Capítulo 4

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Jeno se sentó en silencio mientras pensaba en una estrategia para que los vampiros que se aproximaban no llegaran. No tenía deseos de que Renjun volviera solo para volver a marcharse por el terrible mal olor, el pelinegro aún no creía que el matrimonio de Renjun fuese real y todo era un mal sueño.

—Ni siquiera tuvieron sexo y él solo está así por intercambiar un par de palabras con Renjun... —habló Doyoung desde el otro lado de la sala mientras Jaemin miraba atento a los movimientos del pelinegro.

—No todo se trata de sexo, Doyoung... —susurró el pelirrojo cerrando sus ojos—. Lo entenderías si tuvieras alma, pero la perdiste hace tanto... gracias a tu "amigo" Taeyong —el rubio miró a Jaemin.

—No vuelvas a mencionar ese puto nombre frente a mí, ¿oíste? —Jeno se rió de la reacción de Doyoung—. ¿Qué es lo que te causa gracia, Lee?

Jeno se levantó del sofá y caminó hacia el rubio. —No podemos hablar de Taeyong, pero tú si puedes mencionar a Renjun. ¿No crees que es un poco injusto?

—Jeno ese hombre va a casarse, supéralo —Jeno le dio un puñetazo, enviándolo a la pared—. ¡Vas a pagarlo! —Jaemin se alejó de la batalla entre esos dos, percibiendo la llegada de más vampiros.

—¡Ya vienen, prepárense! Más tarde se matan.

Ambos dejaron de mirarse amenazadoramente y salieron de la mansión, era de noche y gracias al destino a Jeno le tocaba dar las rondas nocturnas, así que no había nadie que pudiera ser testigo de la catástrofe que quedara.

Jeno estaba enfadado, tanto que sentía que podría destruir todo el pueblo con un poco de esfuerzo y Doyoung estaba en las mismas condiciones. Jaemin solo quería jugar un rato con sus enemigos y tal vez reírse sobre sus cadáveres.

Los del norte aparecieron desde el cielo y los del sur salieron detrás de los establos. Jeno sujetó a dos del cuello y los arrastró por toda la calle hasta que se aburrió y los asesinó. Doyoung mordió a medio grupo de vampiros y luego escupió las partes que les arrancaba, cortándoles en su lado "mortal".

—Esto es divertido... —sonrió Jaemin arrancándole la cabeza a uno que trató de darle un puñetazo.

Estuvieron en guerra hasta el alba. No se sabía dónde comenzaba un cuerpo y donde terminaba otro, solo se podía apreciar tres hombres cansados riendo por sus acciones.

Jeno y Jaemin llevaron los cuerpos detrás de la mansión donde debían bajar muchos metros para poder incinerar los restos y así las personas no veían la catástrofe que había en el pueblo.

Pasaron algunos días cuando Jaemin volvió a presentir a algunos vampiros acercándose al pueblo, Jeno seguía enfadado y con ganas de asesinar a Doyoung, pero no era el momento y lo sabía.

—Kim Dongyoung —el rubio sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal y salió rápidamente de casa.

Jeno y Jaemin fueron detrás de él, encontrándose con el famoso Lee Taeyong, el único y primer amor de Kim Dongyoung.

—¿Qué mierda haces aquí? Creí que habías muerto.

—¿Muerto yo? —rió divertido el pelirrojo—, no digas ese tipo de bromas, no me hacen gracia, cariño.

El rubio suspiró. —No me digas cariño, idiota.

—¿Ya olvidaste todo lo que vivimos juntos? Yo fui quien te creo y hoy vengo a destruirte. El título de rey de los vampiros te queda demasiado grande, apenas convertiste a ese par... inútiles, si quieres mi opinión.

Junto a Taeyong apareció un hombre alto y apuesto. —Así que te quedaste con el perro —sonrió Doyoung.

—¿Escuchaste cómo te llamó, Johnny?

—Le hablaba a él, no a ti... Johnny es demasiado para ti.

Jeno y Jaemin no tenían idea de lo que hablaban, pero si el mayor hacía un movimiento ellos atacarían.

—Es un placer volver a verte, Doyoung.

—El placer es mío, querido Seo Johnny.

Taeyong gruño y se acercó un poco más al rubio. —No te atrevas a coquetearle en frente de mí...

—Pero si tu siempre lo hacías cuando estaba presente, ¿qué te hace creer que eres dueño de mi vida? Ya no más, Lee.

El pelirrojo volvió a gruñir y sujetó a Doyoung desde el mentón con fuerza. —Tú siempre serás mío, Kim.

—Quisieras.

Doyoung empujó a Taeyong con fuerza, pero solo lo alejó algunos pasos, era evidente que el pelirrojo era mucho más fuerte que él. Jeno se acercó al rubio y trató de verse intimidante, no le daba miedo aquel hombre apuesto, pero debía actuar valiente.

—¿Sales con él? —sonrió Taeyong—, te creía capaz de más.

—¿Quieres que salga con Johnny? —preguntó acercándose él esta vez—. Porque no me molestaría darle por un año entero —sonrió de manera coqueta hacia el más alto quien no decía palabra alguna.

—No me hagas reír, jamás podrías superarme. Tu corazón y mente me pertenecerán para toda la vida.

En un segundo parecía que se arrancarían la ropa ahí mismo y luego Taeyong le dio un puñetazo en el rostro al rubio lleno de odio. Jeno se interpuso y le dio un puñetazo en el estómago, quitándole el aliento. Jaemin se acercó a ellos cuando vio que el más alto entraría en combate, parecía fuerte para que esos dos acabaran con él.

—Nos veremos en otra vida, entonces, Kim Dongyoung.

—No me amenaces, no quiero volver a verte en otra vida...

Taeyong enseñó los colmillos y la guerra comenzó.

La sangre esparcida por todo el pueblo no se sabía si era de Doyoung o de Taeyong, pero perderían la vida alguno de ellos.

Jeno seguía teniendo esa sed de sangre y con un poco de ayuda de Jaemin acabaron con Johnny en minutos. La cabeza del más alto voló hacia los brazos de Doyoung quien se desconcentró impactado.

—¡Johnny! —las lágrimas salieron en un segundo y Taeyong sintió como la sangre le hervía.

—¡Deja de pensar en ese idiota! ¡Tú solo debes pensar en mí! —el grito fue casi una demanda, pero Doyoung estaba demasiado ocupado llorándole a la cabeza de aquel hombre para prestarle atención.

Taeyong le arrebató de las manos la cabeza y lo sujetó de la ropa, atrayéndolo hacia su rostro. —Mátame, Kim Dongyoung. Mátame, pero te juro que en mi otra vida vendré por ti y esta vez, tu vida será mía para siempre.

—¡No quiero! No quiero volver a verte —con odio en su mirada Doyoung se alejó del pelirrojo—. Muere y no vuelvas a aparecerte en mi vida... —las lágrimas seguían corriendo por sus mejillas.

—Eres un idiota.

Jeno cansado del melodrama sujetó a Taeyong del cuello y con lentitud comenzó a separar su cabeza del cuello.

—No olvides que tú y yo nacimos para morir juntos...

Doyoung miró cada movimiento de Jeno, quien al quitarle la cabeza a Taeyong se había convertido en el rey de los vampiros. Jaemin le hizo una reverencia de respeto y luego subió su mirada.

—Larga vida al rey vampiro, Lee Jeno.

Te encontré / NorenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora