Para siempre

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Ni siquiera yo me di cuenta cuando fue que había saltado a sus brazos y lo había abrazado. No pude contenerme, lo había extrañado tanto que sentía dolor sólo de pensar en su voz, en su sonrisa de colmillos notorios, en su manera de llamarme.

—Fuyu.. —suspiró y me hizo contener el aire. A pesar de que era yo quien lo había empujado contra un árbol, parecía ser él quien me tuviera inmovilizado— hace cuánto fue..? Parecen mil años.

Entendí a la perfección a lo que se refería, me mordí el labio y oculté mi rostro en su cuello. Mi corazón era un remolino de emociones así que ni siquiera me pareció extraño sentirme avergonzado. Escuchar su voz en mi oído, sus brazos apretando mi cintura, sus manos metiéndose bajo mi camisa.

—Hmm.. Baji..

Crack. El repentino ruido de algo quebrándose me sorprendió y giré hacia atrás, pero con dos dedos en mi mentón Baji me devolvió a sus ojos, apoyando sus labios en los míos. Perdí la respiración y me sentí mareado, como si estuviéramos en el centro de un volcán y no en la zona más fría del norte.

Las piernas me temblaron cuando sus afilados dientes rasgaron mi labio instándome a abrir la boca, lo obedecí y él metió su lengua de inmediato. Jadeé sin emitir sonido alguno, apreté los párpados cuando empujó en mi interior y me llenó con su calor, frotándose en mi lengua y removiendo mi saliva al tiempo que reconocía el espacio que tantas veces había poseído.

No podía respirar, no podía pensar, apenas podía aferrarme a su ropa con la desesperación con que lo sujeté la primera vez.

—Mirate. Eres tan lindo cuando tiemblas.

Mis labios se estremecieron, no podía ver sus intensos ojos chocolate, me agaché, alejándome de aquella expresión carnívora que me provocaba mariposas en el estómago. Sin embargo él aprovechó mi posición para atacar, su aliento a menta golpeó con calidez en mi oído, erizandome la piel.

—Chi-fu-yu —Me llamó en su perfecto tono perverso, con voz ronca— te extrañé.. Eh?

Me dejé caer a la nieve, mis rodillas hicieron un sonido amortiguado. Sin perder el tiempo comencé a desabrochar el cinturón de Baji.

—Oye! Que haces Fuyu? —Se jactó con una sonrisa de lado— tú también me extrañaste tanto?

—Como si no lo supieras..

Conseguí callarlo un instante, así que sonriendo fui por el premio mayor y bajé el cierre que me separaba de su ultima prenda interior.

—Espera. —Su tono urgente me hizo mirar hacia arriba, se veía serio mientras acariciaba mi cabello— no hay que hacerlo tan pronto si no quieres.

Trague saliva y metí mis fríos dedos en su entrepierna, sólo lo suficiente para sacar su miembro afuera y darle algo de cariño. Se supone que todos los hombres se ven más "pequeños" de lo normal en lugares fríos como aquél, pero Baji es Baji, y ni siquiera el Polo Norte podría intimidarlo. Quise aplaudir por mi novio.. Eso éramos, cierto?

Saqué la lengua y le di una lenta y suave lamida a lo largo. Baji tomó aire con un temblor, confirmando que se sentía bien me dio mayor coraje y separé los labios para meterlo por completo en mi boca. Con un Jum lo recibí con la lengua, pero pronto fui incapaz de contenerlo todo en mi entrada, empujé hacia adelante mientras me sostenía de sus piernas, tomando poco a poco su enorme trozo de carne hasta que tocó mi garganta. Apenas conseguía lograrlo, tuve cuidado de no morderlo y darle el mayor placer posible mientras movía mi lengua de lado a lado. Cuando sentí que ya no podía caber ni un alfiler me preparé para moverme. Pero Baji se Me adelantó.

BelladonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora