I. ENCUENTRO

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Soñaba que estaba acostado desnudo sobre una tabla. Inmovilizado mientras le arrojaban agua sobre la cabeza, cubierta por una capucha negra, mientras su brazo derecho estaba contraído por el dolor. Las correas mantenian apretado su brazo herido. -«Dé... jen... me ir por favor...cof...cof...cof...-suplicó sollozando»

«¿Hasta cuando va a seguir esto?»—pensó Santiago García.

Sus ojos celeste comenzaron a abrirse lentamente y su pelo castaño se posaba sobre su ojo derecho. Lo que habia estado soñando comenzó a disiparse como humo contra el viento. Tenía la cara apoyada sobre una mesa. La saliva aún estaba tibia en la página del libro que había estado leyendo antes de quedarse dormido y le dolia la parte trasera de la cabeza. Santiago no se considera así mismo feo, aunque tampoco era bien mozo. Era un poco lindo si se puede decir de esa manera.

—Ey, no te duermas aquí—le dijo Stephen Miller mientras sostenía con una mano un libro de cálculo—. Que te va a violar Audra

—Maldito cabrón-! —replicó Santiago García mirando a Stephen mientras le tiraba la mochilla. Pero la esquivó.

—Vaya, colega. Hasta pareciera que tuvieras narcolepsia -comentó Miller.

Stephen era 5 centímetros más alto, esbelto, de piel clara al igual que Santiago, sus ojos eran de color marrón, era rubio, El único amigo que tenia. Él y Santi estudiaban en el mismo salón en la clase del 3-F desde el primer día.

—¿Qué pasa?—quizó saber su amigo.

No hubo respuesta.

—Coño, santi. Que somos amigos me puedes decir lo que sea.

«¡Sólo déjame en paz, carajo!»

—¿Eso crees?—se levantó de su silla y miró en la biblioteca a dos chicas , Santi no se había aprendido sus nombres, lo único que sabía era que pertenecían a su clase, su mirada era un poco melancolíca—. Tú suerte es diferente a la mía en esas cosas—recogió la mochila la puso en su asiento y luego se sento-! —. Lo siento, por lo de la mochila-dijo encogiendose los hombros mientras volvía a leer el libro.

Stephen no comentó más nada. Al parecer sabía a lo que se refería sin que dijera nada, ya había visto varias veces esa mirada en su amigo.

El libro que estaba leyendo Santi era sobre los planos y la historia del colegio. No tenía siquiera un dibujo. El título título estaba en letras negras y decía:

HISTORIA DEL COLEGIO TESLA TOMO I POR ALBERTO BIANCA

El libro decía que la secundaria Tesla fue fundada en 1971, por Javier López Soprano de Jesús en ese entonces de 53 años. La escuela estaba distribuida de la siguiente manera; En el Este estaba la entrada principal, adornada con un jardín amapolas, un portón de rejas de metros de altitud y 10 de longitud. En el centro quedaban la cancha de fútbol y basquetbol, una al lado de la otra. En el noreste la dirección principal, la biblioteca, departamento de evaluación, y la sala de profesores. La biblioteca no era exactamente grande, era un espacio de 90 metros cuadrados. los Salones de los estudiantes conectaban con el sureste hasta el oeste. El comedor y la cocina estaban en el noroeste y el el norte las gradas. Con la inundación que hubo en la Cuidad Paraiso en 1986, y con el colapso del Sistema de alcantarillado, las paredes quedaron deterioradas y casi se derrumban, ese fue el año de la primera reforma. En 1992 cambian las puertas de metal por unas de madera. En el 2003 agregan 4 baños más al colegio, y en el 2014, 120 metros más fueron añadidos a un laboratorio ya que carecía de uno, esa fue la ultima modificación que sufrió la secundaria Tesla.

Sonó la campaña.

Mientras caminaban de regreso, Santiago vio que varios empleados de la cocina llevaban una gran cantidad de comida, Santi llegó a contar 23 paquetes arroz: carne, no sabía decir cuántos kilos eran exactamente, bolsas de naranjas, papas, cebollas, paquetes de aceite, de sal, y azúcar,

Torturados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora