EL OMEGA DE STEVE ROGERS

13

—No aceptamos foráneos. ¡Lárguense!

El grito de Killmonger fue intimidante. No para Steve, no cuando el hombre que deseaba hacer trizas estaba al costado de Killmonger. No dejaría que Pierce buscara asilo en Wakanda, que saliera libre por su traición y por la mera osadía de atreverse a disponer de Tony, de su omega.

Steve no se iría de aquí sin Tony.
Sin haber asesinado a Pierce.

—Vine por Tony Stark. —Steve se puso al frente junto con su equipo. Wanda estaba en los aires al lado de Visión, mientras que Wilson, Barnes y Wilson estaban en la pista con Rogers. —. Si me lo entregan junto con Pierce, no habrá guerra.

—Tony Stark es el prometido de Wakanda. No saldrá de acá, no vivo.

Killmonger sonrió petulante.

Y aquello bastó para que Steve empuñara su escudo y fuera contra él, contra su gente.

—Esto será divertido. —Susurró Natasha.

Wanda neutralizó los ataques de las naves wakandianas, forjando una esfera alrededor de la pista; Visión se encargaba de infiltrase en el sistema del palacio para hallar a Tony; Natasha se abría paso entre los soldados para llegar hacia Pierce junto con Barnes, dejando a Wilson con otro grupo.

Y a Steve con Killmonger.

Rogers había tardado unos minutos en darse cuenta que el traje que Killmonger portaba era también de vibranium, que no había oportunidad de atravesarlo, solo de golpearlo hasta encontrar una manera de sacarlo de ese traje.

Hasta que T'Challa apareció. — ¡Primo, basta!

—Hasta que el hijo mimado salió de su escondite. —Killmonger y Rogers dejaron de pelear. —. ¿Quieres unirte?

—Quiero detener esta pelea.

—Entonces ven y... ¡Pelea!

T'Challa se abalanzó contra Killmonger, dando oportunidad a Steve para ir hacia Pierce quien era acorralado por Romanoff y Barnes.

La furia invadía a Steve que no tardó en tomar a Pierce del cuello, lanzarlo contra el piso y ponerse encima de él. Lo tomó de la camisa con una mano y con la otra le puñeteaba la cara. Una y otra vez. Pierce empezaba a botar sangre y Steve no paraba, no cuando quería romperle cada uno de sus malditos y asquerosos dientes.

—No... me arrepiento de....

Steve no dejó que Pierce siguiera hablando. Porque tomó su cabeza y comenzó a golpearla contra el suelo; una y otra vez.

Fue ahí que Shuri se asustó, ella estaba viendo la pelea desde las cámaras y se asustó por la rabia de Steve, por esa que parecía no ceder y tampoco rendirse antes las Dora Milaje que si padre había mandado a intervenir. Rogers estaba dejando a Pierce completamente desfigurado y temía por las Dora. Era una furia que no se socavaría. No quería que ellas salieran lastimadas, que tengan que enfrentarse a una furia que podía aplacarse con una persona.

¡Con Tony!

Shuri cogió sus propulsores y corrió hacia los calabozos. No encargaría a nadie más el rescate de Tony, ella se enfrentaría a los guardias y soldados de Erik.

Podía con esos idiotas.

La reina Ramonda lo sabía, pero tampoco se arriesgaría. —Okoye no puede acompañarte. Resguarda a nuestro rey, así que ve con Nakia.

—Sacaré a Tony de los calabozos. Si padre se entera, puede...

—Le toca enfrentarse a mí.

Shuri sonrió y se adentró a los calabozos junto con Nakia y las doras. Ella se quedó en la mitad del camino para abrirle paso a Shuri y finalmente llegar hacia Tony.

— ¡Tony! —Shuri gritó y apenas pudo desactivar el código. —. Vinieron por ti.

Tony finalmente se giró y dejó ver a Shuri su rostro golpeado, asustándola. — ¿Vinieron por mí?

—Tu... manada. —Shuri no sacaba su mirada en el moretón que Tony tenía cerca al ojo. Si el Capitán América lo veía, dudaría en sus intenciones, en sus intentos de terminar con este enredo. —. ¿Erik se atrevió a lastimarte?

—Digamos que me lo busqué. No soy tan agradable con idiotas prepotentes.

Shuri sonrió forzosa. —Yo... Creí que llevarte ante tu manada sería buena idea. Pero, ahora dudo.

— ¿Por este moretón? —Tony sonrió y abrazó a Shuri, tranquilizándola con su aroma. —. Solo llévame con ellos y verás que todo terminara.

— ¿Lo prometes?

—Lo prometo. Antes debes decirme qué está sucediendo.

—Tu manada llegó y Erik desató una guerra por orden de Baba. Es un caos en la pista de aterrizaje y las Doras Milaje se dirigen a intervenir.

— ¿Todas las Doras?

—Sí. —Shuri respondió y pudo ver cómo Tony se tensaba. —. ¿Qué sucede?

— ¿Dónde está el rey T'Chaka, tu padre? ¿Se quedó con alguna Dora?

—No, él está en la sala del trono. ¿Por qué lo preguntas? Tony, me estás asustando.

Tony tomó uno de los propulsores de Shuri y se los colocó en una de las manos, decidido a devolverle el doloroso favor a Erik. —Debemos ir por tu padre.

— ¿Por qué?

—Porque Erik piensa asesinarlo y culpar a este caos, a mi manada.

Shuri no necesitó más para entender. —El bastardo quiere convertirse en rey.

— ¡Así es! ¿Quieres impedírselo?

—Vamos por ese idiota.