VI

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Al día siguiente Seon-Na como siempre volvió a llegar tarde a la parada del autobús donde Jay la esperaba como todos los días.

—Buenos días —añadió la chica con una sonrisa.

—Sabes te marcaré todas las mañanas muchas veces para que llegues a tiempo —masculló y la chica le dio unas palmaditas en el hombro.

—Tuviste que haber considerado eso antes de volvernos amigos —chilló y subió al autobús el cual ya había llegado.

—¡Estábamos en el jardín de niños que iba a saber yo! —replicó y también entró al autobús.

Lamentablemente la suerte no podía ser de todos los días y ese día les había tocado ir parados.

Mientras tanto Jake le prestó algo de ropa a Sunoo y el chofer de Jake lo llevo temprano a su casa para que fuera por sus libros y lo estaría esperando afuera para irse a la escuela.

—Sunoo —anunció su madrastra al abrir la puerta.

Un casto "buenos días" salió de su boca y entró a su casa, rápido se dirigió su habitación y tomó su mochila y libros, metió algo de ropa, se miró al espejo y se dio cuenta que aún se le notaba el golpe pero no podía hacer mucho con eso así que simplemente se dirigió a la salida de la casa.

—Hijo espera —comentó su padre saliendo de su habitación, todavía tenía que bajar un montón de escaleras.

Sunoo hizo caso omiso a los llamados de su padre y simplemente salió de la casa y subió al auto de Jake para ambos irse a la escuela.

—¿Conseguiste algo de ropa? —le preguntó el aussie y Sunoo asintió.

—Mi mochila tiene más ropa que libros —rió levemente.

Al llegar a la escuela ambos bajaron y entraron a su respectivo salón y ahí estaba Jungwon el cual al ver a Sunoo alarmado se paró y comenzó el interrogatorio.

Por la tarde Sunoo le avisó a Seon-Na que no podría ir a su casa por algunos días, ella entendió sin embargo siguieron hablando diario por teléfono.

Una semana pasó y Sunoo no puso ni un pie en su casa, viviendo con Jake él era feliz y la casa se sentía aún más alegre, los padres de Jake amaban a Sunoo.

Los padres de el chico, su hermano, Jake y Sunoo estaban comiendo en la mesa y platicando tranquilamente cuando se escuchó el timbre de la casa, los que ayudaban en la casa de Jake abrieron y el padre de Sunoo entró.

El de los ojos miel tragó en seco, había bloqueado el número de su papá y el de su madrastra así que sabía lo que le esperaba.

—Una disculpa por interrumpirlos mientras comen pero vengo por mi hijo —mencionó con una sonrisa.

Sunoo miró hacia abajo acto notado por todos en la mesa, la radiante sonrisa del chico había desaparecido.

—Sunoo apresúrate y ve por tus cosas que necesitamos hablar —ordenó el hombre.

Jake se paró junto a Sunoo y ambos fueron por las cosas del chico, los padres y hermano de Jake se despidieron de Sunoo.

—Cuídate hijo ya sabes que eres bienvenido aquí siempre que desees —le dijo la madre de Jake y Sunoo agradeció.

—Muchas gracias por haberme dejado quedarme aquí esta semana la pase muy bien —agradeció con una sonrisa y salió de la casa, ahí fue cuando su sonrisa se desvaneció, era hora de volver a su infierno.

En el auto ninguno de los dos habló, Sunoo se colocó sus audífonos y se dedicó a mirar por la ventana, al llegar a su casa rápidamente subió a su habitación y cerró la habitación con seguro, se la estaba jugando pero el no quería hablar con nadie.

Aún con sus audífonos puestos comenzó a hablar con Seon-Na para pasar el rato, esta última semana había sido una tortura para ambos, querían verse.

La batería de los audífonos de Sunoo murió así que tuvo que ponerlos a cargar y mejor conectó su teléfono al parlante y se sentó en el escritorio de su habitación para comenzar a estudiar.

El Sunoo radiante desaparecía cuando estaba en su casa, el ambiente era distinto con los padres de Jake, extrañaba estar allá.

La puerta de su habitación comenzó a sonar, Sunoo no abrió hasta que se quien la tocaba habló.

—Hyung soy YoonSeo, me puede abrir por favor —le dijo tiernamente el niño y Sunoo abrió la puerta dejando pasar a su hermanastro.

—YoonSeo —suspiró.

Sunoo se dirigió a la puerta y le abrió, el niño corrió hacia él y lo abrazó, no lo había visto en tanto tiempo.

—Hyung no se vuelva a ir —chilló el niño el cual se había aferrado a Sunoo.

El mayor tragó en seco, durante el tiempo que había estado con Jake no había pensando en cómo se sentirían sus hermanastros.
Sunoo no supo que decirle y solo le acarició la cabeza al menor.

—No te preocupes YoonSeo, deberías de ir a ver a Eun-yeong la cual seguramente esta sola —sugirió el de los ojos miel y el menor asintió y salió de la habitación del chico.

La tarde pasó y absolutamente nadie fue a su cuarto más que sus hermanastros, ni su madrastra ni su padre y estaba agradecido por eso. Dio la hora de la cena y el simplemente se sentó en la mesa y se puso uno de sus audífonos, comió lo más rápido que pudo para salir de ahí hasta que su padre le habló.

—¿Comiste bien mientras no estuviste aquí? —le preguntó a secas.

Le respondió un "sí " en el mismo tono y se devolvió a su habitación, terminó sus pendientes y se acostó en su cama, miró al techo unos cuantos segundos y volvió a tomar su teléfono.

—¿Hola? –se escuchó al otro lado de la línea.

—¿Qué haces?

—Estaba acostada aburrida, me has salvado —comentó graciosa y soltó una risita.

—Iré mañana para que dejes de extrañarme.

—Esta bien, después de eso estaba pensando si querías ir al parque, digo si no estás ocupado.

Al escuchar la invitación de Seon-Na el chico rápidamente sonrió y chilló con emoción.

—Por mi está bien, dale entonces nos vemos mañana.

—Descansa Sunoo.

—Sueña lindo Seon-Na, adiós.

La llamada cortó y Sunoo volvió a chillar emocionado, esperaba con emoción el día siguiente.

Cuidando fresas; SunooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora