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Steve tenía a Killmonger de rodillas.

Dejó el cuerpo moribundo de Pierce por enfrentarse a Killmonger. Quería destrozarle los brazos, quería cortárselos y enterrarlos en su boca. Pero, no podía. No con el príncipe T'Challa a su adelante y quitándole a Killmonger el collar dorado, ese que le daba el traje de la "Pantera Negra". No podía masacrar al infeliz de Killmonger, no podía por ser parte de la familia real, por el príncipe presente y por su propia manada.

No podía.
Y aquello lo enfurecía más.

Buscaba deshacerse de su enorme enojo, calmar su mente y su instinto alfa. Él trataba y, por idiotas como Killmonger no lo conseguía. No sabiendo que ese maldito infeliz se atrevió a lastimar a Tony, a su omega. Ese infeliz se aprovechó de Tony, no fue una pelea justa y pagaría por ello. Así que, en un descuido del príncipe T'Challa, Rogers dobló con fuerza ellos brazos de Killmonger; logrando finalmente que el infeliz gritara, que dejara los alardes estúpidos y de quejara por el dolor.

Rogers presionó más el brazo.
Lo dobló más e iba a fracturarlos.

Hasta que las Dora Milaje llegaron. — ¡Por el rey! ¡Por Wakanda!

Las Dora Milaje se lanzaron contra la manada de Steve, contra Los Vengadores y el mismo Rogers. Ellas atacaron por orden de su rey; no había oportunidad a una discusión y Rogers lo sabía. Por lo que, no dudó en tomar su escudo y enfrentarse a Okoye; no sin antes dar la orden al resto de su manada de luchar.

Lo que T'Challa trató de evitar, dejando así que Killmonger escapara.

Él lo hizo; Erik aprovechó del caos y de los pocos hombres que aún estaban vivos y le servían para regresar al palacio, dirigirse hacia el salón del trono. Pues, su plan se llevaba a cabo; no había error. Ni uno solo, no desde la llegada de T'Challa o Las Doras. Él había conseguido acorralar al rey, quitarle su escolta que no necesitaba de un traje para asesinarlo, para acabar con su mediocre y paupérrimo gobierno.

Así que, Erik avanzó hasta el rey T'Chaka, portando una de sus espadas. Lo que el propio rey desconocía. — ¿Se terminó?

—Para usted, "su majestad". —Erik respondió con burla; una que disfrazaba su dolor y el sabor agrio de la venganza. —. ¿O tal vez debería decirle asesino?

—Tú... —El rey T'Chaka calló al ver las espadas en la mano de Killmonger, al saber el futuro que le esperaba. —. Jamás me perdonaste.

—Morirá como mi padre; como un perro solo y sin gloria.

Erik iba a lanzarse contra el rey; de no ser por el golpe que Shuri le lanzó contra sus propulsores. — ¡Hey, infeliz! Mi padre no está solo.

Erik sonrió, escupió sangre y se levantó; prestando atención al rey T'Chaka. Ambos sabían que la inexperta de Shuri no podría contra él, contra un soldado entrenado en campo. Así que, burlonamente Killmonger esquivó cada uno de los disparos de Shuri para llegar hasta ella, tomarla del cuello y poner su espada ahí.

— ¿Unas últimas palabras para su querida y estúpida hija?

El rey T'Chaka sonrió. —No estoy solo.

—Lo estarás. —Erik iba a cortar el cuello de Shuri. Pero, se detuvo al sentir unos golpes en su espalda.

Unos que venían de Tony y se convirtieron en un puño cuando Erik se giró. —Te dije que rompería tu asquerosa boca.

—Tú... eres un Omega... Un estupido e inútil omega. ¡No puedes...

Tony le lanzó otro puño. —Yo soy Iron Man, imbecil.

Tony desafío a Killmonger.

Lo hizo y se enfrentó contra él, mientras que Shuri y el rey T'Chaka se protegían en una esquina del salón. Los dos veían cómo Tony esquivaba los golpes duros de Killmonger, cómo los recibía, sangraba y también cómo los devolvía. El enfrentamiento entre Tony y Killmonger era parejo, reñido. Que el mismo Killmonger se encontraba sorprendido y ardido por estar siendo golpeado por un omega, por un asqueroso Omega.

Así que, con toda la fuerza que le quedaba, Killmonger lanzó a Tony contra la pared. Solo así consiguió que Stark cayera al suelo, que lo dejara y que le permitiera ir contra el rey T'Chaka y Shuri.

Los iba a matar.
Tony lo sabía.

Escupiendo mucho de su sangre, Tony se levantó, sentía que sus pulmones colapsarían. Pero, era el dolor, un mínimo dolor. Que Tony se tragó por coger una de las lanzas que se habían caído de la pared. — ¡No acabé contigo, idiota!

Tony gritó con fuerza, Erik se volteó decidido a matarlo.

Lo que Erik no imaginó fue que al voltearse recibiría el impacto de la lanza contra su pecho.

Erik cayó de rodillas y Tony avanzó hasta él; sintiendo que cada paso era una daga clavándose en su pecho. —Tú... no puedes... No... puedes vencerme.

—Te... venció la ambición y... la soberbia. —Tony profundizó más la lanza y vio cómo la vida se le iba a Kilmonger. —. Tú... solo te... condenaste.

Tony iba a caer también al suelo.
Pero, Shuri corría a sujetarlo y mirar el cuerpo de Killmonger, su cuerpo sin vida.

Erik había muerto.
Y Shuri temía el mismo destino para Tony. Se hallaba muy herido, había botado mucha sangre. — ¡Necesitamos llevarlo al ala médica, Baba!

El rey T'Chaka asintió y tomó del otro brazo de Tony para sujetarlo. —Me encargaré de que te atiendan los mejores médicos, Tony.

— ¡No! Yo... estoy bien... Solo llévenme con mi alfa, con mi manada.

El rey T'Chaka y Shuri se vieron.
Temían por Tony, por su salud.

Shuri también temía por la reacción de Steve.

—No... podrán detenerlo sin mí.

Shuri suspiró y asintió.
Tenía razón; no podrían calmar la furia de Rogers sin Tony, sin su omega.

—Llevémoslo arriba, Baba.

Fue así cómo el rey T'Chaka y Shuri ayudaron a Tony a subir hasta la pista de aterrizaje, hasta donde se estaba dando la batalla.

Una que no cedió por las Dora Milaje.
Hasta que notaron la presencia del rey T'Chaka y de también de Tony.

— ¡Steve Grant Rogers! —La voz de Tony hizo eco, Steve dejó de pelear por alzar su cabeza y encontrarse con Tony.

Su Tony estaba ahí, a unos pasos de él.

Tony forzó una sonrisa y abrió sus abrazos. Ignoró el caos, el que Pierce estuviera en una esquina muerto. Su plena atención estaba en Steve, en su alfa que desprendía una furia implacable. Hasta que lo vio. — ¿Quieres venir por tu omega?

Steve soltó a la Dora Milaje que trataba de neutralizar; la soltó y corrió hacia Tony. Tomó a su omega por la cintura y lo abrazó fuerte; mientras dejaba besos en todo su rostro.

Volvía a tener a su omega, a su Tony.
Volvía a tener su mundo en sus brazos.

—Te dije que... vinieras conmigo.

Steve dejó de besar el rostro de su Tony por los quejidos que le sacaba. Su omega estaba herido, muy herido. Nuevamente sentía su furia crecer y su instinto alfa gritar de enojo. Pero, bastó con el calor y las propias feromonas de Tony para calmarlo, para alejar su furia y dejar la preocupación en su lugar.

—A la próxima, no vendrás solo. No te dejaré, Tony Stark.

Tony asintió. —Confío en ti, soldado... Porque voy a desmaya... y...

Tony cayó rendido por el dolor.
Y Steve lo cogió como si su mera existencia dependiera de ello.

De inmediato, todos reaccionaron: Shuri corrió a ofrecer su ayuda, pero Rogers le gruñó. No confiaba en nadie, en nadie que no fuese su manada.

Rogers no volvería confiarle la vida de su omega a otro; a nadie más.

EL OMEGA DE STEVE ROGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora