Se llegó el día de la pijamada con películas, Sunoo y Seon-Na estaban comprando algunos snacks en una tienda de conveniencia antes de ir a la casa de Heeseung el cual ya la había bombardeado con mensajes que decían en su mayoría ¿a qué hora llegarás? igualmente Jay ya le había mandado la misma cantidad de mensajes que Heeseung rogando para que llegará.
–Esos dos congelarán mi teléfono de tantas notificaciones –musitó la chica concentrada mirando la pantalla, se encontraban pagando en la caja.
Sunoo río mientras ponía las cosas en las bolsas.
–Deberías llamarles, diles que estamos por llegar para que no se desesperen más –sugirió y la chica asintió para rápidamente llamarlos.
Ambos salieron de la tienda y siguieron caminando, la casa de Heeseung estaba a dos cuadras nada más.
–De verdad Jay ya estamos por llegar, es más bajen a abrirnos —pidió amablemente y el chico en la otra línea rápidamente colgó para bajar a abrirles.
La puerta se abrió y el pelinegro comenzaba con su cantaleta.
–No puede ser que hayan tardado tanto, literalmente me dejaron solo con Jay –recriminó Heeseung exagerado y el recién nombrado lo miró con indignación.
—¿Qué tiene de malo estar a solas conmigo? Ni que me gustaras –exclamó rodando los ojos cosa que hizo reír a Seon-Na.
–Mejor háganse a un lado y entremos para elegir la película –comentó y pasó moviendo a ambos chicos de en medio.
Sunoo saludo y entró tímidamente atrás de Seon-Na. Los cuatro subieron y se acomodaron, Heeseung y Jay en la cama mientras tanto Sunoo y Seon-Na estaban sentados frente al respaldo de la cama pero en el piso.
–Nos adelantamos con la película –anunció Heeseung y puso El exorcista.
–No puede ser –chilló Seon-Na arrepentida de no haber llegado temprano para elegir.
La película ya estaba comenzando y Sunoo notó la cara de descontento de la chica así que se acercó más a ella.
–¿Te da miedo la película? –le preguntó en un susurro.
Seon-Na asintió levemente con la cabeza y Sunoo río un poco, le parecía muy tierno.
La película transcurrió normal, por primera vez no estaban siendo interrumpidos, de repente Seon-Na daba saltitos asustada o se removía en su lugar por los ruidos estridentes, hasta que llegó una escena en la que no aguantó y puso una de sus manos tapando sus ojos.
La otra mano la tenía recargada sobre el tapete justo del lado de Sunoo el cual ya había notado la acción de la chica. Se lo pensó mucho pero tímidamente Sunoo posó su mano sobre la de la chica, su intención era darle seguridad y lo había logrado completamente. Seon-Na al sentir el tacto de la mano de Sunoo inmediatamente volteó a mirarlo pero el chico jamás despegó la mirada del televisor.
Justo en ese momento Jay desvió la vista hacía donde Seon-Na y en ese momento deseó no haberlo hecho. Sintió un extraño dolor en el estómago y un peso en su garganta.
La película terminó y Heeseung prendió la luz de su habitación, Sunoo removió su mano apenado y sin decir ni una palabra dejando a Seon-Na completamente confundida.
–Fue buena elección de película, ¿verdad? –cuestionó Heeseung con orgullo y Sunoo asintió con la cabeza.
–Siempre quise verla pero jamás pude por mis hermanastros, valió la pena la espera –exclamó Sunoo con emoción.
–Pasemos a lo importante ahora, ¿qué cenaremos? –cuestionó Jay con curiosidad y Seon-Na río.
–¿Todavía tienes hambre? –le preguntó incrédula entre risas, Jay se había acabado una bolsa grande de papitas y todavía una bolsa más pequeña, era irreal que todavía tuviera espacio en su estómago.
–Los chicos grandes necesitan comer Seon-Na –replicó con orgullo de su respuesta y la chica río aún más.
Los cuatro chicos se pusieron de acuerdo en que ordenar y fue una dura batalla, como siempre ya que todos querían cosas distintas. Duraron casi una hora decidiendo, mirando precios y de comidas hasta que por fin por obra del azar terminaron eligiendo pollo frito.
Al llegar la comida cenaron y continuaron con la pijamada haciendo karaoke y comiendo dulces hasta que dio la una treinta de la madrugada y Jay ya no aguantó más quedándose dormido en el piso.
–Jay fue un buen soldado pero le toca –añadió malévolamente Heeseung y procedió a dibujarle en la cara a Jay con un marcador permanente.
Sunoo miró sorprendido la acción y Seon-Na se estaba aguantando la risa.
–¿No se enojará? –le preguntó Sunoo en un susurro a la chica y ella asintió con la cabeza.
–Pero es tradición así que no pasa nada –soltó restándole importancia y ahí fue cuando Sunoo se relajó.
Poco tiempo después Heeseung también se durmió ya que no había peligro. Seon-Na le puso algunas mantas a Jay y una almohada bajo su cabeza. Sunoo se acostó en un mini mueble que había en la habitación y Seon-Na se acomodó junto a Heeseung en la cama, era normal que ella siempre tuviera preferencia y durmiera en la cama.
Pero ninguno de los dos chicos podía dormir, Seon-Na seguía reviviendo el momento que había sucedido hace unas horas atrás. La chica miró que Sunoo había tomado su teléfono e inmediatamente una notificación se hizo presente en el celular de ella.
¿Estás dormida? Le preguntó Sunoo y ella tomó el teléfono para responderle.
¿Tu qué crees? El chico sonrió al leer el texto y rápidamente respondió.
De verdad que eres muy miedosa. Le dijo y la chica lo volteó a ver y Sunoo hizo lo mismo riendo en silencio haciendo reír a la chica también.
Despertaremos a los chicos. Le puso la chica.
Lo siento si te incomodó lo que hice hace un rato. Seon-Na tragó en secó al leer el mensaje, no pensó que fuera a tocar el tema.
No pasa nada, no me molesto :)
Sunoo se quedó mirando el mensaje y sonrió por inercia acción que notó Seon-Na.
Nana ya dormiré, te pido de la manera más atenta posible que no me hagas dibujitos con marcador. Le puso el chico para alivianar el ambiente y la chica río un poco más fuerte ahora.
No prometo nada, descansa nunu.
Sueña lindo nana <3
Ese pequeña carita que había puesto el chico hizo que Seon-Na sonriera emocionada, cosa que la hacía darse cuenta que de verdad estaba cayendo muy profundamente por Sunoo.
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Cuidando fresas; Sunoo
FanfictionHan Seon-Na era una estudiante de 18 años, actualmente cruzaba la universidad pero ella a parte de eso tenía un pasatiempo que le encantaba, la jardinería. Ella cuidaba el jardín de su difunta vecina porque sabía el valor sentimental que le tenía a...