Era un día normal en el trabajo de Sunoo, simplemente tenía que pasearse por la empresa dejando la correspondencia por cada departamento y recogiendo lo que la empresa mandaría y dejarlo a la oficina de correos, ¿fácil verdad? Pues en realidad no lo era tanto.
Sunoo no contaba con que la empresa del padre de Jake era gigante, muchos pisos igual a muchos departamentos lo que hacía que siempre hubiera que dejar y recoger mucha correspondencia diariamente.–Dios mío, ¡estoy tan cansado! –exclamó rendido y procedió a sentarse en un sofá en la sala de empleados de rango menor (intendencia, seguridad y correspondencia).
–¿Día largo? –le preguntó una compañera de intendencia casualmente de su misma edad que le parecía muy agradable.
–No sabes cuánto, al menos hoy es viernes –suspiró aliviado y la chica soltó una leve risa.
–Vamos Sunoo, aguantemos el resto del día –lo alentó gentilmente y el sonrió.
–Amo tu optimismo, yo también lo soy pero tú tienes un nivel superior –confesó entre risas y la chica se ruborizó.
–No es para tanto –replicó y tomó una botella de agua de la barra.
–Claro que si, si ves algo bueno en los demás hay que dárselos a saber, ¿no? –preguntó al aire.– Capaz le alegras el día a alguien.
–Tiene sentido –le dió la razón y sonrió.
–Tengo que ir a terminar de trabajar, ten un lindo día y fin de semana Mi-Ri –agregó sonriente y se despidió agitando su mano para después salir de la sala de descanso.
La chica lo miró salir y sonrió para después mirar al suelo aun con esa tonta sonrisa en sus labios, sin duda Sunoo hacía que su corazón se acelerara, era el chico más dulce que había conocido.
Por fin terminó el día y Sunoo al salir del trabajo notó que ya habían depositado su paga a su tarjeta así que sin más fue al supermercado a comprar unas cosas que le hacían falta, había aprendido a buscar ofertas y así ahorraba mucho dinero.
Después de un rato buscando las cosas ya había terminado lo que tenía en su lista, iba camino hacía la caja cuando pasó por la sección donde tenían flores y pensó en Seon-Na inmediatamente, las miró un rato pero siguió su camino hacía la caja, pagó y salió del supermercado.El chico camino hacía la parada del autobús pero antes de llegar tenía que hacer una parada rápida, dobló una cuadra antes de donde estaba la parada y entró a una florería.
–¡Buen día! –exclamó amablemente con una tierna sonrisa y una mujer mayor se le acercó.
–Buen día cariño, ¿qué estás buscando? –preguntó servicialmente.
–Me gustaría llevarme ese ramo por favor –le dijo a la mujer señalándole con el dedo el ramo que quería, era un ramo de lirios blancos algo sencillo pero decorado muy lindo.
La mujer tomó el ramo y ambos se dirigieron a la caja registradora pero antes de pagar Sunoo le pidió otra cosa que confundió un poco a la señora más sin embargo aceptó, el chico pagó y salió con lo que había pedido más la bolsa de sus compras en mano.
Mientras tanto, Seon-Na regresaba de la escuela junto a Jay, ambos iban caminando lentamente y mantenían una plática tranquila. Estaban casi por llegar a la casa de la chica cuando Jay se tornó un poco más serio.
–Seon-Na necesito hablar contigo –le dijo con algo de nervios y la chica lo miró confundida.
–¿Qué pasó? –preguntó, habían llegado a la casa de Seon-Na y estaban parados justo enfrente.
–Antes que nada no busco una respuesta de tu parte simplemente quiero decirlo para estar más tranquilo –advirtió el rubio cabizbajo y la chica asintió.– Seon-Na –se pausó y agarró aire para después soltarlos estaba tomando valor.– Me gustas desde hace mucho, probablemente no lo notaste por tantas veces que coqueteé contigo en broma, eres una persona muy linda y me gusta estar contigo –suspiró.– como dije antes no espero respuesta de tu parte porque sé que no sientes lo mismo pero me gustaría que nuestra relación siga siendo la misma –exclamó aún cabizbajo y algo temeroso, no quería perder a su amiga pero tampoco podía seguir sintiéndose así y el primer paso para que ese sentimiento desapareciera era confesándolo.
–Jay de verdad no se que decir –musitó.
–No te preocupes, ¿amigos todavía? –preguntó el chico con una media sonrisa y la chica se la devolvió.
–Amigos todavía.
Ambos se abrazaron y luego Jay se despidió para tomar caminó hacía su casa, iba con el corazón un poco más tranquilo, de ahora en adelante tenía que superarla porque él sabía que Sunoo tenía su corazón y él no podía hacer nada para cambiar eso.
Unas horas pasaron, Seon-Na estaba acostada en su cama con los audífonos puestos mirando al techo, el momento de Jay confesándose pasaba una y otra vez por su mente, jamás vio venir esa situación y la hacía sentir culpable él no sentir lo mismo y lastimar a su amigo.
Uno de sus audífonos fue removido de su oreja haciéndola salir de sus pensamientos y sentirse se en la cama para quitarse el otro audífono.
–Sunoo –sonrió.
–Cierra los ojos por favor –ordenó con suavidad y la chica independiente lo hizo.
Sunoo puso el ramo de flores frente a ella, le pidió que abriera los ojos y así lo hizo, Seon-Na quedó incrédula y tomó el ramo lentamente.
–Lo compré para ti y pedí especialmente un lirio con raíz para que pudieras plantarlo –confesó dulcemente y algo avergonzado.
La chica alzó la vista del ramo hacía Sunoo y sonrió.
–Es muy lindo, de verdad muchas gracias nunu –puso el ramo en la cama y se levantó para abrazar al chico el cuál soltó una leve risita.
–No es nada –replicó.
–¿Vamos a plantar el lirio y checamos las fresas? –sugirió Seon-Na emocionada y Sunoo asintió repetidamente con la cabeza.
Ambos quedaron de verse en el jardín de Sunoo, la chica antes de ir puso el ramo en un florero. Lo miraba extasiada y sonriente, estaba segura que Sunoo era todo lo que quería.

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Cuidando fresas; Sunoo
FanfictionHan Seon-Na era una estudiante de 18 años, actualmente cruzaba la universidad pero ella a parte de eso tenía un pasatiempo que le encantaba, la jardinería. Ella cuidaba el jardín de su difunta vecina porque sabía el valor sentimental que le tenía a...