Capítulo 3

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Jeno llegó a la mansión pasada la hora acordada, Doyoung y Jaemin estaban en la oficina del mayor planeando su próximo ataque y el pelinegro no tenía ganas de hacerles compañía. Subió a su habitación y comenzó a tocar el piano de manera deprimente.

—¿Pasó algo? —preguntó Jaemin entrando a la habitación de su amigo.

—Nada, ¿por qué?

—Bueno, usualmente tocas música más alegre o incluso furiosa. Ahora mismo quisiera llorar por tu corazón roto. ¿Es por ese profesor?

Jeno negó, sin notar lo triste que la melodía era. —No es nada, solo tenía inspiración para tocar algo así —se encogió de hombros, continuando con la melodía.

—Deberías escribir una canción... quizás te ayude.

—¿Crees que Doyoung me permita pensar en la música cuando él quiere aparentar que soy un doctor? —Jaemin sonrió—. Con eso me respondiste todo.

—Como sea, iremos en unos días al pueblo vecino. Necesitan nuestra "ayuda" y como tu primo que también estudió medicina, iré con ustedes.

Jeno sonrió divertido, la farsa de la familia le hacía gracia.

Los días pasaron lentamente para el pelinegro, no tenía demasiadas ganas para ir a atacar al otro grupo de vampiros que estuvieron atacando el pueblo vecino.

Doyoung entró a la habitación de Jeno golpeando con fuerza el ataúd donde descansaba el pelinegro. —Deja de lado tu fase depresiva, debemos irnos ahora mismo.

Jeno salió irritado, enviándole señales asesinas al rubio frente a él. —De acuerdo —la voz le había cambiado, pero no lo notó, sin embargo, Doyoung si lo hizo, sintiéndose amenazado por su presencia.

Doyoung y Jaemin no le dirigieron la palabra a Jeno en todo el camino, aprovechando el mal humor del pelinegro para acabar con los otros más rápido. Jeno era más fuerte que ambos y eso servía bastante para lo que necesitaban.

La luz de la luna caía sobre sus cuerpos bañándolos con su energía, sus ojos cambiaron a un rojo intenso. —¿Están listos? —preguntó el rubio, mirando solamente al pelirrojo junto a él. Jaemin asintió —. De acuerdo, movámonos por el bosque... —Jeno no lo tomó en cuenta y corrió velozmente hacia la guarida de sus rivales.

Los otros dos se miraron entre sí, tratando de ir tras Jeno, pero no tardó más de media hora en regresar con la cabeza de todos los vampiros. —Ya terminé, ¿puedo regresar a casa?

—¿Qué mierda? —susurró Doyoung, sintiendo la irritación del pelinegro—. ¿Qué pasa contigo, Lee Jeno?

Jeno lo miró por encima de su hombro y lanzó las cinco cabezas a sus pies. —Esto es lo que querías.

—¡No puedes solo ir y matar...! Bueno, si puedes. Pero debíamos ir los tres... ¿esto es por ese profesor? ¿Qué mierda te hizo para que actúes de esta manera?

El pelinegro se acercó amenazantemente al rubio, quedando frente a los ojos rojos de su "salvador". —No hables de él, ¿oíste? —Doyoung se rió descaradamente.

—Eres un puto blando, no entiendo como pude hacerte mi sucesor... —Jeno le apretó el cuello con una mano y acercó su rostro al del mayor.

—No me importa porqué lo hiciste, pero ahora debes vivir con eso —soltó a Doyoung y lo empujó, dándole permiso al rubio para que pudiese respirar.

Jaemin se quedó de piedra mirando a Jeno, si seguía así, en cualquier momento se convertiría en el rey de los vampiros como el rubio siempre había querido.

Volvieron a la mansión más rápido de lo que habían pensado, Jeno se encerró en su habitación y volvió a tocar las melodías deprimentes habituales. Jaemin suspiró mientras ayudaba a Doyoung a recomponerse de la estrangulación.

—Es hombre muerto. Ese estúpido profesor regresa y lo mataré frente a Jeno como castigo por su insolencia —dijo el rubio con dificultad.

El pelirrojo preparó algo de té y se lo entregó a Doyoung mientras ojeaba los planos que el rubio tenía en el escritorio. —No creo que sea una buena idea, Doyoung...

—Me importa una mierda, debe aprender a respetarme... como antes lo hacía —Jaemin asintió no queriendo continuar con la conversación. Jeno tenía un oído agudo, pero la música y sus pensamientos lo hacían olvidarse del exterior.

Después de ese suceso los otros clanes de vampiros decidieron que invadir el pueblo donde vivía el "rey vampiro" era una buena idea, pero no sabían que Jeno estaba aun más irritado con la noticia que le llegó desde la ciudad.

La carta estaba puesta en puerta de su habitación, atravesada con un pequeño cuchillo. La letra de Renjun era clara y bonita «Querido Jeno, lamento molestarte con esta noticia... han pasado algunos meses desde la última vez que nos vimos y sinceramente no puedo olvidarte, sin embargo, ha ocurrido algo muy importante... voy a casarme. No espero que comprendas mi situación y tampoco espero alguna reacción de tu parte, al fin y al cabo, solo nos conocimos por algunos meses. En fin, creo que no regresaré en un tiempo al pueblo, espero que estés bien y que sigas trabajando duro como siempre, gracias por el pequeño tiempo que me diste mientras estaba por ese lindo pueblo. Se despide, Dong Renjun, el profesor con nariz sensible». Eso había destruido por completo la mente del pelinegro y ahora mismo el aura que emanaba era incluso peligrosa para los que vivían junto a él.

—Debes contraer matrimonio... eso te hará olvidar a ese muchacho —Jeno lo miró sin expresión alguna—. Hablo enserio, Jeno. Una vez que hayas encontrado a otra persona, podrás olvidarte de aquel profesor —Jaemin cerró su boca cuando los ojos rojos de Jeno lo miraron directamente, quitándole la inexistente alma.

—Cállate, ¿sí? Estoy irritado.

Doyoung corrió hacia la oficina donde los otros dos estaban y movió las cortinas para alejar cualquier luz del exterior. —Debemos estar preparados, se acercan muchos. Esta vez, Lee Jeno, necesitas estar junto a nosotros. Solo somos... ¿Qué mierda pasó ahora?

Jeno miró hacia arriba mientras masticaba la última manzana que quedaba en casa. —Renjun se va a casar —respondió Jaemin por el pelinegro, provocando que este lanzara la mesa hacia la pared.

—¡Te dije que cerraras la puta boca! —lo apuntó con el dedo—. ¡Deja de hablar maldita sea! —Doyoung suspiró cansado, Jeno era tan emocional por un tonto profesor.

—Como sea, debemos prepararnos. Guarda tu energía para más tarde, tendremos muchas personas en nuestro baile...

Jeno se volvió a sentar y cruzó sus brazos. —Me da igual, los mataré fácilmente, ustedes pueden bailar y dejar que les besen el trasero.

Doyoung asintió irritado, Jeno con el corazón roto era tan irritante como su antiguo novio. —Como desees.

Te encontré / NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora