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Sunoo le había contado todo lo ocurrido con su padre, sentía una carga menos después de habérselo dicho a la chica.

—Necesito decirlo aunque suene muy mal pero tu padre es un asco —exclamó la chica con algo de coraje.

¿Qué clase de padre se atrevía a pegarle a su hijo al que dice "amar"?

Sunoo se mantuvo en silencio, el más que nadie sabía que la chica tenía razón.

—Cuando tengas algún problema siempre puedes venir a mi casa o llamarme sea la hora que sea, recuerda que yo seré tu apoyo incondicional —le dijo con sinceridad.

Sunoo se conmovió por lo que la chica había dicho y la abrazó.

—¿Qué hice yo para merecer una amiga tan linda? —cuestionó con gracia y Seon-Na rió levemente.

—Tuviste suerte de conocerme verdad —bromeó.

—Mucha diría yo —soltó.

Sunoo se sentía en confianza con Seon-Na, increíblemente en poco tiempo había descubierto que la chica lo hacía sentirse seguro.

—Sunoo habrá un concurso de jardinería en unos meses y pensaba participar —anunció con una sonrisa emocionada.

—¡Que bien Seon-Na!, ¿con qué participaras? —le preguntó con curiosidad.

—Primero te explico que son dos fases, en la primera hay que hacer un álbum de fotos con lo que has estado cuidando o cultivando —explicó la chica y Sunoo escuchaba atentamente.— La segunda fase es la presencial, en donde ellos van a venir a ver todo en persona.

—Seguro vas a ganar, tus fresas son envidiables —chilló emocionado, jamás superaría esos frutos tan ricos que daba el cultivo de Seon-Na.

—La cosa es que quiero que participes conmigo —soltó nerviosa, creía que se vendría un rechazo por parte del chico.

Sunoo inmediatamente sonrió, se sintió conmovido que la chica le preguntará.

—¿Yo?, pero si apenas estoy aprendiendo y tú las has cuidado más tiempo que yo —agregó con desconfianza.

—Pero me ayudaste a cuidarlas, mereces tus créditos y me daría cierta confianza que participáramos juntos —rió levemente intentando ocultar sus nervios.

Sunoo sonrió y asintió con la cabeza.

—¡Participemos juntos entonces! —exclamó con alegría.

—¿De verdad?, ¿no me estás bromeando? —cuestionó sorprendida la chica y Sunoo negó con la cabeza.

—¡Gracias Sunoo! —chilló emocionada y se lanzó a abrazar al chico.

El abrazo fue correspondido, Sunoo sintió una paz inmediata al estar en esa posición con la castaña.

Por otro lado esa misma tarde el padre de Sunoo se encontraba en su oficina mirando en su computadora universidades que también fueran internados.

—¿Está ocupado? —cuestionó un hombre entrando a su oficina, no era nadie más que Cho Lee-seung, el padre de SoAh y socio comercial del padre de Sunoo.

—Oh para nada hyung, ¿qué se le ofrecía? —cuestionó y rápidamente se paró de la silla para hacerle una señal al hombre de que tomará asiento.

—Gracias gracias —agregó.— Lo qué pasa es que venía a que firmáramos el contrato, las cláusulas establecidas ya están corregidas y especificado el tema del matrimonio —explicó y le dio la carpeta con el escrito.

Este contrato básicamente establecía que se unirían ambas empresas con la condición de que Sunoo se casará con SoAh para poder mantener el poder entre ambas familias y así crear una unión más estable.

Cuidando fresas; SunooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora