໒❛ 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍 𝐎𝐅 𝐃𝐈𝐒𝐀𝐒𝐓𝐄𝐑 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈

Capítulo diecisiete

Axl llegó a la mesa donde se encontraban sus dos mejores amigos y los dos rubios, Karen y Kurt parecían estar teniendo una conversación bastante larga que se interrumpió cuando el pelirrojo llegó con la comida, dejó la bandeja sobre la superficie fría y les pasó los platos con dos grandes trozos de pizza a cada uno, cuando Cobain tomó el suyo lo dejó siempre sobre la mesa y Rose no pudo evitar observar cada una de sus acciones con un gesto enternecido.

—. Yo aún no entiendo el contexto y no me la trago sin pretexto porque no me gusta el pico. — La castaña señaló al pelirrojo como si lo estuviera amenazando, tanto él como Izzy soltaron una carcajada mientras que los dos rubios intercambiaron miradas antes de ver de nuevo a la chica.

—. No hay nada que entender, Steph, tú no viviste la etapa en la que nuestros padres estuvieron juntos, así que asume que eso no pasó. — Pidió el ojiverde empezando a comer de su plato, la chica simplemente formó una mueca de disgusto, dirigió su atención mejor al rubio.

—. Explícame, quiero burlarme de Axl. — Asumió que el mayor no le quería contar sobre cómo surgieron las cosas porque le daba vergüenza y podría hacerle bromas, pero Kurt no lo veía así, cada momento que vivió con el colorín se le hacía especial.

—. Bueno... en realidad no hay un momento específico, no sabría explicarte pero la cosa empeoró cuando tenía doce, Axl me golpeó porque no lo dejé cogerse a Erin y Sharon lo castigó durante el verano, ahí está tu punto clave, las vacaciones de verano. — Explicó moviendo sus manos y mirando de reojo al pelirrojo, éste mantenía un gesto neutro hasta que mencionó las vacaciones de verano.

—. Recuerdo eso, pero siempre me pregunté, ¿Por qué no lo dejabas coger a gusto? Llegó virgen a los veintiuno, cosa rara porque es Axl. — Nadie tenía la capacidad de Izzy para avergonzar al ojiverde, se notaba justo en ese momento que dicho comentario le hizo voltear a ver a su mejor amigo.

—. Eh... Je, je... Es una historia bastante graciosa, bueno, verás... Un segundo, ¿Ese es mi papá? — Señaló fuera del local de comida, todos voltearon al mismo tiempo y tanto Axl como Kurt sintieron que se les revolvía el estómago al ver a Donald caminando fuera del local, el menor por instinto se escondió tras Rose.

El rubio cruzaba sus dedos mentalmente para no tener que enfrentarse cara a cara con Donald, no aún, no cuando al fin había podido volver a su lugar feliz, alzó su cabeza notando que el hombre les estaba observando a través del ventanal, sintió cierto pánico llevando su mirada hacia su mejor amiga que tampoco sabía que podrían hacer.

—. Ni modo, suerte convenciendolo de que te deje quedarte. — Mulder bromeó recibiendo un empujón por parte de su mejor amigo, se llevó ambas manos a la cabeza antes de animarse a levantarse.

—. No deberías ir solo. — El de cabellos rojizos se levantó al mismo tiempo que el rubio, llevó una mano al brazo del menor, a pesar de todo siempre le lograba transmitir un poco calma. —. Es un problema de ambos.

—. No, cuando se trata de Don, prefiero que nadie más se involucre. — Se alejó de la mesa dejando a los demás ahí, expectantes de lo que podría suceder entre padre e hijo, de todos modos Axl no podía evitar el mantenerse alerta a cualquier reacción.

El rubio salió del restaurante acomodando su cardigan de color púrpura, fue hacia su padre mostrando un gesto neutro, el hombre cruzó sus brazos sobre su pecho con un claro gesto de molestia, quisiera decirle que no era la primera vez que le mentía, pero quizás todo empezaba a ser más claro analizando las decisiones que había tomado.

—. ¿Cómo te atreves a mentirme? Se supone que en dos días debías ir a inscribirte a Harvard y cuando llego con tu madre me dice que ya tienes más de una semana de haberte venido a Lafayette, ¿En qué estabas pensando? Te advertí que no volvieras a buscar a la familia de Sharon, mucho menos a Axl. — Todo lo que el hombre estaba diciendo ya se lo había visto venir, quizás porque era obvio, se lo repitió mil veces durante meses y él solo hizo oídos sordos.

—. ¿Hasta cuándo vas a seguir controlando mi vida? Te he dado lo que has querido, un hijo de buen promedio a pesar de sus dificultades, ¿Puedo tener un premio por eso? — Extendió sus manos intentando evidenciar su punto, estaba harto de Donald, era su padre pero no era perfecto y aún así quería un hijo perfecto.

—. Por supuesto que puedes tener tu recompensa, has logrado muchísimo, ¿Qué tal si doy algo en el camino a Harvard? — El menor frunció su entrecejo ante esa propuesta, se alejó cuando el hombre dio un paso adelante intentando tomar su brazo, ni siquiera quería tenerlo cerca en ese instante.

—. Claro, tendré mi premio... Quiero a Axl, eso quiero, ¿Puedo tenerlo? Ya estoy harto de fingir que no me importa, que no me dolió que me alejaras de él, ¡Me enamoré de él! ¿Tanto te cuesta entenderlo o vas a fingir que no lo sabes? — Era irónico porque su padre quería volver a tener el control de su vida luego de dejarle tirado junto a Kim en casa de su madre, eso era imposible, tuvo que aprender a ser independiente debido a eso.

Esperaba un respuesta con palabras pero cada una de las que salía de su boca encendía la furia de su padre, nunca entendió el odio hacia el pelirrojo, ni siquiera era su hijo como para decir que su existencia le arruinó la vida y toda esa basura. Alzó su mano logrando asustar al rubio, se encogió en su lugar cerrando sus ojos pero el golpe nunca llegó, cuando abrió sus ojos alzando la mirada notó que Axl sostenía a Don por la muñeca.

—. No puedo creer que en tantos años no dejaras de golpearlo. — El ojiverde se veía bastante molesto, sentimiento totalmente válido ante la situación que había estado presenciando desde dentro del lugar, el agarre de su mano se volvió mucho más tenso sobre la muñeca del hombre de mayor edad que intentaba zafarse.

—. No puedo creer que existiendo tantas personas en el mundo, eligieras a mi hijo. — La mueca de disgusto en su rostro no tardó en aparecer, Kurt tomó a Axl por el antebrazo haciendo que soltara a su progenitor y la alejara de él, no quería un problema a media calle o no podrían volver a comer en aquel local.

—. Técnicamente fui yo quién lo eligió a él, ¿Podrías aceptarlo de una vez? Aunque me lleves al otro lado del mundo, nadie me hará sentir lo mismo que él, no cuando lo que siento tiene más de diez años.