|⳽ⳙⲛ⳨ⳑⲟⲱⲉⲅ⳽| .ʀɪᴠᴀᴍɪᴋᴀ.

🌻𝕆𝟛𝟠

Hange no se considera la mejor doctora del mundo.

Ni siquiera es esa clase de doctora para empezar.

Pero tras haber sido despertada a media madrugada por Moblit, quien simplemente le explicó que Levi había traído a una inconsciente Mikasa mientras resucitaba, se dispuso a revisarla minuciosamente, solo para asegurarse del bienestar físico de la Ackerman.

No es que no lo haga siempre cuando trata heridas de otros. Pero la mirada de Levi sobre la inconsciente joven, es algo que la impulsó a ser más cuidadosa de lo normal. Jamás lo había visto tan preocupado por alguien, tan consternado o confundido, a pesar de mantener esa mirada de asco eterno tan usual para él.

No sabe si todos esos sentimientos del más bajo son causados porque tuvo relaciones sexuales con la joven y se siente responsable de ella o si de verdad su amargado corazón ha empezado a mostrar fascinación por algo difente a las escobas.

Oh, sí, la castaña sabe lo que sucedió entre ambos aquella noche de año nuevo. Tuvo que sacárselo al canijo casi a la fuerza cuando lo encontró actuando más osco de lo normal en esas primeras semanas de enero. Aparentemente, su consciencia intranquila lo volvía tan acogedor como una tumba, siendo que ya es alguien tan amigable como un ermitaño. Que se desahogase con ella fue terapéutico para él, aunque eso no evitó que Hange lo había cuestionado bastante, porque Levi Ackerman no era de los que se dejaban mandar por alcohol e impulsos carnales, era una actitud completamente incompatible con su forma de ser, amargada pero con una moralidad clara.

Hasta pensó que le estaba tomando el pelo la primera vez que lo admitió.

Entonces, cuando retiró el equipo, capa y bufanda de una Mikasa recostada en la cama del más bajo, el bulto sobresaliente en el abdomen de la joven es lo que llamó su atención con especial ahínco. No es algo alarmante, la protuberancia es poco perceptible por estar completamente relajada contra el colchón.

Repara brevemente en como la manía de la joven por portar su capa diariamente o caminar encorvada ayudaba a disimular esa curiosa característica. 

Otra persona podría pasar el bulto como simple grasa extra o por una infección estomacal. Pero para alguien con su ojo curioso y con la información que poseía, ese pequeño detalle es algo demasiado llamativo. Más aún, si consideramos que habían estado comiendo peor de como acostumbraban. Esa situación inicialmente le hizo creer que los vómitos, junto con la palidez de Mikasa, eran a causa de contraer algún virus o bacteria estomacal.

Colocó una toalla húmeda en la frente de la chica. Su temperatura elevada mezclada con la apariencia ojerosa era notable hasta el punto de ser preocupante, podía decir que estaba extremadamente pálida y ella ya es de por sí casi transparente.

Curiosamente preocupada, le desabrochó la camisa. Desde la parte inferior de su mamillare* hasta su cadera se encontraba envuelta en vendas, lo cual, empequeñecía aún más lo que podría ser la "grasa extra".

Si es lo que estoy pensando, Levi tendrá un ataque... Oh, como lo molestaré con esto por años.

Removió las vendas, cortándolas con unas tijeras, cuidando no lacerar la tersa piel de la joven. Sin nada que lo restrinja, el ensanchamiento de su abdomen se volvía notorio, sus músculos firmes y bien marcados empezaban a desvanecerse vagamente en una pequeña barriga, lo cual prácticamente confirmó su teoría. Para asegurarse, solo para no darle un infarto al soldado más bajo de la humanidad accidentalmente, tomó un par de muestras de sangre para analizarlas lo más rápido posible, por ahora, lo único que necesitaba era un sí o un no. 

Retiró por completo todas las vendas de su abdomen antes de abrochar su camisa y cubrirla con una de las frazadas, haciendo tiempo para tratar de no alterarse.