VII

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Había llegado el día en el que Sunoo por fin volvería a ver a Seon-Na, este estaba en la escuela comiendo con Jake y Jungwon, tenía muy buen humor que ni siquiera su padre podría arruinar ese día.

—¿Tú papá ya no te dijo nada? —le preguntó Jake con preocupación.

Sunoo negó con la cabeza y tragó lo que estaba masticando.

—Lo bueno, la verdad ya estoy cansado y necesito que se me cure el labio rápido, hoy veré a mi amiga y no quiero que se preocupe —confesó y después de unos segundos recapituló lo que había dicho, ya era tarde.

—¿Amiga? —parloteó Jake con una sonrisa pícara.

—No nos dijiste que te estaba viendo con alguien, ¿es bonita? —bromeó Jungwon y Sunoo toco su cien, sabía que no se la acabaría con ellos.

—Era vecina de mi madre, ella actualmente cuida su jardín y le dije que me enseñara ya que yo también quería hacerlo, eso es todo —insistió pero Jake negó con la cabeza.

—No te creó, seguro cuando le sonríes al celular estás hablando con ella —recriminó y Sunoo frunció el ceño confundido.

—¿La sonrió al celular? —cuestionó alarmado haciendo reír a los dos chicos.

—Ella te tiene anonado —musitó Jungwon riendo.

—¿Quién tiene anonadó a Sunito? —preguntó SoAh al escuchar lo que había dicho el pelinegro.

Sunoo trago en seco y sus amigos se voltearon a ver, la habían regado.

—Nadie sunbae —exclamó Sunoo restándole importancia, obviamente SoAh no le había creído.

—Bueno a lo que vine, quería ver si querías ir al cine hoy —invitó la chica a Sunoo pero este negó con la cabeza.

—Lo siento sunbae pero hoy tengo planes, quizá en otra ocasión —rechazó educadamente.

La mayor asintió y se fue de ahí, ¿Sunoo es tan solicitado o por qué sigue rechazando mis invitaciones?, se preguntaba.

Sunoo suspiro tranquilo y siguió comiendo, acordaron seguir hablando de Seon-Na en otra ocasión y continuaron hablando de cosas triviales.

Por fin ya era hora de que Sunoo llegará a casa de Seon-Na, ella estaba buscando el overol que el chico había dejado cuando se escuchó el timbre y rápido bajo las escaleras para abrir.

—Seon-Na —gritó el chico y corrió a abrazar a la chica la cual le dio un golpe en el hombro.

—No me vuelvas a abandonar así —reclamó y Sunoo avergonzado tocó su nuca.

—No lo volveré a hacer —prometió.

La chica le dio el overol y Sunoo fue velozmente a cambiarse, unos minutos pasaron y ambos chicos salieron al jardín de la señora Kim.

—¿Cuándo volverán a crecer? —cuestionó el chico regando las fresas.

—Probablemente el próximo año —masculló la chica.

Sunoo suspiró, quería volver a comer fresas pero no quería gastar una fortuna comprándolas en el súper mercado.

Seon-Na se levanto del piso y se acercó a las fresas y se colocó justo a un lado de Sunoo.

—Sunoo quita ese brote que está de más —ordenó amablemente y el chico lo hizo.

—¿Qué es? —preguntó confundido.

—Creó que es un brote de, ¿limón?, ¿mandarina? —agregó dudosa.—¿Cómo es que llegó aquí? —preguntó al aire.

Sunoo recordó que tal vez eso pudo ser culpa suya.

—¿Cuánto tardará mamá en llegar? —chillaba mientras pelaba su mandarina.

Estaba sentado en el césped mientras comía sus mandarinas, las cáscaras las tenía a un lado y las semillas las iba tirando.

—Seguramente una sí brotó —rió nervioso.

Seon-Na empezó a reír, sabía que el chico era descuidado pero no que tanto.

Sin más ambos se dedicaron a buscar más brotes y resultó que sólo era el que habían encontrado en la fresas.

—Lo voy a plantar aquí —anunció Seon-Na con una maceta en su mano.

Por ahora iría ahí y ya que creciera más lo traspasaría al piso.

—¿Necesitas ayuda? —le preguntó el chico sonriente.

—Podrías hacerlo tú para que aprendas —sugirió y le dio la pala a Sunoo.

El chico asintió y tomó la pala.

—Yo sostendré la maceta y tú pondrás la tierra del costal —espetó y Sunoo asintió.

Comenzó a echar tierra hasta que vio que era suficiente después con cuidado puso el brote y para terminar le echó poquita agua.

—Tocará esperar y después tendremos mandarinas —bromeó la chica y Sunoo rió avergonzado.

—¿Ya acabamos? —cuestionó, estaba ansioso por ir al parque con la chica.

—Yo digo que sí, hay que ir a cambiarnos y nos vamos —exclamó Seon-Na sonriente.

Ambos chicos regresaron hasta la casa de Seon-Na, ella se cambió de ropa en su habitación y Sunoo en el baño principal, al ya ambos estar listos salieron de la casa rumbo al parque.

—Hay que ir de nuevo en autobús —sugirió Sunoo emocionado, le gustaba ir en ellos.

—Claro, además un taxi es muy caro —chilló la chica.

Ambos esperaron al autobús en la parada y después subieron y se sentaron juntos, en el transcurso no hablaron para nada ya que no podían hacerlo.

Sunoo medio aburrido de ir volteando hacia la ventana sacó uno de sus audífonos y le dio el otro a la chica lo cual con una sonrisa lo tomó, le dio play a "It starts today" de Hwang In Youp y siguieron escuchando música hasta que por fin bajaron.

—Nunca había venido aquí antes —musitó asombrado viendo el parque.

Estaba plagado de niños jugando.

—¿Por dónde vives tú Sunoo?, porque creó que no conoces para nada este vecindario —rió levemente la chica.

—Vivo en hongdae —soltó restándole importancia.

Seon-Na al escuchar donde vivía el chico casi se ahoga con su propia saliva, era un vecindario de familias adineradas. Aunque ella ya sospechaba que la familia de Sunoo tenía dinero ya que iba a una universidad privada aún no estaba convencida.

—Con justa razón no conoces por aquí, pero no te preocupes yo seré tu guía —añadió con orgullo y el chico rió.

—Bien entonces lo primero que deberíamos hacer es ir a una cafetería —agregó Sunoo, tenía antojo de un frappe.

Seon-Na asintió y comenzó a guiar al chico hasta la cafetería más cercana, ya estando ahí ordenaron y esperaron a que estuviera lo que habían pedido.

—Fue muy rápido —comentó Sunoo bebiendo de su frappe.

—Normalmente aquí siempre están apurados, por eso me gusta venir —añadió la chica mientras bebía de su jugo.

Ambos chicos volvieron al parque y se sentaron en una banca frente a un arenero.

—Sunoo —enunció Seon-Na en voz baja ganándose la mirada de él nombrado.

—¿Mmm?

—Puedo preguntar, ¿qué te pasó en el labio? —cuestionó y los nervios llegaron al chico.

Había lamido sus labios inconscientemente y se había quitado el maquillaje que traía.

Sunoo miró hacia abajo y Seon-Na puso su mano en la espalda del chico.

—No me digas ahora, sin embargo sabes que cuantas conmigo cuándo tengas un problema, ¿verdad? —preguntó para cerciorarse y Sunoo asintió con la cabeza.

El chico aún mirando al suelo sentía su corazón latir rápidamente, no sabía si por los nervios de la pregunta que le había hecho Seon-Na o por lo último que le había dicho.

Cuidando fresas; SunooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora