EL OMEGA DE STEVE ROGERS

11

Shield cayó.
Sus secretos también.

Visión y Romanoff se encargaron de filtrar cada uno de los secretos de Shield, de destruir cada una de sus mentiras. Especialmente, de exponer el lodo de Pierce. Lo que a Rogers le causó una enorme satisfacción, una satisfacción que se vio opacado cuando descubrió que Hydra nunca había desaparecido. Hydra se fundó junto con Shield, sus raíces estaban en la organización que Fury dirigía. Fury desconoció, se negó a ser cómplice de aquello. Pero, desde que Steve encontró las armas de Shield y también desde que Fury se atrevió a vender a Tony, Rogers era incapaz de confiar en Fury.

Fue por ello que lo encerró en la Torre, que decidió dejarlo bajo la supervisión de Barton, esperando que el espía y amigo no terminara cediendo ante la labia de Fury. No había razón para confiar en él, no ahora. Ni tampoco la voluntad para hacerlo. Todos se encontraban decepcionados y heridos con Fury que nadie protestó contra la orden de Rogers. Así que, la mayoría del equipo se dirigía a Shield, a apoyar los que resistían el ataque de Hydra y también a acabar con Hydra.

Si Pierce no veía a defender a Hydra, entonces habría que pelear en Wakanda.

Y Visión se encargaba de aquello.

—Vis y yo nos quedaremos. —Wanda habló, ligeramente temerosa. Una guerra se había desatado y temía no poder controlarse.

— ¿Lo acepta, Capitán?

Rogers asintió y tomó su escudo. —A nuestro regreso, debes tener acceso a Wakanda.

—Su tecnología es avanzada. Tardaré unos minutos más en conseguirlo, Capitán.

—La eficiencia de Visión me da envidia. —Romanoff sonrió. —. Wanda, te toca resguardar nuestro helicarrier.

Wanda asintió, nerviosa.

—No temas. Acabará pronto.

Y así fue.

Steve había acabado con los infiltrados de Hydra en el piso de Fury, había rescatado a los rehenes y ahora esperaba por el equipo Strike de Pierce.

Por sus matones.

Por lo que, cuando los vio ingresar en el ascensor tratando de huir de él, Steve corrió hacia el equipo Strike y se encontró con Rumlow.

—Lo esperábamos.

Steve miró con enojo a Rumlow. Se había burlado de su equipo, de él. La ira nuevamente se desató en Rogers, en todo su ser. No dejaría a ninguno, nadie de aquí saldría a defender al infeliz de Pierce.

Alexander Pierce se quedará sin protección, sin poder en este país.
Acabaría en sus manos.

Solo con Alexander Pierce rompería sus principios, solo con Alexander Pierce sería ese abusivo que siempre evitó convertirse.

Se lo merecía.
Se atrevió a no solo seguir con la repudiable organización de Hydra, sino a meterse con Tony.

Con su omega.
Ese fue el error que terminó por sentenciar su muerte.

—Antes de empezar, ¿alguien prefiere retirarse?

Nadie respondió.

El primero en atacar fue Rumlow.
Pero, el último en caer.

Steve se había encargado de romper las piernas de Rumlow solo para tenerle de espectador, para que presenciar cómo derribaba a cada uno de sus temibles compañeros. Negar que no le gustó sería una enorme mentira, pues su mirada dilatada lo evidenciaba.

Y ello hizo sonreír a Rumlow. — ¡Lo sabía! Tú solo... Eres una farsa. —Steve ignoró a Rumlow, recogió su escudo y lo cogió con fuerza.  —. Tú no eres un... hombre bueno... No eres un héroe, Rogers.

— ¿Por?

—Te gusta... el caos, la destrucción y la sangre.

—No, nunca me gustó. —Steve jaló de los cabellos de Rumlow, sintiendo nuevamente la furia correr por sus venas. —. Pero, toca lo más importante de un héroe y verás cómo se convierte en villano.

— ¿Villano?

— ¡Hail Hydra! —Steve susurró y Rumlow sonrió.

Una sonrisa que no duró mucho, no cuando Rogers estrelló la cabeza de Rumlow contra su escudo.

Había perdido una parte de sí.
Había perdido su ingenuidad.

Las puertas del ascensor se abrieron y ahí estaban Romanoff con Carter.

— ¿Tú...

—Solo Rumlow está muerto. —Steve dejó su escudo en la espalda para salir del ascensor. No fingiría su desinterés por la muerte de Rumlow. No empezaría con las mentiras. —.  Los demás están inconscientes.

—Me encargaré de arrestarlos. —Sharon se apuró en decir.

— ¡Bien! Debemos partir a Wakanda.

Natasha asintió. —Visión ya nos consiguió un acceso seguro a Wakanda sin ser detectados por su barrera.

Steve asintió complacido.

— ¿Debemos preocuparnos?

—Solo Pierce.