II

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Los días pasaron y no hubo rastro de Sunoo, todos los días con normalidad Seon-Na iba a revisar el jardín, ya era de ir a recolectar las fresas rápidamente fue a su casa por una canasta para ponerlas y regreso encontrándose con una sorpresa.

—¡Sunoo las fresas están sucias! —chilló al ver como el chico comía fresas que seguramente el había cortado.

Sunoo sorprendido miró lo poco de la fresa que tenía en su mano y la tiro al césped, Seon-Na al ver la acción del chico comenzó a reír.

—¿Quieres comer fresas limpias? —le preguntó la chica intentando calmar su risa y Sunoo asintió emocionado.—Ayúdame a recolectarlas y después vamos a mi casa y las lavamos. —ordenó y Sunoo rápidamente comenzó a cortar la fresa más cercana a el.

Así estuvieron unos 10 minutos hasta que por fin habían terminado de cortar todas, se dirigieron a casa de Seon-Na y ambos las desinfectaron para por fin poder comer fresas.

—Están muy ricas, mucho mejor que las del súper mercado —agregó Sunoo sonriente, tenía las mejillas llenas de fresas.

Seon-Na rió un poco.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó la chica intentando calmar su risa.

—Recordé que te vi aquí la otra vez, quería preguntarte ¿qué tan importante era este jardín para mamá? —cuestionó con curiosidad mientras bebía del jugo de manzana que Seon-Na le había dado.

—Ella decía que era su segunda cosa más preciada aunque jamás me dijo cuál era la primera, por eso siempre tomé el jardín como la más importante —comentó recordando lo que le decía la señora Kim.

—Enséñame —anunció Sunoo convencido, quería darle mantenimiento a lo que su mamá más quería.

—¿Qué? —cuestionó Seon-Na confusión.

—Enséñame a cuidar el jardín de mamá, te ayudaré en lo que pueda —comentó este, miraba a Seon-Na con mucha ilusión, de verdad quería hacerlo.

—Claro —soltó Seon-Na con una sonrisa, se le hacía lindo el hecho que quisiera aprender a pesar de que no había conocido a su madre, además Sunoo le agradaba.

—Bien —chilló sonriente.— ¿Cuándo puedo ayudarte?, no puedo venir todos los días pero mínimo tres días a la semana si puedo —agregó intentando coordinar sus horarios de la universidad.

—Yo lo cuido a diario pero los días que vengas te explicaré que es lo que necesitas hacer —comentó con una sonrisa.

—Me parece bien —accedió.— ¿Podemos conocernos más?, me agradas —añadió Sunoo con alegría en su rostro.

—Claro, realmente quería preguntarte tu edad, te he estado hablando de manera informal y tal vez eres mayor —rió suavemente Seon-Na.

—Tengo 18 —replicó Sunoo con una sonrisa.— ¿Y tú cuantos tienes?

—Tengo 18 también, entonces te seguiré hablando de manera informal —anunció y Sunoo la miró rápidamente.

—Vas a la universidad entonces, ¿no? —preguntó y Seon-Na asintió.

—Recién estoy en mi primer semestre de derecho —le dijo restándole importancia.

—Sabes algo, estudiamos lo mismo —rió suavemente el castaño y Seon-Na lo miró sorprendida.

—¿En verdad?, ¿a qué universidad vas tú? —cuestionó curiosa, ella jamás lo había visto en la suya así que probablemente no iba a la misma.

—Voy a la universidad de Corea —agregó restándole importancia.

Seon-Na se sorprendió, esa universidad era privada por lo tanto era tres o hasta cuatro veces más cara que a la que ella asistía.

Cuidando fresas; SunooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora