Capítulo diez

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Un Kurt de catorce años llevaba una mueca de asco en su rostro yendo hacia el jardín trasero, odiaba el verano porque hacía mucho calor como para quedarse encerrado en habitación, lo único que veía de interesante es que tenía la excusa perfecta para andar sin camisa por la casa y robarse la mirada del pelirrojo por completo, le gustaba eso, le gustaba que se le quedara viendo cada vez que estaban cerca y se aprovechaba de eso.

Dejó sus cuadernos sobre la mesa del patio, se apartó los lentes de sol de pasta blanca del rostro para dejarlos sobre sus cabellos, como ya era costumbre volteó a ver hacia la ventana que daba a la habitación de Axl, el pelirrojo no parecía estar cerca de esta pero la mantenía abierta para que la brisa entrara, arrugó su nariz en un gesto de molestia pero se sentó empezando a sacar sus materiales para decorar sus cuadernos que utilizaría durante el siguiente semestre, tenía que terminar antes de las cuatro según el horario que Sharon le había dado.

Se colocó de rodillas en la silla para extender el rollo de papel de color y empezó a sacar medida de sus cuadernos sobre la mesa inclinándose sobre la misma, se quedó quieto un par de segundos al sentir una incomodidad en su espalda que bajaba hasta la altura de sus rodillas, se enderezó sentándose sobre sus tobillos y volteó de nuevo hacia la ventana, el pelirrojo al principio parecía haberse asomado para buscar algo pero le tocó la sorpresa de encontrarse con el rubio.

Sonrió con cinismo mordisqueando su pluma, le guiñó un ojo al mayor antes de volver a inclinarse sobre la mesa para seguir trazando líneas guías, cuando terminó se dio cuenta que el ojiverde ya no le estaba viendo, ahí volvió a su estado de estrés por el calor, más aún cuando se dio cuenta que sus tijeras ya no servía y no le dejaban usar el cúter a menos que alguien mayor le ayudara, su cerebro pareció conectar puntos para divertirse un rato y se levantó adentrándose de vuelta a la casa.

Se acomodó el short de playa para subir las escaleras, entre sus labios llevaba su pluma, era una mala costumbre mordisquear sus plumas pero no podía dejar de hacerlo, se detuvo frente a la puerta del ojiesmeralda y golpeó esta con sus nudillos, se quedó en silencio llevando sus manos a su espalda, se columpió un poco sobre su lugar hasta que la puerta se abrió solo un poco y por ese espacio se asomó la cabeza del mayor.

—. ¿Qué quieres? — Lo mismo que tú, quiso decirle pero sabía que su hermana se encontraba haciendo sus tareas en la sala de la casa, por tanto si iba directo a lo que quería pero con esa pizca de maldad que brillaba en él.

—. Se arruinó mi tijera y necesito usar el cúter, ¿Puedes ayudarme? — Le hizo ojitos de cachorrito bajo la lluvia, Axl solo tuvo que rodar los ojos negando con su cabeza, cerró la puerta antes de volver abrirla acomodándose su camisa con ambas manos. —. ¿No tienes calor?

Dio una palmadita sobre su abdomen antes de caminar hacia las escaleras de nuevo, bajó estas de dos en dos esperando al ojiverde, primero había ido por el cúter y luego fue detrás de él, salieron al patio mientras que el rubio se quitaba la pluma de entre los dientes para acercarse a la mesa, acomodó las páginas con cuidado apartando sus cuadernos para dejarlos en la silla vacía que estaba a un lado.

Se quedó observando como Axl se sentaba en la otra silla empezando a cortar sus trazos un tanto desordenados, le dio un vistazo rápido a la puerta que daba hacia la casa para luego mirar al pelirrojo, parecía estar bastante concentrado para no cortar mal el papel que sabía no era muy barato, se acercó con tranquilidad y divagando un poco antes de apoyar una de sus manos sobre su hombro para que le volteara a ver, aunque también había logrado tensarlo.

—. ¿Puedo intentar? Por favor. — El ojiverde suspiró resignado pasándole el cúter, sonrió ampliamente tomando la herramienta y aprovechando que Rose estaba bastante confiado se cruzó frente a él y se sentó sobre sus piernas.

El colorín apretó sus labios al tenerle sobre su regazo, tenía su espalda a centímetros de su rostro, su suave piel que podría acariciar con sus labios si tan solo tuviera un poco más de valor y menos razones para temer a su madre, se quejó al sentir una presión sobre su entrepierna, se suponía que había intentado cubrir su obvia erección con su camisa porque si le decía que no podía ayudarlo se iba a frustrar y a estresar por cosas innecesarias y sería peor, la forma en que el chico encontraba tranquilidad era sacándole canas verdes.

Quiso sujetar sus caderas al ver que se movía así a propósito, meneaba sus caderas sobre su erección, llevó sus manos a aferrarse a estas de una vez para dejarle quieto, en cambio fue él quién se movió simulando estocadas y haciendo que restregara su trasero sobre su miembro como se le antojara a él y no al menor, Kurt sentía sus mejillas arder porque sabía que eso había sido su culpa, él había provocado esa reacción de su parte y aparte se sentía tan duro, quería hacerse cargo, de todos modos, era la razón de eso.

Se dejó de mover, pero aún así podía sentir la dureza contra su trasero, pudo sentir sus yemas rozar con la piel de su espalda logrando que se arqueara un poco, se alejó de la mesa cuando acabó de cortar, se erizó ante el tacto que cada vez se hacía más presente, ahora en la zona de su torso, pero antes de que hiciera algo más se levantó para pasarle de nuevo el cúter.

—. Gracias por ayudarme, algún día... — Bajó su mirada hacia su miembro mordisqueando un poco su labio para luego regresar su atención a su rostro con una falsa sonrisa de amabilidad. —. Te devolveré el favor.

໒❛ 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍 𝐎𝐅 𝐃𝐈𝐒𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora