descanso, da un suspiro y se aleja del mostrador para deambular entre los pasillos como forma rápida de supervisión.

Por estas horas la clientela empieza a disminuir, aunque nunca falta el paseador nocturno que llega a comprar, sobre todo, premios o snacks.

Después de comprobar el orden, sale de la tienda, se recarga en la pared para tomar un respiro, agua de una pequeña botella desechable y medicina; en cuestión de minutos nota a John acercándose con un paquete casi aplanado, arquea una ceja momentáneamente, ganas no faltaban de evitarlo, sin embargo, no lo hizo y fingió no verlo hasta que se detuvo frente a ella.

—Hola— hablándole suavemente —Pensé que seguirías descansando en casa—

—Pues ya ves que no— incorporándose —¿Por qué? —

—¿Podemos hablar?— señalando lo que sostenía con ambas manos.

—Bueno, ven— se sentía más cómoda si platicaban en la sala detrás de los escaparates.

—De hecho, pensé en encargárselo a... David, pero ya que estás aquí...— siguiéndola.

—Está bien— entrecierra tras él y se sienta en un sillón individual amarillo.

—Uh, pues— quedando de pie —Vengo de ver a Ted... me dio esta caja, dijo que no busca disculparse, sabe que nada compensa lo que hizo, pero aun así me pidió que te la entregara— estirando los brazos.

—Y ¿Cómo está?— Aunque sorprendida por las palabras directas, fingió interés titubeando al formular la pregunta y lo toma cautelosa pese a mantenerse inexpresiva.

—Lo vi decaído— simplón —Lo trasladarán a una prisión, fuera del estado—

—Ah ¿sí? — concentrada, abre la caja que resultó ser de dos piezas, deslizando una parte hacia arriba.

—Sí, esta misma noche—

—Oh— Tan pronto observó una tela color vino, cierra y pone dicho paquete a un lado —Qué lástima— con evidente sarcasmo.

—En fin— aclara su garganta —¿Te puedo invitar algo después del trabajo?— soltó sonando ligeramente nervioso.

—¿Qué? —

—Sinceramente, no me gusta pensar que yo te conozco y tú a mi no— proyectando una pequeña mueca.

—No me conoces—

—No... tal vez ya no, pero con mayor razón te quiero invitar, ya sabes, como amigos—

—Claro— arrastrando la "a" en lo que pensaba rápidamente —Me parece bien— John ya no daba la impresión de ser alguien malo, sino que simplemente estuvo influenciado por alguien así.