𝐀𝐬𝐡𝐄𝐢𝐣𝐢 - N̶o̶t̶ ~𝙹𝚄𝚂𝚃 𝚂𝙴𝚇~

Video📷

Era una total locura como se habían confesado aquello y cómo ambos complementaban en eso.

Una tarde fue donde el japonés decidió contarle sobre esa parte de vida y por obvias razones y el tema ya puesto sobre la mesa, el rubio también confesó que el hacía algo parecido.

La cosa era así.

Eiji subía videos íntimos a una plataforma para videos de adultos, tenía videos tanto públicos como bajo precio. Decidió hacer esto cuando se dió cuenta que se masturbaba con regularidad y gustaba mucho de vestirse para si mismo y lucir sexy. No le haría mal si lo compartía con otros, esto podía darle dinero además que ni siquiera mostraba su cara.

Por otro lado Aslan curiosamente hacía algo parecido, más el transmitía en directo y hablaba un poco con sus espectadores mientras usaba una máscara. Dejaba ver sus ojos y cabello que al parecer gustaban mucho por ser muy peculiares aún más en una misma persona.

Ambos se dedicaban al entretenimiento para adultos, más no se conocieron para nada de esa forma.

Igualmente ahí estaban en la sala del extranjero, este encima del regazo del rubio moviendose en su entrepierna y al mismo tiempo una cámara les grababa del cuello hacia abajo. Era una experiencia distinta para ambos, nunca lo habían hecho así, aunque sabían que sería aún más distinto cuando tuviesen que editar la grabación.

El americano tomo las caderas y ayudo en el movimiento dejando resbalar sus manos para amasar los gluteos a su antojo. Era extraordinaria la vista. Eiji portaba unos shorts negros de tiro alto y debajo de estos unas medias de red oscuras, solamente eso. Sus piernas lucían grandiosas en aquellas medias, su trasero lindo y esponjoso. No podía estar más complacido.

Besaba el escote de su crop top a juego con los shorts, haciendo jadear al nipón por lo mojado de sus besos.

– Mírate... Eres tan sexy. – comentó con voz ronca masajeando el trasero dándole una vista excitante a la cámara.

– Mghh... – disfrutaba los toques olvidandose de todo, aún lo recuerda. La primera vez que fallaron fue tan bueno que supo que sería muy feliz con aquel hombre.

Comenzó a besar el cuello pálido y este se ponía algo rojo ante el contacto, su piel era sensible.

Entre besos, chupones y gemidos llegaron a estar desnudos, a excepción de las medias de red, claro.
El pene rojizo y palpitante jugaba en la entrada lubricada del pelinegro haciéndolo gemir lento, se sentía delicioso. Observo la toma de su lado y cerro los ojos abrazandose de los hombros.

Había dos tomas, una de la parte de atrás y otra desde un costado. Estaba disfrutando demasiado, sus gemidos eran altos y descarados más no le importaba que fuese obvio lo bien que el rubio lo hacía sentir.

Miro directamente al ojiverde y sonrió de lado, sus miradas eran intensas y lujuriosas, le encantaba. Podía jugar lo que quisiera con el y estaría completamente a su merced. Gimió agudo cuando el glande se presionó contra su interior encajandose en su entrada y abriendo más su esfinter.

Su perineo estaba muy sensible por la anterior estimulación, así que se sentía en la gloria. De a poco se sentó, metiendo completamente la erección, sentir como se trago toda la jugosa extención lo hizo sentirse tan obceno y caliente, amaba sentirse así. Fue algo que descubrió cuando comenzó a grabarse. Le encantaba sentirse deseado y sensual. Eso mismo le ayudo a tener más seguridad con su cuerpo. Entendió que para gustos hay de todo y que no tiene que cumplir los estándares tontos de peso o medidas para ser atractivo.

También le ayudo a aceptar su feminidad, entendió que estaba bien ser delicado y sensible. Aunque también descubrió que le gustaban los hombres completamente distintos a él, le atraía lo masculino, el vello, manos grandes, rasgos toscos, pero esto balanceado con una personalidad ligera y agradable.