Steve besó los labios de Tony, disfrutó del simple tacto con el hombre que amaba e inmediatamente una sonrisa se forjó en su rostro; era una sonrisa de verdadera feliz.
Y Tony pudo percibirlo.
Teniendo a Steve en sus brazos, Tony pudo ver el brillo en esos hermosos ojos azules de Steve, pudo saber con seguridad que Steve era feliz a su lado. Porque sentía el amor de Steve, se sentía envuelto por esa tranquilidad que solo alcanzaba con Steve. Era extraño y daba miedo. Demasiado. A Tony le aterraba ser tan dichoso, verse capaz de olvidar al mundo y sus problemas por un instante; y hasta tomarse un descanso de sí mismo. El saber que era un desastre y tener la posibilidad de arruinarlo ya no le inquietaba.
No más.
Tony contaba con la completa certeza de que este sueño no se arruinaría porque amaba a Steve Rogers; no al supersoldado que representaba la esperanza de un país, sino al hombre anticuado que gustaba de leer un libro, mientras le acarician sus cabellos rubios. Y lo mejor parecía ser que Steve también lo amaba a él; y no por ser Iron Man, un multimillonario o incluso un omega. Lo amaba a él, a Tony Stark, al descuidado sujeto que vino a enamorarse de un hombre fuera de su tiempo. En ese preciso momento, Tony no lograba identificar quién era el tonto entre los dos. Parecía que Steve le volvería a ganar, que se llevaría el título de tonto por amar a un desastre como él. Así que, solo esta vez Tony no pensaba competir, sino ceder ante su derrota y dejar que Steve sea su tonto; el tonto alfa que había escogido para pasar el resto de su vida.
Sí, Tony ya no tenía más temor ni dudas.
Quería compartir toda su cómica vida con Steve, con el hombre más tonto que vino a enamorarse de él.
— ¿Qué? —Steve río nervioso. Tony había clavado su mirada en él y no sabía la razón. Ni por qué le sonreía de ese modo tan especial o su mirada se cristalizaba.
—Te amo, Steve Rogers. Quiero pasar el resto de mi vida contigo.
—Tú...
— ¿Quieres casarte conmigo, Steve Rogers? —Tony tomó el rostro de Steve con ambas manos, pegó su frente con la de Steve y esperó la respuesta; una que ya sabía desde hace mucho.
Y una que tampoco tardó en aparecer. —Quiero casarme contigo, Tony Stark.
Ambos se besaron, sellaron su promesa y deseo con un beso lento y cálido que reconfortó sus corazones.
—Dudo que tengas un anillo en el bolsillo. ¿Verdad? —Steve preguntó tan feliz que ver a Tony rascarse la nuca le dio risa. Tal vez, eran los nervios o la misma alegría. No lograba distinguir bien, pero sí que este día era el mejor de todos. Porque Tony se había decidido por él, por lo que ambos sentían.
Así era.
Tony había escogido a Steve Rogers, al hombre con el que compartía más que un exquisito sexo. Lo había escogido y ya no existía razones que valieran para seguir ocultando lo que sentían.
Ambos tenían el derecho de gritarle al mundo entero su amor, su relación.
Por lo que, Tony supo que no había mayor símbolo de su entrega que darle su reactor a Steve; que darle su corazón. —No hay un anillo. Pero, sí la prueba que tengo un corazón debajo de esta armadura. —Desabrochándose la camisa, Tony se quitó el reactor que había fabricado con nanotecnología y se lo dio a Steve en las manos. —. Me entrego a ti, Steve Rogers.
Steve miró el reactor y luego a Tony. No tenía palabras. Tampoco, las habían para este momento, sino un mismo acto de entrega que igualará a la de Tony, a la de su Tony. Así que, dejando el reactor de Tony en su pecho, Steve se quitó su placa de identificación militar; lo único que era parte de sí. —. Y yo me entrego a ti, Tony Stark.
Tony tocó la placa que ahora colgaba en su cuello y vio los datos de su Steve; entendiendo el valioso significado de su entrega. Quería llorar, no lo negaría. Pero, había demasiada cursilería para ambos, para él.
—Ya no hay necesidad de boda, ¿cierto?
Steve rio. —A pesar de que me basta este momento, quiero gritarle al mundo entero que te amo y que amas.
—Y el excéntrico supuestamente soy yo. —Tony negó divertido y se acercó a Steve para darle otro beso. —. Deberíamos tener sexo. ¿No lo crees?
—Totalmente. —Steve atendió a Tony y lo alzó para llevarlo hasta el sillón.
Pero, el aviso de que Fury se acercaba interrumpió sus planes.
—Supongo que viene para llevarte a Wakanda.
— ¿Celoso de que no te hayan pensado como embajador? —Steve no respondió y Tony rodó los ojos. Nadie le creería que el engreído entre los dos era Steve. —. Tal vez, si caes casualmente en mis maletas, pueda llevarte.
— ¿Has estado viendo nuevamente esos dramas de novela?
Tony asintió; recordando lo tonto que fue haberse quedado a mirar una novela en donde la protagonista caía en una maleta y nadie sepercató. —Clint me obligó. Sabes que Legolas puede ser muy...
La puerta de su oficina sonó.
Fury había llegado.
— ¿Me acompañarás a la pista de aterrizaje?
Steve asintió; retomando su papel de alfa prime, ese que tenía por instinto ser receloso con su omega, con el que pasaría el resto de vida. Más que nunca, su lobo se lo exigía y no podía ignorarlo. Tampoco quería. —Debo resguardar que mi futuro esposo y omega llegue a su avión.
— ¿Futuro esposo y omega? Suena jodidamente bien.
—No me tientes, Tony.
Fingiendo inocencia, Tony alzó sus manos y fue hasta la puerta; abriéndola y encontrándose con Fury. Mientras que, Steve se colocaba detrás de él; tal como lo hacía en cada junta, en cada bienvenida o en cada evento que había en Shield.
Lo que a Fury ya no se le hacía extraño, sabía la razón de ese reflejo de Steve. —Una hora de retraso, Stark. Espero que su junta haya merecido el retraso.
Tony y Steve se miraron cómplices; otra vez. —Totalmente, pirata. ¡Ahora vamos a Wakanda! Que ese prospecto de aliado para Shield no se conseguirá sin el encanto Stark.
Fury sonrió forzado.
La culpa comenzaba a carcomer a Fury, la culpa por decidirse a guardar silencio y también por continuar con el engaño. Pues, sabiendo que Steve y Tony tenían una relación, prefirió ignorarlo y acatar el plan del Consejo, de Pierce. Tal vez, porque era más sencillo excusarse por obedecer como soldado que por traicionar como espía. Sin embargo, ahora que Fury notaba la evidente complicidad entre Steve y Tony al igual que el intercambio del reactor y placa de identificación, comprendió que cometió un enorme error.
¿Qué había hecho?
—Cuídelo, por favor. —Steve tomó del brazo de Fury y lo miró directamente. Solo en Fury podía confiarle la seguridad e integridad del hombre que amaba, solo a él en un país extraño. —. Tony es...
—Importante para ti.
Steve asintió. —Te confió lo más importante para mí, Fury.
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EL OMEGA DE STEVE ROGERS
Fanfictie[•] Pareja: Stony. [•] Advertencia: Omegaverse. / Historia corta. [•] Recordatorio: Los personajes no me pertenecen. Tampoco, la imagen usada para la portada. Sinopsis: Steve Rogers irá por su omega, por la única persona por la que rompería sus pr...